Quilmes se recuperó a tiempo y forzó el quinto juego


El Mago Vildoza se resiste a dar su función de despedida en Mar del Plata. Todavía le quedan conejos en la galera y este lunes a la noche los sacó todos juntos cuando su equipo peor la pasaba. Nunca jugó tanto. Con 39 puntos –máxima de su carrera en la Liga Nacional de básquetbol- guió a Quilmes a un triunfo por 97-86 sobre Bahía Basket que igualó 2-2 la serie de cuartos de final de la Conferencia Sur. El jueves se jugará el quinto y decisivo cotejo en Bahía Blanca.

Las pérdidas de balón, que tanto complicaron a Quilmes en el tercer cotejo, lo pusieron otra vez bien pronto contras las cuerdas. Después de un inicio errático y parejo, en el que la responsabilidad de anotar recayó en las opciones principales (Vildoza del lado local, Johnson en las filas bahienses) de uno y otro, el elenco “tricolor” cayó en un prolongado pasaje de turbulencia y Bahía Basket no se lo perdonó.

Fueron siete las pérdidas de los de Javier Bianchelli en el cuarto inicial. De ellas, los visitantes sacaron ocho puntos fáciles, contundentes, a cancha abierta. Y también una ventaja que enseguida comenzaron a justificar con mejor juego.

Fue de diez (13-23) la luz de los bahienses en el cuarto inicial. Se incrementó al orden de los quince puntos en el arranque del segundo. Encontrando la fórmula para encontrar siempre libre a Johnson –muy pasiva la defensa quilmeña en ese lapso- en la pintura. O moviendo la pelota a partir de la preocupación que generaba el pivote para encontrar un tiro limpio en el perímetro.

Hasta a falta de dos minutos y medio para el entretiempo, el control del partido visitante era total. Incluso, dándose el lujo de hacer descansar un buen rato a Johnson. Pero a veces un solo jugador rompe todos los esquemas. Y Vildoza, con su genio, rescató a Quilmes del pozo. Anotó diez puntos en dos minutos y los suyos se fueron al descanso mucho más cerca (36-42), con esperanzas.

No haberle sacado más rédito a su dominio fue el pecado de los de Sebastián Ginóbili. Desde el tercer cuarto comenzaron a lamentarlo. Manejaron medio cuarto más una situación ventajosa. Pero en otro contexto. Ante un rival que se había liberado de sus ataduras y tomaba tiros de riesgo con plena confianza.

Eric Flor, de flojo primer tiempo, apareció para convertirse en el socio de siempre de un Vildoza intratable. El base calentó motores y promediando el cuarto volvió a hacerse cargo de todo. Sus tiros de tres puntos entraban “limpitos”. Si encaraba el aro, pasaba hasta por el ojo de una aguja. Definía o provocaba faltas. Fue sencillamente fabuloso. Anotó 14 puntos más en ese lapso y, a su influjo, Quilmes limó otra desventaja de nueve puntos, pasó al frente a falta de cuatro minutos e ingresó al último parcial en ventaja 72-66.

Quilmes sí sacó el rédito que debía a su momento. Continuó apretando con su defensa y asumiendo riesgos. A falta de seis minutos, tenía trece puntos (83-70) de ventaja. A esa altura, metía casi todo lo que tiraba detrás del arco para terminar una noche que había comenzado torcida con 16/27 triples y 59% global. Una animalada. Todo gracias al Mago Luca, que se resiste a dar su última función.

Síntesis:

Quilmes (97): L. Vildoza 39, E. Flor 17, E. Ruiz 11, I. Clark 9 e I. Basualdo 5 (FI); A. Eslava 2, T. Robinson 9, M. Maciel 3, J. Merchant 0, J. González Cheppi 2 y T. Reimundo 0. DT: Javier Bianchelli.

Bahía Basket (86): F. Corvalán 7, L. Redivo 12, D. Summers 8, J. Levy 8 y A. Johnson 17 (FI); M. Fjellerup 15, H. Jasen 6, M. Fernández 6, A. Ramos 0, J. Materan Suárez 2, F. Thygesen 3 y R. Gerhardt 2. DT: Sebastián Ginóbili.

Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”.
Arbitros: Juan Fernández-Oscar Britez-Javier Mendoza.
Parciales: 13-23, 36-42 y 72-66.

Fuente: La Capital
Foto: La Liga Contenidos

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