El chaqueño, decisivo para que Peñarol liquide la serie ante Quilmes, reconoció que necesitaba una actuación destacada para encontrar su lugar en la rotación. “En el último cuarto sacamos a relucir toda nuestra personalidad”, expresó el alero.
Franco Giorgetti ya había demostrado toda su valía en Peñarol. Siendo más chico y en instancias decisivas, había dejado en claro que Marcos Mata tenía quien le cubra las espaldas y que el “Milrayitas” tendría alero para rato. Este chaqueño, que llegó reclutado de Estudiantes de Olavarría, ya había metido triples importantes en la final ante Obras Sanitarias, que le dio el tricampeonato a Peñarol en la temporada 2011/2012. Cuando ya se extrañaba su mejor versión, luego de algunas lesiones que le restaron continuidad, el pibe tuvo un “regreso” oportunísimo para decidir el cuarto juego de la serie ante Quilmes con un último cuarto notable.
Dos triples, una tremenda volcada y una gran actuación defensiva del chaqueño empezaron a quebrar al “Cervecero” en el cuarto juego de la serie. Tras el encuentro que le dio a Peñarol el pasaje a su octava semifinal consecutiva, Giorgetti reconoció necesitaba una actuación destacada para volver a sentirse importante dentro de la rotación. “Salió todo redondito. Sabía que estaba un poquito en deuda conmigo mismo y con el equipo, porque no venía dando la mano que siempre doy. Por suerte en el cuarto partido se dieron las cosas, tanto yo como Axel (Weigand), Isaac (Sosa) y Gaby (Fernández) dimos una mano importante y la serie es un premio que nos llevamos todos”, le dijo a Crónica de la Costa.
-Fue clave el aporte de todos los relevos…
-Sí, veníamos dependiendo mucho de Facu (Campazzo) y sabemos que cuando tenemos muchos jugadores que anotan es un gran problema para los rivales. Esta vez se dio así y sacamos adelante una serie durísima, en la que en muchos partidos fuimos de atrás. Creo que en el segundo tiempo del cuarto juego sacamos a relucir toda nuestra personalidad y conseguimos el triunfo para nosotros y para la gente.
-Les costó jugar bien en toda la serie pero tuvieron 5 o 6 minutos finales de un equipo importante en el cuarto juego, ¿no?
-Sí, la verdad que Quilmes sabía casi de memoria todos nuestros movimientos y eso es lo que hace cada equipo en los playoffs. Nos va a costar más hacer los goles que solemos hacer, por eso lo único que quedaba era sacar la personalidad y empezar a jugar al básquet. Cuando nos dimos cuenta de eso, sacamos adelante la serie.
-Al ver que no estaban finos en el juego, ¿dieron un plus en el segundo tiempo?
-Sí, creo que hubo un momento en el último cuarto en el que en cada ataque agarrábamos uno o dos rebotes. Ahí te das cuenta la garra que tiene este equipo, la personalidad y la cantidad de tipos ganadores que tenemos en el plantel. En mi caso, solamente trato de seguir a esos jugadores y busco darle descanso a Adrián (Boccia). Sé que no voy a jugar más de 15 o 20 minutos y tengo que hacer las cosas bien en ese tiempo.
-Los mejores momentos del equipo, como en el Súper 8 de Mendoza, coincidieron con el mejor nivel de los suplentes. ¿Esta actuación de los relevos ilusiona para las semifinales?
-Sí, sabíamos que no estábamos bien en defensa y que, en el Súper 8, el que entraba defendía como un animal. Por eso ganamos el torneo. Necesitábamos volver a las fuentes y creo que en esta serie Quilmes tuvo un promedio de 70 puntos. Sabíamos que ellos se basan en un solo jugador y lo pudimos controlar bien, con una defensa en bloque. Por eso pudimos liquidar una serie que no fue fácil.
-¿Esperaban una serie tan difícil?
-Sí, seguro. Ya en los partidos de fase regular, Quilmes nos había complicado mucho. Sabíamos que iba a ser duro cualquier rival, pero con Quilmes es especial. Se dio una serie linda para nosotros, pero mejor para el público.
-Ya habías demostrado toda tu valía en instancias decisivas. ¿Necesitabas una actuación así en esta temporada?
-Sí, yo me siento bien cuando entro y no me hacen puntos. Cuando tengo a mi jugador bien controlado, voy adelante y me siento más cómodo. Como dije, no creo que tenga más de 20 minutos y sé que tengo que hacer las cosas bien cada vez que entro. Tengo que darle descanso al titular y mantener el mismo ritmo de defensa o incrementarlo, para ganarme cada vez más minutos. Sentía que estaba en deuda conmigo, pero por suerte esta vez me salieron bien las cosas.
Fuente: C´ronica de la costa
Franco Giorgetti ya había demostrado toda su valía en Peñarol. Siendo más chico y en instancias decisivas, había dejado en claro que Marcos Mata tenía quien le cubra las espaldas y que el “Milrayitas” tendría alero para rato. Este chaqueño, que llegó reclutado de Estudiantes de Olavarría, ya había metido triples importantes en la final ante Obras Sanitarias, que le dio el tricampeonato a Peñarol en la temporada 2011/2012. Cuando ya se extrañaba su mejor versión, luego de algunas lesiones que le restaron continuidad, el pibe tuvo un “regreso” oportunísimo para decidir el cuarto juego de la serie ante Quilmes con un último cuarto notable.
Dos triples, una tremenda volcada y una gran actuación defensiva del chaqueño empezaron a quebrar al “Cervecero” en el cuarto juego de la serie. Tras el encuentro que le dio a Peñarol el pasaje a su octava semifinal consecutiva, Giorgetti reconoció necesitaba una actuación destacada para volver a sentirse importante dentro de la rotación. “Salió todo redondito. Sabía que estaba un poquito en deuda conmigo mismo y con el equipo, porque no venía dando la mano que siempre doy. Por suerte en el cuarto partido se dieron las cosas, tanto yo como Axel (Weigand), Isaac (Sosa) y Gaby (Fernández) dimos una mano importante y la serie es un premio que nos llevamos todos”, le dijo a Crónica de la Costa.
-Fue clave el aporte de todos los relevos…
-Sí, veníamos dependiendo mucho de Facu (Campazzo) y sabemos que cuando tenemos muchos jugadores que anotan es un gran problema para los rivales. Esta vez se dio así y sacamos adelante una serie durísima, en la que en muchos partidos fuimos de atrás. Creo que en el segundo tiempo del cuarto juego sacamos a relucir toda nuestra personalidad y conseguimos el triunfo para nosotros y para la gente.
-Les costó jugar bien en toda la serie pero tuvieron 5 o 6 minutos finales de un equipo importante en el cuarto juego, ¿no?
-Sí, la verdad que Quilmes sabía casi de memoria todos nuestros movimientos y eso es lo que hace cada equipo en los playoffs. Nos va a costar más hacer los goles que solemos hacer, por eso lo único que quedaba era sacar la personalidad y empezar a jugar al básquet. Cuando nos dimos cuenta de eso, sacamos adelante la serie.
-Al ver que no estaban finos en el juego, ¿dieron un plus en el segundo tiempo?
-Sí, creo que hubo un momento en el último cuarto en el que en cada ataque agarrábamos uno o dos rebotes. Ahí te das cuenta la garra que tiene este equipo, la personalidad y la cantidad de tipos ganadores que tenemos en el plantel. En mi caso, solamente trato de seguir a esos jugadores y busco darle descanso a Adrián (Boccia). Sé que no voy a jugar más de 15 o 20 minutos y tengo que hacer las cosas bien en ese tiempo.
-Los mejores momentos del equipo, como en el Súper 8 de Mendoza, coincidieron con el mejor nivel de los suplentes. ¿Esta actuación de los relevos ilusiona para las semifinales?
-Sí, sabíamos que no estábamos bien en defensa y que, en el Súper 8, el que entraba defendía como un animal. Por eso ganamos el torneo. Necesitábamos volver a las fuentes y creo que en esta serie Quilmes tuvo un promedio de 70 puntos. Sabíamos que ellos se basan en un solo jugador y lo pudimos controlar bien, con una defensa en bloque. Por eso pudimos liquidar una serie que no fue fácil.
-¿Esperaban una serie tan difícil?
-Sí, seguro. Ya en los partidos de fase regular, Quilmes nos había complicado mucho. Sabíamos que iba a ser duro cualquier rival, pero con Quilmes es especial. Se dio una serie linda para nosotros, pero mejor para el público.
-Ya habías demostrado toda tu valía en instancias decisivas. ¿Necesitabas una actuación así en esta temporada?
-Sí, yo me siento bien cuando entro y no me hacen puntos. Cuando tengo a mi jugador bien controlado, voy adelante y me siento más cómodo. Como dije, no creo que tenga más de 20 minutos y sé que tengo que hacer las cosas bien cada vez que entro. Tengo que darle descanso al titular y mantener el mismo ritmo de defensa o incrementarlo, para ganarme cada vez más minutos. Sentía que estaba en deuda conmigo, pero por suerte esta vez me salieron bien las cosas.
Fuente: C´ronica de la costa
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