Con un electrizante parcial de 17-0 en los cinco minutos de partido, Peñarol encarriló un partido que ganaba cómodo, y se le había complicado en extremo, para imponerse 80 a 67 a La Unión de Formosa en su presentación en la segunda fase de la Liga Nacional de Básquetbol.
El relampagueante cierre hizo olvidar los altibajos anteriores. En la recta final, Peñarol corrigió todos sus problemas. Con dos líderes marcados. Juan Pablo Figueroa para defender y Rob Reed para asumir los tiros de riesgo.
El cordobés levantó una muralla en la primera línea. Le hizo perder un balón al “Grillo” Vargas, provocó una falta en ataque de Torin Francis y le robó otra pelota clave a Gamboa. Y el estadounidense metió todo lo que tiró: un doble largo, una “flotadora” para evitar la tapa de Francis y dos “bombas” de tres puntos. Fueron diez puntos que rescataron a Peñarol de un pozo oscuro y condenaron a los formoseños.
Antes, el partido estuvo lleno de altibajos. Peñarol tuvo un arranque bestial, con altísimos porcentajes de cancha, que le permitieron tomar una máxima luz de catorce puntos (35-21) cuando recién comenzaba el segundo cuarto. Le salían todas al equipo local. Figueroa conducía en buen nivel, de lejos la metían todos (terminó el primer tiempo con 8/12 tiros de tres puntos) y hasta Acuña recibía juego “cayendo” hacia el aro para anotar de cerca.
Ni la prematura lesión de Alejandro Diez (golpe fuerte en el tobillo izquierdo como consecuencia de un choque con su compañero Sebastián Suárez) ensombreció el panorama. Por el contrario, Franco Giorgetti entró en gran nivel para hacer olvidar al olavarriense. El chaqueño jugó uno de sus mejores partidos del torneo: 20 puntos (5/6 dobles, 3/5 triples y 1/2 libres), 9 rebotes, 3 asistencias y 2 robos.
Sin embargo, en un momento dado, los porcentajes de tiro, increíbles en el comienzo, se normalizaron. La Unión, paulatinamente, comenzó a arrimar. Con poco peso interior en un comienzo, pero con la puntería externa de Konsztadt y Piñero (16 en el primer tiempo).
Su reacción fue más consistente en el complemento cuando comenzó a alimentar a Torin Francis cerca del canasto. Para entonces, Figueroa ya no pesaba como al comienzo, a Zurschmitten le salían pocas, los tiradores no la metían y Acuña, puesto a jugar de espaldas, ofrecía la cara de sus precariedades técnicas. No fue peor ese tramo para el equipo marplatense porque Richotti acertó con un cambio defensivo y Juan Manuel Torres logró controlar a Francis.
Lo peor fue el arranque del último cuarto. Con Acuña y Torres juntos en cancha para equiparar a Orlietti y Prowell, Peñarol atacaba cada vez peor. Plantado en zona, además, se comió dos triples de Vargas. La Unión pasó a ganar 67-63 a falta de siete minutos y lo tuvo totalmente confundido a Peñarol un par de minutos más.
Pero los formoseños no anotaron más. Los regresos al partido de Figueroa y Suárez obraron positivamente. El resto lo hizo la espectacular aparición de Reed. Justo a tiempo. Para ganar holgado y olvidar el sinsabor del clásico.
Síntesis:
Peñarol (80): J. P. Figueroa 6, R. Reed 26, S. Suárez 13, A. Diez 3 (lesionado) y R. Acuña 7 (FI); F. Giorgetti 20, N. Zurschmitten 2, J. M. Torres 3 y J. Barón 0. DT: Marcelo Richotti.
La Unión (67): A. Konsztadt 12, E. Gamboa 2, J. Vargas 13, F. Piñero 16 y T. Francis 15 (FI); J. Sandrini 2, D. García 3, P. Orlietti 4 y T. Prowell 0. DT: Guillermo Narvarte.
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”.
Arbitros: Alejandro Chiti-Oscar Martinetto.
Progresión: 30-18, 47-40 y 61-57.
Fuente: La Capital
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