Pieza importante del Regatas campeón del Súper 8, analizó el título con El Atlántico y recordó su paso por Quilmes, donde descendió en el 2010. “No quería defraudar a nadie, cargué de mucha responsabilidad” dijo
En tan solo 25 años, a Nicolás Romano le han pasado cosas fuertes en lo deportivo, pero también en la vida. Entonces, creció rápida y obligatoriamente. Fuera de la cancha fue padre desde muy chico y se hizo cargo, junto a su compañera Geno. Y dentro, le tocó tener la suerte de vivir del básquet. Pero tuvo que pasar un tiempo en Neuquén, otro en Mar del Plata y ahora disfruta de Corrientes. Fue sorpresa y revelación, también descendió y en estos últimos tiempos ha festejado. Con Regatas, ganó la Liga de las Américas, estuvo cerca de llegar a una final de Liga Nacional y el domingo celebró el Súper 8 de local.
Si bien debió saltear pasos y hoy está “grande”, no deja de ser “Nico”. Y en Corrientes se lo demuestran todos. Porque así lo llaman cuando entra y sale del club, o cuando está en el restaurant. También al ingresar al salón repleto. Lo felicitan y le cantan “dale campeón”.
El ala pivote juninense que pasó por Quilmes, cumplió un cuarto de siglo hace poco y disfruta de ver crecer a Camilo, en plena espera paralela de Benicio, que está por venir en estos días. Ya es un hombre. Es “Nicolás”. Un jugador que está cerca de la madurez y que disfruta de un lindo presente en Regatas, reciente ganador del certamen que organizó.
Es alguien que más allá de su felicidad, recuerda su paso por el “Tricolor” cuando aparece en la charla. Rememora su estadía en el equipo al que llegó en la temporada 08/09 y con el que descendió en la siguiente. Sobre el pasado, “Nico” recuerda, reflexiona y lo compara con la actualidad: “En Mar del Plata era muy joven, me tocó jugar un play off de descenso y lo sufrí mucho. Era muy chico. Sabíamos que la gente nos seguía a todos lados, yo no quería defraudar a nadie y me cargué de muchas responsabilidades. Ahora me dí cuenta que cuando estoy tranquilo, puedo jugar bien.
Ya no soy un pendejo; estoy bastante grandecito”.
Sobre el presente reciente, Romano especifica: “desde el momento que supimos que íbamos a ser los organizadores del Súper 8, nos dimos cuenta que tendríamos un plus, al jugar con nuestra gente. Estamos muy contentos. Charlábamos con los chicos en el vestuario y decíamos que hay que disfrutar aunque no tengamos mucho tiempo. Porque cumplimos un objetivo pero esto no se detiene”.
En su respuesta, también incluye el antes en la vida fuera del deporte. “A mí me tocó de muy chico irme de mi casa, con mi señora y un hijo. Son experiencias que me hicieron bien y que las aprendí a valorar. Por eso disfruto el día a día. Y acá me tratan como en mi casa. Hay que seguir por este camino”, explica.
- Más allá de aquellas nubes y el sol de la actualidad, imagino que recordás tu paso por Quilmes.
- Es imposible olvidarse. La pasé muy bien aunque al equipo no le fue tan bien. Recuerdo el Once Unidos, la hinchada. Eso me marcó. Mi señora es fanática, lo sigue. Camilo se acuerda las canciones. Es una lástima que no nos haya ido bien como equipo y que yo me haya tenido que ir de la manera que me fui. Pero lo recuerdo con mucho cariño y estoy muy orgulloso de haber estado ahí.
- Además, te sirvió como un trampolín para venir a Regatas, un equipo con aspiraciones de campeonato.
- Descender es una de las cosas más feas que le pueden pasar a un deportista. Pero a mi me hizo crecer, en todo sentido. Vine a un equipo de mayores aspiraciones, en donde tengo menos responsabilidades, aunque a mi me gusta sentirme importante. Era el salto que le quería dar a mi carrera. Hasta ahora salió bien porque ganamos la Liga de las Américas, estuvimos cerca de una final de Liga Nacional y ahora tenemos el Súper 8.
- Ahora que estás más grande, ¿pudiste abstraerte de la presión que había en Corrientes sobre Regatas en el Súper 8?
- Yo me lo tomé muy relajado. Por eso creo que jugué con soltura. Traté de hacer oídos sordos a todo lo que se decía y enfocarme en los partidos. Sabía que si empezaba a escuchar las cosas que se dicen me podía llegar a perjudicar.
- ¿Por qué ganaron un torneo donde estaban los mejores equipos?
- Es un torneo exigente. Cada equipo te hace rendir al máximo. Lo ganamos porque hicimos buenas defensas. Siempre confiamos en lo que hacemos atrás. También fue clave la concentración, porque no en todos los partidos vas a jugar lindo y la pelota va a entrar. Tenemos que tratar de mantener el lugar que nos hemos ganado hasta ahora y estamos en un buen camino. Sabemos que nos costó mucho y fue un torneo muy parejo. Este equipo se armó para afrontar este tipo de desafíos.
Fuente: Bernardo Rolón - Diario El Atlántico
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