Lábaque está para volver. Lleva seis juegos fuera de las canchas por lesión y aprovechó para ver desde el otro lado de la baranda lo que pasa sin las pulsaciones a mil. “Hay mejoría, pero no se mantiene la línea de juego”, afirmó.
Cada día que pasa es uno menos de espera. Con las suspensiones y postergaciones todo se hace mucho más largo. Así lo ve Bruno Lábaque, que luego de la lesión que lo marginó del equipo a lo largo de seis juegos, cuenta las horas para saltar al rectángulo y tomar la naranja para encabezar una vez más al equipo en este desafío de volver a ser el Atenas de antaño.
“La verdad que ya hace un mes que no juego y no veo las horas de volver. Los otros días me quedé con muchas ganas (en la derrota con Sionista, en Paraná), pero bueno... De a poco entro en ritmo y me preparo para cuando Mario (Milanesio) decida que es el momento. Ojalá el viernes (con Weber Bahía) tenga algunos minutos”, le dijo el capitán Verde a PODIO.
-Te tocó estar afuera... ¿Cómo se ve desde ahí?
-Sin dudas que todo se observa con mayor claridad, aunque no mucho más tranquilo. Uno, desde ahí, cree que las cosas son mas fáciles, pero la realidad indica que no. Es como la famosa frase del diario del lunes.
-¿Pero pudiste sacar algo en limpio?
-Sí. Hay una mejoría marcada, pero no podemos mantener la regularidad que se necesita. Es como que la Liga al estar tan pareja y despareja al mismo tiempo, lleva a que sea todo más complicado. Pero hay que lograrlo, sin vueltas.
-¿Pudiste plantearlo?
-Lo hablamos con los chicos. Pasa por no mantener la línea de juego durante los 40 minutos. Por dar un ejemplo con nombre propio: si Walter Herrmann metió tres pelotas seguidas, seguí jugando con él, cuál es la necesidad de cambiar. Debe ser así, y el que está al lado no debe fastidiarse, sino por el contrario. Pero bueno, esto en un equipo nuevo lleva su tiempo.
A veces desde afuera se ve que se peca de individualismo
Entre nosotros también se pensó y planteó. Se generó una discusión normal como cualquier punto de vista e intercambio de opiniones. La mía es que si eso fuera así, que haya alguno que quiere salvar al equipo y ser héroe, se pelearían por tirarla. Y en el partido pasado (con Sionista), por ejemplo, perdimos tres pelotas seguidas por no lanzar al aro... ¿Se entiende?
-¿Cuál es la solución?
-Los cinco jugadores que están en la cancha, los siete que están afuera y el cuerpo técnico debemos tener la capacidad e inteligencia de entender cómo hay que jugar. No arriesgar ni más ni menos. Éstas son cosas que varias veces, por tener las pulsaciones arriba, no sucede.
-¿El parate llega en un momento oportuno o inoportuno?
-Llega en un buen momento. Éste es un equipo que se armó para ser largo, y eso por todas las lesiones no sucedió. Hay jugadores que han sumado muchos minutos y está bueno que puedan descansar. Además, si Dios quiere ya vamos a tener el extranjero y completaremos el plantel. También es oportuno para enfriar un poco la cabeza, barajar, dar de nuevo y afrontar desde enero el objetivo que todos perseguimos.
Fuente: La Mañana
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