Así definió Germán Sciutto el significado que tendría el ascenso de Instituto en el histórico Héctor Etchart. El viernes La Gloria podría ponerle un broche de oro a una temporada de manual.
El éxito está a la vuelta de la esquina. El objetivo por el que se luchó a cuerpo y espada desde el principio de temporada parece estar al alcance de la mano. Instituto afronta en este momento las horas previas a la conquista del ascenso a la Liga Nacional. Y nadie mejor que una voz de experiencia para pintar de cuerpo entero lo que se vive, lo que se siente, lo que se espera. Esa voz en la Gloria es la de Germán Sciutto, quien ayer en medio de su descanso y mientras la cabeza maquinaba a full, atendió a PODIO.
“Cada día que pasa le damos más méritos a lo que estamos haciendo. Lo tomamos con tranquilidad, pero inevitablemente hay algo de ansiedad. Al momento hay que disfrutarlo, sentirlo... Disfruto de cada movimiento de mis compañeros, de cada gesto. Son cosas que no podés dejar pasar”, fue lo primero que dejó en claro el alero con reciente pasado en el básquetbol europeo.
“Este equipo siempre tuvo la adhesión a un único objetivo: el ascenso. Y yo cuando llegué noté un plantel compacto, sólido y solidario. Cada uno de los jugadores hacen que este sea un equipo, por eso a muchos se les hace realmente difícil ganarle”, agregó.
- Desde afuera es todo expectativa... ¿desde adentro, cómo se vive?
- Vivimos esta semana a full y hay que disfrutar el momento, no te podés privar de eso. Se lo digo a todos, porque varios jugadores pagarían por estar en nuestro lugar viviendo estas sensaciones. Quizás algunos no vuelvan a vivir nunca algo así. Yo, por ejemplo, fui los otros días a ver Atenas con Quimsa y dije: ‘La puta madre, yo estuve jugando ahí’. En ese momento no le di tanta importancia, te das cuenta después. Pero hoy con 37 años y mucha experiencia, sé que hay que hacerlo. Por eso lo transmito.
-¿Les llega lo que se dice? Lo bueno y lo malo...
- Desde adentro nos sentimos como un grupo impermeable. Leemos, escuchamos, consumimos medios... Muchos tratan de ningunearnos, pero los malos mensajes no nos llegan, no pasan. Estamos tan consolidados que no nos preocupan esas cosas. Eso es ni más ni menos que el laburo hecho a lo largo de toda la temporada.
- ¿Se puede manejar la ansiedad?
- Durante la semana se piensa hasta el día del partido, en muchas cosas: ganar esa noche, el campeonato, ascender, en la gente que te acompaña y está con uno todo el tiempo. Es difícil de mantener ese tema, porque los hinchas están ansiosos, los dirigentes te alientan... Pero bueno, hay que tratar de digerirlo y asimilarlo como estímulo y no como presión.
- Y en los últimos partidos lo que bajó de las tribunas es algo poco frecuente...
- Con Facundo Sucatzky hablábamos los otros días y coincidíamos en que se nos pone la piel de gallina al sentir semejante ambiente, tremendo aliento. A mí me gusta la fiesta, pero no la falta de respeto de la hinchada. Yo lo viví, y te sentís impotente como deportista. Pero aquí en Córdoba el mensaje de la gente para nosotros fue increíble. Todo eso te hace sentir más jugador.
- A eso lo expresaste bien en las redes sociales apenas terminado el segundo juego con Ferro.
- El domingo en el Sandrín sentí una emoción muy grande y quise expresarla de la mejor manera (en Twitter), sin quererle vender humo a nadie. Te hacen sentir como si fueras del club. Quería subir a cantar con ellos, pero entendí que falta un partido más. Pasa que eso se lleva en la sangre, no se maneja. Yo soy un jugador que defiendo a muerte la camiseta que me pongo.
- ¿Qué significaría ascender con Instituto y justamente en un estadio como el Héctor Etchart?
- La verdad es que yo no jugué nunca en el Héctor Etchart. No hace falta decir lo que significa. Será mi primer partido ahí y ojalá el último de esta serie. Si se nos da ascender va a ser monumental. Es una cancha histórica, por donde pasaron los mejores jugadores y se disputaron muchísimas finales. Es un condimento imperdible. No queremos que se nos escape, vamos pensando en positivo, no tan tensos y tampoco relajados. Si ascendemos sería algo soñado.
Fuente: La Mañana
Comentarios