Nada faltó. Ni Leo Gutiérrez, quien estuvo desde el vamos. Peñarol ratificó su gran momento y aplastó a Argentino de Junín por 100 a 67 con una super producción por una nueva jornada de la Liga Nacional de básquetbol. Anoche no hubo aspecto del juego o actuación individual que mereciera crítica. Todo y todos funcionaron a las mil maravillas para llegar a la punta de la Zona Sur en soledad. En la previa, por la Liga de Desarrollo, los chicos juninenses se impusieron por 72 a 62.
La presencia de Leonardo Gutiérrez estaba seriamente en duda. Pero el capitán peñarolense mostró una vez más de qué madera está hecho y salió a la cancha junto a sus compañeros. El que había imaginado un partido sin él, se llevó un chasco. Y su presencia, de alguna manera, elevó a unos y disminuyó a otros.
Con ese acicate, Peñarol, que venía dulce, se superó a sí mismo. El partido que jugó anoche en Once Unidos fue de alto vuelo, por momentos una exhibición.
En primer lugar, controló con su defensa el circuito entre Balbi y el resto y minimizó la incidencia de los internos rivales. El dominio peñarolense de su pintura y del rebote fue abismal.
A partir de esa supremacía construyó una sinfonía de ataque. Con pase y pase. Con alimentación constante para Leiva, imparable para Alessio. Y con reversiones constantes a los lados débiles de la defensa juninense para atacarla a triple limpio. Peñarol, con Giddens intratable (3/4 triples y 11 puntos en el cuarto inicial), descargó todo el peso de su artillería exterior sobre Argentino. Con 6/11 desde más allá de los 6,75 metros, destrozó los planes del equipo rival y se impuso 32-15 en los primeros diez minutos.
En el segundo cuarto Peñarol no pudo mantener el ritmo, pero sí el colchón de puntos que consiguió en el primero. Escapó y tomó una renta máxima de 23 puntos (41-18) cuando restaba un poco menos de siete minutos para el descanso.
Sin embargo, no pudo mantener sus porcentajes de ensueño y Argentino, con paciencia y yendo mucho a la línea, achicó un poco la brecha (51-35) antes del entretiempo.
El conjunto juninse logró reducir a diez puntos (42-52) la brecha en un minuto y medio y se ilusionó con poner un poco de presión.
Hasta que Giddens ejecutó un par de jugadas con el sello de su inmensa calidad para frenar en seco ese intento de reacción. Peñarol, enfocado, frustró otra vez a Argentino con su defensa y estableció un parcial de 24-10 desde entonces y hasta el final del cuarto para cerrar la historia. Otra vez con Giddens imparable y con pase y oportunidades de tiro para casi todos.
Y en el cuarto final, con todo dicho, con Gutiérrez, Boccia y Leo descansando, la variante fue la velocidad de Massarelli para terminar de triturar a un rival que esta vez muy poco pudo hacer.
Síntesis:
Peñarol (100): A.Konsztadt 10, A.Boccia 8, J.Giddens 23, L.Gutiérrez 7 y M.Leiva 19 (FI); L.Massarelli 13, F.Giorgetti 13, G.Fernández 4, J.Barón 3 y E.Zustovich 0. DT: Fernando Rivero.
Argentino (67): F.Balbi 10, F.Funes 5, J.Cangelosi 8, D.Stewart 7 e I.Alessio 5 (FI); C.Posthumus 20, C.Schoppler 6, E.Basabe 4, A.Bualó 2, G.Lorio 0, A.Acuña 0 y M.Pastorino 0. DT: Ariel Rearte.
Estadio: Once Unidos.
Arbitros: Alejandro Ramallo-Mario Aluz.
Progresión: 32-15, 51-35 y 76-52.
Fuente: La Capaital
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