Mario Milanesio "Hoy sé que este es mi oficio"


Aquellos rulitos de la década del ‘80 hace rato que se fueron. Aunque dicen que la mano no la perdió nunca. Lo que tira, lo emboca. Tampoco perdió esos ojos llenos de picardía. Chiquitos, bribones. Ahora sazonados con ilusión. Mucha ilusión. A los 50 años, Mario Milanesio vuelve a ser el DT de Atenas.

Apuntalado por el acompañamiento de su hermano Marcelo, el jugador símbolo griego, el flamante entrenador verde va dejando de lado la lógica alegría por la noticia que más esperaba y empieza a trazar la jugada de su vida: demostrar que tiene mano para manejar este equipo.

Mario iniciará en la LNB 2013-2014 su cuarta experiencia como técnico de Atenas, en donde estuvo por última vez en febrero de 2007. Luego, un paso por la función pública, en la Agencia Córdoba Deportes. Un parate en el básquet. Hasta que apareció Juniors. Y el Albo, en ámbito asociativo, fue el disparador que el mayor de los Milanesio necesitaba. “Soy un agradecido. Me abrió una puerta que me permitió hoy estar acá de nuevo”, reconoce el DT.

–Si no hubieras estado dirigiendo, ¿creés que no te llamaban?

–Si yo no hubiera estado dirigiendo ahí y hubiera estado haciendo otra cosa, no me buscaba nadie para ser entrenador. Si un dirigente pregunta qué está haciendo Mario Milanesio y otro contesta que se dedica a otra cosa, empiezan a buscar a otro que esté en actividad.

–¿Por qué hoy creés que sos ‘más entrenador’?

–Vas creciendo y hoy sé que este es mi oficio. Quiero hacer una carrera de 10 años como técnico porque me preparé para eso.

–Más allá de que lograste títulos como entrenador de Atenas, ¿sentís que te había llegado antes de tiempo aquella oportunidad?

–Sí, porque necesitás una preparación. Pero eso me sirvió. Estuve arriba con el equipo, a mitad de tabla y abajo. Todo eso te va formando. Ahora siento que tengo un equilibrio entre vivencias y preparación. Viví cosas importantes y hoy puedo transmitirlas.

–Siempre se dijo que vos sacás ventaja en los pequeños detalles del juego. ¿Hoy en qué sentís que evolucionaste como entrenador?

–Lo más importante es entender al jugador y entender la época en la que estamos viviendo. Han cambiado mucho las cosas en relación a cómo eran en mi época. Tenés que estar al día. La parte psicológica del jugador es sumamente importante, pero el funcionamiento del equipo no es negociable bajo ningún punto de vista. Mejoré muchos aspectos, pero sigo sintiendo cómodo en eso de ver los detalles del juego y resolverlos sobre la marcha.

–En tu presentación oficial como técnico remarcaste la necesidad de conseguir a un interno determinante. ¿Por qué?

–A lo largo de toda su historia, en sus épocas de gloria, Atenas siempre tuvo a muy buenos jugadores en el poste bajo. Osella, Oberto y varios americanos que dejaron su recuerdo son ejemplo de eso. Viendo lo que fue Atenas en los últimos años, no vi un juego interior fuerte. Yo le apuntaba a (Robert) Battle. Él, Oberto y Leiva son los tres jugadores que podían darle ese nivel a Atenas. Leiva está en Peñarol, Fabricio no juega más y Battle no su pudo dar. Pero con la llegada de Lewis y Williams vamos a tener otro tipo de variantes para suplir específicamente el juego en el poste bajo. Vamos a tener un potencial muy importante en materia defensiva. Tiene que ser un equipo con mucho sacrificio.

–¿Te habías ilusionado con que jugara Fabricio?

–Sí. Le dije que era un jugador clave para lo que imaginaba. No voy a desmerecer a nadie, pero fue el mejor pivot de Europa, campeón olímpico y de la NBA. Son pergaminos demasiado importantes como para prescindir de él. Bien entrenado y metido en el equipo desde el primer día, en esta Liga, a él no hay con qué darle. Pero tomó esa decisión y ya está. Hubo que buscar otras opciones.

–Uno de los desafíos que vas a tener es reinsertar a Walter Herrmann en el básquet de alto nivel. ¿Cómo imaginás ese proceso?

–Él es un jugador privilegiado físicamente y de nivel internacional. Jugó en la NBA y brilló en Europa. No tiene que demostrar nada. Tiene que estar muy bien entrenado y muy bien en confianza. Va a ser parte importante dentro y fuera de la cancha; tengo mucha expectativa. La incertidumbre está en que hace tres años que no juega profesionalmente, pero no tengo dudas que en poco tiempo se va a poner a la altura. Nos va a regalar una gran temporada.

–¿Qué esperás de él?

–Walter es sumamente agresivo en su juego y que te da muchas opciones, porque puede jugar de dos, de tres y en el poste bajo. Es un jugador para disfrutar y que todo entrenador quisiera tener en su equipo.

Cambios. La próxima LNB no tendrá descensos, lo que provocará que en algún momento, varios equipos no jueguen por nada. De todos modos, Mario explica: “Juguemos contra el primero o el último, tenemos que jugar con la misma intensidad y responsabilidad. No podemos equivocarnos con las lecturas. En esta Liga, a medida que corran las fechas, vas a tener equipos que van a estar arriba y otros que van a hacer la plancha porque no van a tener ninguna expectativa deportiva”.

–Atenas es uno de los pocos equipos armados con apetencia de título. ¿Eso genera una presión extra?

–Estar acá ya es presión. Esta camiseta es presión. Hay una gran historia detrás y está demostrado que acá nadie se banca ver a Atenas en la mitad de tabla. Ni los dirigentes, ni los entrenadores, ni los jugadores, ni los hinchas y ni los periodistas. La expectativa es estar arriba y es lo que le quiero transmitir a todo el mundo.

–¿En cuánto tiempo estará el nivel del equipo que esperás?

–En el menor posible. Comenzar a trabajar 45 ó 50 días antes del inicio de la Liga va a ser muy bueno. Pueden pasar muchas cosas, pero quiero que el equipo arranque muy fuerte. Hay que hacerle saber y entender a la Liga que Atenas es candidato desde el primer día.

–¿Y cómo te ves en el Atenas de este tiempo?

–Atenas tiene un gran historia, que tuvo un comienzo. Y yo me siento parte de ese comienzo. Tengo un sentimiento muy fuerte por este club y voy a tratar de inculcárselo a los jugadores. Tenemos la suerte de haber conformado un gran equipo y el hincha tiene que tener la tranquilidad de saber que en cada partido vamos a entregar todo. Sé lo que es Atenas y todos saben eso.

Los hermanos sean unidos. Mario tendrá un escudero de lujo, su hermano Marcelo. A la hora de explicar el rol del Gran Capitán, el DT indicó: “Más allá de asesorar en todo aspecto al club, lo que me gustaría es que tenga un reinserción dentro del básquetbol. Él, hasta el día de hoy, se siente jugador. Es algo muy particular en él. Su vida es el básquet. Ojalá se enganche y aporte su experiencia. Esto le puede abrir nuevas puertas.

–Dijo que se tomó revancha porque dice que ahora vos viniste gracias a él...

–Cuando Atenas me fue a buscar como jugador, mi papá les dijo que íbamos a los dos o no venía ninguno. Y ahora fue a la inversa. Ya es como una cosa folklórica. Necesitaba esta oportunidad y me siento plenamente capacitado para afrontar este desafío.

–¿No te molestó ese condicional de que si no venía él vos no dirigías?

–No, para nada. El camino de los entrenadores no es fácil. Hay miles para sólo 16 lugares. Si te ponés a ver cómo llega cada entrenador, hay mil maneras. La cuestión es que necesitaba esta oportunidad y ahora está en mí demostrar que tengo capacidad para estar acá.

–Hace varios años, Felipe Lábaque dijo que no podías conducir ni un Fiat 600.

–Lo único que contesté es que yo con los de Atenas no me peleo nunca. Conozco a Felo cómo es y su manera de manejarse. Ese año, jugamos tres torneos y ganamos dos, después de esa frase. Y para mí no fue una revancha. Era lo que tenía que hacer. Si salís campeón como entrenador, lo primero que dicen es “y cómo no va a ser campeón con el equipo que tiene”. Y si te va mal, la culpa es del entrenador. Ninguna de las dos situaciones beneficia al entrenador. Tengo muy claro en dónde estoy parado. Tenés que tener una preparación muy importante en todo aspecto; sino, dedicate a otra cosa.

–Te tocó ser contemporáneo a tu hermano Marcelo como jugador, que llevó el listón muy alto para un Milanesio. ¿Cómo conviviste con eso?

–Nunca tuve envidia o celos. Disfruté plenamente su carrera y me siento realmente privilegiado de haber estado al lado de semejante monstruo. En ese momento, pasaban los años y no dimensionábamos lo que era Marcelo. La cabeza de Marcelo, no por el tamaño, je, sino por la forma en que ve todo dos o tres segundos antes, hoy en día, es muy difícil de encontrar en el mundo. Todo lo que hizo lo transmitió y la gente se identificó con él. Se esforzó, fue noble, fue estricto, fue ganador y eso la gente se lo valora. Lo que nos queda de aquella época es el cariño del hincha. Marcelo siempre disfrutó de eso y siempre fue honesto con el juego, con Atenas y con la gente. Los éxitos deportivos no fueron una casualidad.

–¿Te quedó algo pendiente como jugador?

–Me caracterizaba por mi tiro de tres puntos, pero siento que daba más cosas de las que todos veían. Como jugador, terminé sumamente satisfecho. Gané todo lo que me propuse, desde un intercolegial, un provincial, un nacional, la Liga, sudamericanos. Sólo me quedó pendiente haber integrado una Selección Argentina.

Fuente: Día a Día

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