Leo Gutiérrez describió su reacción tras meter el triple que rescató al equipo marplatense ante Lanús el viernes pasado. “Parecía que eran nuestros últimos minutos en esta Liga”, reconoció el as de espadas de Peñarol en diálogo con El Atlántico al palpitar el cruce decisivo del jueves
Faltan 40 segundos, Lanús gana 62 a 59 y la tensión invade el Polideportivo. Peñarol está tenso como casi nunca y no encuentra respuestas colectivas ni individuales para torcer la historia. Se olía el peligro de la eliminación en semifinales.
Campazzo dirige el ataque desde el eje de cancha pero la opción clara, como en buena parte de esta serie, no aparece. El ataque se consume y la pelota pesa demasiado: hay que tirar. Allí se ofrece Leonardo Gutiérrez, con el corazón en la mano, acosado por una contractura que parece devorarle el gemelo. Lejos del aro, a más de 8 metros y en una noche que venía errática, el cordobés recibe frontal y toma el tiro que sólo él puede meter. El estadio estalla y recupera la vida, igual que Peñarol, que resurge a partir de su líder y se impone en el suplementario para llevar la serie a un quinto juego el próximo jueves.
“Ni lo festejé porque estaba muerto y además parecía que la pelota se iba a cualquier lado. Pero entró”, le dijo a El Atlántico el hombre que en los momentos claves ve el aro mucho más grande que el resto de los mortales.
Su amigo y compañero de batallas, Martín Leiva, definió perfecto el momento. “Esas bombas son de Leo. Puede ir 0 de 10, que igual esa va a entrar”. Pero Gutiérrez, que en la noche del viernes se convirtió en el sexto jugador de la historia en superar la barrera de los 12.000 puntos en la Liga, pretendió llevar el análisis a lo colectivo: “Creo que el equipo en los momentos en los que tuvo que jugar, jugó, y cuando tuvo que poner, con equivocaciones y con aciertos, puso lo que tenía que poner”, explicó.
-Esta vez sí que parecía que era el final para ustedes…
-Sí, la verdad que parecía que eran nuestros últimos minutos en esta Liga, pero realmente ahora es una final, son 40 minutos y el que haga mejor las cosas va a ganar. Ellos van a tener un poco más de presión porque son locales, pero es un partido clave para los dos y los dos tenemos que dejar todos para ganar.
-¿Están jugando incómodos o ya no les importa jugar a este ritmo que suele imponer Lanús?
-Estamos jugando incómodos los dos. No encontramos opciones fáciles para anotar, siempre tenemos que buscar una opción B o C. El tema acá es intentar buscar la mejor opción para ganar y el jueves vamos a hacer todo para poder tener la chance de jugar otra final.
-Llegaron a manejar una buena ventaja pero cuando Lanús los presionó en el tercer cuarto los sacó de juego.
-Sí, perdimos un par de pelotas importantes que le sirvieron a ellos para remontar una diferencia de 14 puntos y retomar la confianza para manejar el ritmo del partido. Nos quedamos sin gol, ellos empezaron a meter dobles en penetración y ahí nos caímos anímicamente y físicamente.
-¿Cuál fue la virtud en el suplementario?
-Defendimos bien, acertamos un triple de Marcos (Mata) con tablero y otro triple que nos dio la chance de sacar diferencia y estar más tranquilos. Pero la realidad es que nos equivocamos mucho los dos, un equipo perdió 29 pelotas y el otro 27… yo creo que el que se equivoque menos va a sacar la diferencia en el quinto partido.
Fuente: Diario El Atlántico
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