Sebastián Uranga era un juvenil de proyección cuando integraba el equipo de Ben Hur de Rafaela, en la Liga Nacional 2008/09. Era un chico con atributos, bien considerado y con un futuro interesante. Sin embargo, su fuerte autocrítica lo llevó a tomar una decisión que pocos jugadores, a su edad, se animan a tomar.
Se dio cuenta que a su juego le faltaba mayores propiedades como para ser un basquetbolista más completo. Entonces, con los riesgos que ello implicaba, decidió bajar de categorías para sumar minutos en cancha y así fortalecer sus aptitudes.
A decir verdad, Uranga fue adulto cuando la juventud es una bandada de pájaros que vuelan sin sentido. Asumió riesgos con la idea de volver a tener una chance en Liga Nacional, aunque ya algo más maduro.
La edición pasada apareció Obras Sanitarias, pero una lesión en su rodilla no le permitió tener el protagonismo planeado. Ahora es el turno de Sionista, una chance que él, atento a su pasado, no va a querer dejar escapar.
Uranga jugó un mano a mano con EL DIARIO. Contó su experiencia y la apuesta grande que hizo para intentar ser un mejor jugador.
-¿Cómo te encuentra este inicio de pretemporada?
-Con ganas y mucha ilusión, como todo arranque. Ojalá pueda conseguir un buen ritmo y un buen nivel como para meterme rápido en el equipo y poder darle respuestas. Uno siempre quiere hacer lo mejor para ayudar al grupo y para tener más posibilidades de estar en cancha. La idea es aprovechar cada minuto para poder consolidarme en la categoría.
-Tuviste chances de jugar en la Liga Nacional, pero eras muy pibe. En lo personal te planteas el rendir para consolarte en esta categoría.
-En su momento tuve la virtud de entender que necesitaba crecer para mantenerme en la Liga Nacional. Jugué un par de temporadas pero siendo muy joven. Entendí que bajar de categoría iba a ser una apuesta para mi, más que nada para crecer. Bajé de divisional en busca de mayor protagonismo. Sabía que en la Liga no iba a tener los minutos que sí iba a contar en el TNA (pasó por Echagüe, entre otros) o en el Torneo Federal (Adelante de Reconquista). Yo crecí muchísimo jugando en estos torneos. Me sirvió para ganar experiencia y para hacerme más fuerte. Estoy agradecido de haber jugador el TNA y el Federal.
-Pero imagino que no fue fácil tomar la decisión.
-En absoluto. A quien le gusta dejar de jugar en la categoría más importante de tu país. A nadie. Igual, sabía que iba a jugar poco en la Liga, entonces, aposté al crecimiento para después volver con mayores recursos. No fue fácil, pero se me dio. Digo que un poco tuve suerte, pero también el mérito de esforzarme para lograrlo. Hoy estoy convencido que si me hubiese quedado en la Liga A sería un jugador mucho más incompleto de lo que soy.
-Es interesante la autocrítica que haces. No muchos jugadores toman este tipo de decisiones.
-Creo que fui honesto conmigo mismo. Yo me daba cuenta que no estaba preparado para mantenerme en la Liga Nacional, y por eso bajé de categoría. Más que nada me animé con los riesgos que ello implica. Fue un golpe fuerte, y eso me hizo crecer. Pero ojo, algunos se arriesgan, crecen, pero no pueden volver. A mi se me dio. Y que me haya ocurrido no es solo gracias a mí, sino a mucha gente que me ayudó.
-Te consideras un jugador de laburo, que se formó desde abajo.
-¿Sabés que pasa?, son pocos los distintos. Son pocos los jugadores que disfrutan de que todo le salga bien. La gran mayoría tenemos que rompernos el lomo. Jugar el TNA y el Federal me enseñó a disfrutar de esta profesión. En su momento tuve la oportunidad de jugar en la selección argentina juvenil. Te aseguro que a esa experiencia la disfruto más hoy que en ese momento.
-Ahora bien, ¿cuánto tuvo que ver Sebastián Uranga padre en estas decisiones?
-Por suerte mi viejo no fue ese padre pesado que siempre estuvo atrás diciéndome cosas. Él me ayudó y mucho, pero no siendo un tipo que estaba encima todo el día. Estando en Reconquista empecé sesiones con un psicólogo deportivo. Y me hizo bárbaro. Había sufrido mi primera lesión seria y el ir al psicólogo me hizo muy bien. De hecho, aún hoy en día sigo tomando sesiones. Me ayudó a ser una persona más equilibrada. Cuando me va bien no me doy manija y cuando me va mal no me bajonéo.
-La temporada pasada tuviste una lesión seria y de hecho no pudiste jugar toda la Liga…(interrumpe la pregunta)
….Bueno, ahí está. Esa lesión me agarró bien parado. Si yo no hubiera vivido todo lo que viví, no sé como hubiera reaccionado. Claro que me bajoneé, pero me tomó mejor preparado. Imaginate que por esa lesión estuve siete meses sin jugar, ahora no me puedo bajonear por cualquier coludes. Este tipo de golpes te ayudan a crecer, a tomar las cosas de otra manera. Sin dudas.
-Hablemos de Sionista. ¿Qué sensación te causa este plantel?
-Me gusta y me ilusiona. Me gusta mucho como está armado individualmente este plantel. Desde ya que cuando arranque la temporada habrá que funcionar muy bien y tratar de ganar. Pero la primera impresión es más que interesante.
-Cuando decís “ilusión”, ¿a qué te referís?
-Sebastián (Svetliza) tiene una frase que a mi me gusta mucho. Él dice que el uno contra uno hay que jugarlo a ganar, que hay que buscar ser el más rápido de la pretemporada y de proponerse ser el mejor en cada uno de los trabajos que hacemos. Habla de tener mentalidad ganadora. Y me parece bárbaro. Debe ser así. Y este grupo busca eso, y ahí es donde me ilusiono.
-Y en lo personal, ¿cuál va ser tu rol?
-Voy a venir de atrás, siendo el reemplazo del americano que va a jugar de ala pivote. La idea es entrar con intensidad, con actitud y mucha entrega. Defender con agresividad y colaborar en lo que se pueda. Trabajo para tener más participación y para que el equipo pueda ganar.
Fuente: El Diario
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