El golpe se sintió. Lo importante ahora es saber asimilarlo y a partir de eso comenzar a trabajar para reconstruir ese castillo que se había armado y que antes de lo previsto se desmoronó. Sin pensarlo, sucedió. Atenas deberá hacer borrón y cuenta nueva para demostrar que luego de caer a la lona puede levantarse y seguir dando pelea.¿Podrá? Sólo si sus protagonistas se convencen. Ahí es donde debe apuntar el entrenador Marcelo Arrigoni.
Caras de desconcierto, bronca, miradas perdidas, brazos en jarra, vaivenes de cabeza como no queriendo aceptar la realidad, mandíbulas apretadas, toallas en la cabeza... Así muchas imágenes y sensaciones más son las que dejó al desnudo el Verde en el epílogo de la dura derrota ante los entrerrianos. Es que claro, no estaba en los planes ni del más pesimista.
Al regreso, y luego de haber intentado digerir una y otra vez el cachetazo, el DT Griego no esquivo el bulto y dejó sus sensaciones junto a PODIO en una tarde dura y de mucho trabajo, pensando el debut como local del lunes frente a Olímpico de La Banda.
“Aquí estamos, masticando bronca. No esperábamos tener este tipo de juegos, porque veníamos haciéndolo bien, como con Boca y el primer tiempo de Sionista. Enfrente tuvimos un rival que nos superó en todo aspecto, no nos pudimos imponer en ningún momento. Tuvieron mucho más deseo de ganar el juego que nosotros”, así de simple y tajante fue Arrigoni al reconocer la superioridad del rival sobre sus dirigidos.
“Llegamos con Bruno disminuido y para colmo a los pocos minutos se nos lesionó el escolta (Juan Manuel Rivero). Desde allí supimos que iba a ser una prueba muy importante para el resto del equipo. Esto nos iba a pasar en algún momento, pero no imaginamos que tan pronto. Nos tiene que servir para tomar conciencia de que no se debe depender de uno u otro, sino que todos somos el equipo”, afirmó.
- ¿Se sintió el golpe?
- Se tiene que sentir. Es la única forma de revertir esto. Si decimos que sólo fue un partido malo y que se puede mejorar, vamos por mal camino. No va a ser sano. La realidad es que jugamos muy mal, no hicimos nada. Hay que hacer una auto observación y darnos cuenta que necesitamos un poquito más de maldad, porque este es un grupo muy sano. Se tiene que levantar la voz, decir “pará macho, estamos acá para otra cosa...”. Tiene que ser un aprendizaje. Nos tocó y hay que aceptarlo.
- ¿Qué notaste a la hora de entrar al vestuario?
- Que cada uno sabe que está en deuda. Saben que las cosas se pueden hacer mucho mejor. Quieren revancha y van a mostrar que tienen hambre.
- Yendo a lo deportivo... ¿por qué tantas variantes en el puesto de bases? Tenés tres y juegan dos escoltas subiendo el balón.
- No es que no tengo confianza en los bases. Les doy los minutos que creo y voy viendo cómo responden. Busco la mejor alternativa para acompañar a Bruno (Lábaque) y para cuando él no esté. Es un puesto muy jodido, y más sabiendo que son pibes. El armador tiene que ser el dueño del equipo y responsable de transmitir confianza. Cuando sos juvenil, a veces, la inestabilidad emocional te va en contra. Si estás bien, sentís que dominas el juego; sino, hacés dudar al resto. Los dejás sin confianza. Tienen que formarse. Tampoco es cuestión de tirarlos a la cancha y que se hagan a los golpes.
- ¿Coincidís que tener plantel largo no es sinónimo de tener que hacer jugar a todos sino al que mejor esté?
- Yo trato de darle minutos a todos, que cada vez sumen más, que entren al campo en el momento que el equipo los necesita. Pero claro, no lo amerita si no ganás. Me siento responsable por eso. A medida que pasen los partidos cada uno se irá ganando el tiempo que corresponda, y el que mejor esté será el que va a jugar.
- Te pregunto porque con Estudiantes, faltando 5’30 para terminar el primer cuarto ya habías cambiado el quinteto entero.
- Las cosas no estaban saliendo y había que encontrar soluciones. Es más, quise acortar ese tiempo, no quería demorar más. Pero bueno, no nos salió nada, ellos (por Estudiantes) hicieron un partido perfecto y no pudimos contra eso. Son situaciones que se dan.
- Ahora el debut como local
- Sí. Vamos a presentarnos ante nuestra gente y tenemos que estar a la altura. Dar la talla. Para eso trabajaremos.
Fuente: La Mañana
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