Peñarol ha quedado a un partido de clasificarse a las semifinales de la Liga Nacional de Básquet. Después del triunfo de anoche ante Quilmes por 80 a 68 que dejó la serie 2-1 a favor del “Milrayitas”, hubo un jugador que se llevó los flashes, los aplausos, las ovaciones y las miradas, como tantas otras veces en la temporada: Facundo Campazzo.
Todavía agitado, después de una gran producción de 32 puntos y 8 rebotes, todavía en el parquet del Polideportivo y con las sensaciones a flor de piel, lo que menos hizo fue destacar lo suyo (que fue destacado), sino lo que hizo su equipo para llevarse el triunfo.
“A diferencia del primer partido no dependimos de un solo jugador, sumaron varios y defendimos duro que es muy importante”, aseguró el base cordobés.
Su trabajo había sido insoslayable, no había manera de no hablar de él, pero no le gusta mucho al parece: “mi participación queda aparte, hay que rescatar la intensidad en defensa. Los dejamos en 68 puntos y no es un dato menor. Lo estamos haciendo a la perfección y sabemos que debemos seguir por este camino”, volvió a remarcar sobre uno de los puntos fuertes en el triunfo de anoche.
El primer tiempo del encuentro fue trabado y difícil, pero cuando apareció él, la historia empezó a terminar. “Me sentí muy cómodo jugando el pick and roll en algunos momentos, traté de hacer jugar, dañar con los puntos penetrando. No me gusta hablar de mí y siempre destacaré la tarea colectiva”, indicó sobre su propia humildad.
Como ante cada partido jugado, hay cosas por mejorar para el cuarto partido que se disputará mañana a las 22 con televisación para todo el país. “Nos tomaron muchos segundas opciones con el rebote ofensivo y no puede pasar más. Nos falta un partido para poder cerrarlo, falta mucho, son 40 minutos. No es momento para bajar los brazos ni entrar desconcentrados. Debemos dar vuelta la página y pensar en el jueves”, afirmó convencido de lo que deben hacer.
No quieren un quinto juego, sino cerrar la historia en el Día del Trabajador: “faltan esos 40 minutos porque si lo perdemos faltarán otros 40 minutos, no queremos eso sino jugar a lo Peñarol, poder ganarlo y cerrar la serie”, finalizó.
Fuente: Marcadeportiva
Todavía agitado, después de una gran producción de 32 puntos y 8 rebotes, todavía en el parquet del Polideportivo y con las sensaciones a flor de piel, lo que menos hizo fue destacar lo suyo (que fue destacado), sino lo que hizo su equipo para llevarse el triunfo.
“A diferencia del primer partido no dependimos de un solo jugador, sumaron varios y defendimos duro que es muy importante”, aseguró el base cordobés.
Su trabajo había sido insoslayable, no había manera de no hablar de él, pero no le gusta mucho al parece: “mi participación queda aparte, hay que rescatar la intensidad en defensa. Los dejamos en 68 puntos y no es un dato menor. Lo estamos haciendo a la perfección y sabemos que debemos seguir por este camino”, volvió a remarcar sobre uno de los puntos fuertes en el triunfo de anoche.
El primer tiempo del encuentro fue trabado y difícil, pero cuando apareció él, la historia empezó a terminar. “Me sentí muy cómodo jugando el pick and roll en algunos momentos, traté de hacer jugar, dañar con los puntos penetrando. No me gusta hablar de mí y siempre destacaré la tarea colectiva”, indicó sobre su propia humildad.
Como ante cada partido jugado, hay cosas por mejorar para el cuarto partido que se disputará mañana a las 22 con televisación para todo el país. “Nos tomaron muchos segundas opciones con el rebote ofensivo y no puede pasar más. Nos falta un partido para poder cerrarlo, falta mucho, son 40 minutos. No es momento para bajar los brazos ni entrar desconcentrados. Debemos dar vuelta la página y pensar en el jueves”, afirmó convencido de lo que deben hacer.
No quieren un quinto juego, sino cerrar la historia en el Día del Trabajador: “faltan esos 40 minutos porque si lo perdemos faltarán otros 40 minutos, no queremos eso sino jugar a lo Peñarol, poder ganarlo y cerrar la serie”, finalizó.
Fuente: Marcadeportiva
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