Libertad ganó por un contundente 96 a 79 a los misioneros en el primer juego de Semifinales de La Liga Argentina y se vengó del rival que le propinó la peor derrota de la temporada en la Segunda Fase. La formación dirigida por Saborido volvió a exhibir desde el inicio un juego colectivo sólido y una defensa monolítica que le permitió cerrar el primer capítulo con una insólita ventaja de 19. Después manejó esa diferencia que llegó a estirarse a 27 con un goleo muy distribuido.
Un tsunami en un arranque de serie de semifinales. Esa es la única forma en la que se puede calificar al desempeño de Libertad en el lapidario arranque del primer capítulo ante los misioneros que se transformaron en un mero sparring donde reinó un gran desconcierto. Fue tal la desorientación de la formación de Sebastián Torre, que ya habían transcurrido casi 8' de juego y solo había convertido 7 unidades, soportando en sus espaldas 24 de desventaja. El equipo dirigido por Saborido tuvo una labor impecable en defensa pero también fue eficiente en la ofensiva porque volvió a exhibir un gran volumen de juego colectivo y los actores no fallaron cuando tuvieron que lanzar a pie firme. Un dato no menor: de los tremebundos 31 puntos cosechados en 10', no se puede destacar un goleador porque la producción estuvo muy distribuida.
Con una ventaja de 19 previo al inicio del segundo capítulo, el interrogante a descubrir era si el dueño de casa se iba a relajar o la visita reaccionaba agresivamente para revertir el mal trago. Nada de eso sucedió. Libertad siguió por la buena senda a pesar de que el rival combinaba defensas, intentando atrapar al hombre con el balón, poniéndole mucha intensidad en toda la cancha o esperando con una defensa zonal muy dinámica. Sin embargo, la grieta se ensanchó a 27, la máxima que llegaron a disfrutar los Tigres cuando iban 2'. Hubo un atisbo de reacción de los misioneros en la última mitad del período que solo les alcanzó para equilibrar el trámite pero la desventaja de 24 (55-31) al término de la primera etapa ya sonaba a sentencia.
En el complemento, el juego ingresó en la senda de la paridad pero entre los aurinegros y los albicelestes la brecha en el resultado siguió siendo inmensa. En el tercer período, hubo 3 minutos de desorientación de Libertad y sin embargo, Oberá se arrimó a irreversibles 18. Fue la única oportunidad que tuvo para soñar. Después todo regresó a la normalidad. La ventaja aurinegra fue de 24 al cierre del tercer capítulo y estuvo en 25 cuando restaba poco menos de 5 minutos para el final. Fue el momento en que Torre, resignado, decidió dejar en cancha una formación de suplentes y Saborido hizo lo mismo con su equipo que terminó festejando una apabullante victoria que suena a insólita en una serie que se supone va a ser muy equilibrada.
Fuente: Prensa Libertad
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