Patricio Garino vivió un 2015 fantástico que lo tuvo como la gran revelación de la Selección Argentina en el Preolímpico de México, ganándose un lugar importante en el equipo y aportando mucho para la clasificación a los Juegos Olímpicos. El alero marplatense ya es una realidad de nuestro básquet con sólo 22 años y apunta a ser una pieza clave en el futuro.
También, claro, vive un presente muy bueno en su último año en la NCAA. George Washington tuvo un inicio bárbaro en la temporada 2015/16 (récord de 14-3, 3-1 en la Conferencia Atlantic 10) y él es uno de los pilares de los Colonials, con promedios de 12.4 puntos (44.7% en triples), 4.5 rebotes, 1.9 asistencias, 1.4 robos y 1.1 tapas en 29.4 minutos. Te presentamos una extensa entrevista con Pato, quien repasó su aprendizaje del 2015, analizó su presente y se planteó las metas para un año vital para su carrera, en donde Río 2016 es el mayor sueño. Esta es la primera entrega de “La entrevista de la semana”, una nueva sección en donde cada siete días hablaremos con personajes vinculados a la Selección Argentina, ya sea actuales o del pasado.
-¿Esperaban tener un comienzo de temporada tan bueno con los Colonials?
-La verdad es que no. Si me decían que a esta altura íbamos a estar 14-3, no lo creía. Sabía que íbamos a estar bien, tenía la confianza que iba a ser mucho mejor que el año pasado, pero venimos muy bien.
-¿A qué se debe este gran comienzo?
-Es un poco de todo. La mentalidad del equipo en general es buena. El año pasado llegamos al NIT, que es importante, pero nos quedamos con las ganas de la Locura de Marzo y nos dolió un poco, porque teníamos una buena base. Entonces este año es como una forma de revancha. A su vez, los refuerzos que tenemos son muy buenos. Los transfers nos dieron una vuelta de tuerca y contamos con mucha experiencia. Partido a partido venimos ganando en confianza, y después de ganarle ese partido a Virginia (NdeR: #6 de Estados Unidos) cambió todo. Ahí dijimos “sabemos lo que tenemos y debemos usarlo todo el tiempo”.
-Están rankeados después de muchos años y cuentan con más reconocimiento, ¿pero ese triunfo con Virginia es lo más destacado de esta primera parte de la temporada?
-Obviamente. Hubo muchos puntos altos, pero ese es el principal, porque era el rival más fuerte que íbamos a tener. Estar rankeados después de 10 años no es poca cosa tampoco. También ganamos los partidos a equipos de conferencias fuertes como Big East, Big 10, ACC. Y los ganamos bien. Se siente más reconocimiento que otros años. Saben el potencial que tenemos y el tipo de jugadores. Nuestro récord indica lo que estamos haciendo.
-¿A qué le van a apuntar en esta segunda parte? Es lógico que quieren estar en la Locura de Marzo, pero imagino que no sólo van a querer llegar, sino también hacer cosas importantes ahí.
-Claro. Ahora se viene lo más complicado, porque los partidos de conferencia son muy distintos. A pesar de que los equipos no sean tan reconocidos o fuertes, son todas batallas, nos conocemos demasiado. Hay que ir partido a partido porque todo puede pasar, tenemos que encararlos con esa mentalidad para llegar lo mejor posible a los playoffs de la conferencia, porque queremos ganar ese título. Queremos entrar directo a la Locura de Marzo, que es el objetivo principal. Y ahí queremos ganar un par de partidos también.
-¿Cómo te estás sintiendo individualmente? Habías dicho que querías ser más líder en esta temporada, y más allá de eso también te toca tener mucho protagonismo en el juego.
-Me estoy sintiendo muy cómodo. Los chicos se adaptaron a mi “cambio de personalidad”. En los entrenamientos quizás estoy un poco áspero, los puteo un poco o pecheo para levantarles el ánimo. Pero sentí que era lo que necesitaba el equipo. No sé si el año pasado nos describiría como suavecitos, pero nos faltaba agresividad. Y todo empieza en los entrenamientos. Ahora, cuando jugamos cinco contra cinco, son todos a morir, en cada pelota nos tiramos al piso. Fue un cambio necesario para el equipo. Algunos lo tomaron un poco mejor, pero todos saben que no es nada personal sino que es por el bien del equipo. Me siento más cómodo y mi confianza está muy bien, más allá de tener algunos partidos irregulares. Sabía que iba a tener noches buenas y otras no tanto, pero estoy tranquilo porque sé que si tengo un partido malo, al otro me voy a sentir mejor. Lo que me pasó con la Selección me cambió la cabeza totalmente, y creo que eso se ve reflejado en mi rendimiento.
-En ese cambio de mentalidad, ¿les dijiste a tus compañeros que hay dos jugadores que se llaman Luis Scola y Andrés Nocioni que quizás tuvieron que ver con esa nueva metodología?
-Exactamente. Les dije “si se ofenden conmigo, hablen con ellos que son los que me enseñaron, no me culpen a mi” (risas).
-Al margen de ese cambio de mentalidad, ¿estás enfocado en algo puntual de tu juego para mejorar en esta temporada? El tiro de tres puntos puede ser un ejemplo, porque ahora te está yendo bárbaro.
-Sí, le puse muchísimo énfasis al tiro de tres puntos y me ha beneficiado bastante. Estoy muy contento con los resultados por el momento. En mis tres temporadas previas, en ningún año metí más de 16 triples, y en lo que va de esta ya metí 21. Así que ese es un cambio que necesitaba hacer para ampliar mi juego y me resultó muy bien. Al mismo tiempo sé que tengo que mejorar mi dominio de balón y tal vez en paradas en un tiempo en lugar de seguir hasta el aro.
-Dentro de la dinámica de la temporada y del día a día, ¿en algún momento empieza a jugar en la cabeza que son los últimos meses allá y que a mitad de año tenés que dar el salto al profesionalismo?
-De vez en cuando aparece, sobre todo cuando no nos salen las cosas, que decís “pucha, nos queda poco y no nos pueden venir las malas, hay que aprovechar la situación”. Pero trato de no pensar tanto en eso para no ponerme una presión mental. Pero siempre está, sabés que son los últimos meses y a la vez es una motivación, porque das todo lo que tenés y sabés que no lo vas a hacer de nuevo.
-¿Lo que perseguís más adelante es el Draft de la NBA en junio?
-Obviamente. Pero todo tiene que ser con tiempo. Hay que ver cómo nos va como equipo y cómo sigo rindiendo individualmente, pero eso siempre está en mi cabeza. Quiero cumplir ese sueño y seguiré dando todo lo posible. Pero al mismo tiempo soy consciente de que puede no darse, así que estoy abierto a cualquier posibilidad para seguir expandiendo mi juego.
-Cambiando de tema, ¿cómo repercutió allá en Washington el tema de todo lo que viviste en la Selección?
-Muy bien. No tenía esperado tanta repercusión por el simple motivo que ellos no están tan acostumbrados a jugar preolímpicos, pero por la evolución que he hecho en mi juego pude escuchar a muchos comentaristas, entrenadores y amigos diciendo que ahora se ve en la cancha todo lo que pude hacer en la Selección. Y me pone muy contento. Al mismo tiempo, saber que hablen tanto de la Selección y de las posibilidades que vamos a tener en Río es una sensación muy linda, porque de cierta manera estamos representando al país en la NCAA.
-¿Esos meses en la Selección fueron lo más destacado del 2015?
-No sólo del año, sino que va a ser lo más destacado de mi vida. Esperemos que haya más, pero por ahora lo más importante que viví fue lo de México.
-Si tenés que destacar algo en especial que aprendiste de esos meses en la Selección, ¿qué sería?
-Podría escribir un libro con todas las cosas que aprendí… Del juego en sí parecía que recién lo estaba aprendiendo, parecía que estaba en la escuelita de mini cuando escuchaba a Luifa, Chapu, Sergio y a todos los chicos. Mi conocimiento se iba expandiendo día a día, no sólamente dentro de la cancha. Con Luis y su dieta, su rutina de trabajo en el gimnasio y cómo cuida su cuerpo; la actitud de Chapu en la cancha, cómo maneja las presiones y las situaciones del juego… Fue constante el conocimiento que recibí, no sé si puedo destacar una simple cosa que aprendí porque fue muchísimo. Mi cabeza se abrió totalmente y me hizo un poco más consciente de lo que es el básquet internacional.
-Si bien tenés la NCAA y después el posible Draft o el salto al profesionalismo, ¿te ponés a pensar que en unos meses podés estar peleando un lugar para jugar los Juegos Olímpicos?
-Es todo un tema… He tenido varios conversaciones porque se va a venir un 2016 con muchas cosas al mismo tiempo. Saber a dónde voy a parar en mi primer equipo profesional, saber que tengo que conseguir un agente o representante, si voy a ir al Draft o no… Y al mismo tiempo la Selección, saber si me voy a ganar un lugar en el equipo y si podré jugar un Juego Olímpico, que es demasiado loco… Los pensamientos son muchos y a veces se hace medio complicado, pero la estrategia es ir día a día y tratar de tomar todo con tiempo. Me voy a enfocar en lo que tengo que ir haciendo a cada momento. Ahora es el equipo en la NCAA, después será el representante y el Draft, y después la Selección, donde está claro que voy a poner todo mi esfuerzo.
-Más allá del básquet, en Washington tenés una vida y estuviste haciendo una pasantía… ¿Cómo fue?
-Fue una de las oportunidades que tuve gracias a la Universidad y al director de deportes. Terminé ahora en enero, fue una pasantía en el departamento de marketing, eran tres veces a la semana durante cinco horas a la mañana porque no cursaba. Y me dio un poco de conocimiento de lo que pasa detrás de las cortinas de cada partido. Desde cómo se reparten las entradas para los que compran el abono anual, de cómo hacen las publicidades o eventos por Twitter o Instagram, qué se pasa en cada minuto de los partidos, cómo se relacionan con las otras universidades. Y también pude hacer mi propio marketing (risas).
-¡Y cómo lo hiciste! Se vieron varios videos en donde actuaste y muy bien
-Me empujaron a hacerlo porque era una buena oportunidad. He tenido oportunidades de que me hayan pedido buscar fotos del equipo para hacer promociones y yo buscaba fotos del equipo, pero me decían que buscara mías (risas).
-¿Cuánto falta para que te recibas?
-Ahora empezamos el segundo semestre. Y a mediados de mayo me recibo en administración deportiva y marketing.
-¿Cuáles son tus metas o deseos para el 2016?
-Podría elegir muchas (risas). Pero bueno, lo primero sería clasificarnos con el equipo a la Locura de Marzo y ganar un par de partidos ahí; lo segundo sería tener una posibilidad en el Draft y ver qué pasa ahí; y lo tercero y más importante sería jugar los Juegos Olímpicos con la Selección. Quién sabe si podría ser la única oportunidad en mi vida, así que no me lo quisiera perder.
Fuente: Prensa CABB
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