Con ganas de ganar


El elenco paranaense dejó todo, revirtió un partido complicado y se quedó con una gran victoria. Fue por 91 a 86 en partido adelantado por la tercera fecha de la segunda fase. Muy buen debut de Nate Miller. Mañana recibe a Peñarol de Mar del Plata.

La peleó, nunca se entregó y tuvo su premio. Jugó bien el primer tiempo, se perdió en tercer cuarto y reaccionó con valor en el último chico. En sí, la estaba pasando mal Sionista. Llegó a estar 11 puntos abajo jugando mal. Pero de repente, cuando el partido parecía que transitaba siempre un mismo ritmo, cambió en forma brusca.

Sionista lo levantó con ganas, con sacrificio y con apariciones individuales sumamente positivas. Josh Pittman la había pateado pero cuando más se lo necesitó levantó la mano y dijo presente. Nate Miller tuvo un debut formidable. Entró sin entender mucho dónde estaba, pero en el momento más caliente anotó puntos importantísimo. También fue muy bueno lo de Daniel Hure, quien al igual que Matías Sandes se sacrificó para pelear en el juego interno. Y Jaime Lloreda también mostró su oficio. Y ni hablar del pibe Sandrini, quien desde la base tuvo personalidad y gran inteligencia para acomodar las fichas cuando el tablero estaba todo desparramado.

Sionista le ganó 91 a 86 a Weber Estudiantes. Fue la primera satisfacción de esta segunda fase, la que sirvió para cortar una racha adversa de cuatro derrotas y alimentar el ego. El valor de este triunfo no tiene precio. Y más en lo psicológico. Lo bueno de Sionista es que tuvo ganas de ganar.

PALO Y PALO. De entrada Sionista quedó comprometido. Jaime Lloreda cometió dos faltas en menos de 3 minutos de partido y el juego interno quedó debilitado. Con el panameño en el banco y sin Alejandro Zilli, el local tuvo que sacrificar a Daniel Hure y Matías Sandes como centro.

El local tuvo que poner mucho empeño para llevar adelante su propuesta. Le costó, pero con sacrificio intentó. Del otro lado Estudiantes mostró mucha movilidad y rotación. Tuvo gol en el perímetro y también en el poste bajo.

En este contexto, el pleito fue parejo, equilibrado y cambiante en el tanteador. No hubo un patrón de estancia.

En el dueño de casa fue muy bueno el trabajo en dupla de Cequeira y Sandes. Los dos se hicieron cargo de las ofensivas y respondieron efectivamente. Del otro lado fue el Pitu Rivero quien lastimó seguido.

Como espectáculo el primer cuarto estuvo muy bueno, aunque para el beneficio del local le convirtieron muchos puntos (26 a 25 para los bahienses).

No cambió mucho el segundo chico, en esencial porque los dos se prestaron los momentos. Sionista se cayó cuando Sandes se fue a descansar al banco de los relevos después de un gran trabajo. El quipo sintió su ausencia y se quedó sin gol. El Albo lo aprovechó para sacar la primera luz de la noche (41 a 34). Lo bueno es que el dueño de casa reaccionó rápido. Hure con triples y Lloreda con mayor protagonismo se hicieron sentir adelante, mientras que atrás el equipo defendió mejor. Entonces, de estar mal pasó a estar mejor, revertir el panorama e irse al descanso largo arriba por 47 a 45.

FINAL CALIENTE. Sionista tuvo un arranque de complemento con malas decisiones. Errores para atacar y desconcentraciones para defender. Estudiantes entró con mayor agresividad y metió un parcial de 13 a 2 que lo llevó a estar arriba 58 a 49. Cequeira no fue el mismo, Sandes y Hure no encontraron lugar y Pittman estuvo apático en su labor.

Sionista se cayó, se rompió y dejó de ser una estructura firme. La visita, con Rivero con la mano caliente, cada vez se sintió más cómodo, tomó las riendas del carro y llevó el partido por el camino más conveniente.

La visita aprovechó muy bien la cantidad de equivocaciones de su oponente, metió un parcial de 26 a 16 y entró al último cuarto arriba 71 a 63. El dueño de casa perdió muchas pelotas, se desdibujó como equipo y quiso salvar el mal momento con arrestos individuales.

De repente, el dueño de casa tuvo una secuencia puntos impensados. Metió 7 puntos en una misma jugada. ¿Cómo?. Sí, un doble de contragolpe, un técnico sobre Ferrini con libres convertido y tras la reposición un triple de Pittman. Sionista se puso 71 a 70 abajo a 7 minutos para la chicharra.

En el momento más caliente el dueño de casa se quedó sin Sandes, quien se fue por 5 faltas. Pittman se despertó, mostró mayor actitud y más compromiso. El Centro Juventud levantó en lo psicológico. Sandrini condujo muy bien y Lloreda también se asomó y dio la cara. A su vez, Miller sacó a relucir lo mejor de sí. Sionista con muchas ganas se puso 85 a 80 a 1 minuto. Final recontra caliente.

Sionista también perdió a Lloreda y por ende sin interno. Solo Hure adentro. La debilidad no fue impedimento para ilusionarse. Sionista no se achicó y con un Miller inspirado lo sostuvo arriba y se quedó con un gran triunfo.

Síntesis

Sionista (91): Luis Cequeira 12, Josh Pittman 23, Lucas Goldemberg 0, Matías Sandes 12 (x), Jaime Lloreda 13 (x) (FI), Daniel Hure 16, Nicolás Agasse 1, Nate Miller 11, Jeremías Sandrini 3, Eduardo Spalla 0. Entrenador: Sebastián Svetliza.

Bahía Estudiantes (86): Lucas Faggiano 15, Juan Manuel Rivero 22, Federico Ferrini 6 (x), Marcus Fizer 9, Lavell Blanchard 13 (x) (FI), Juan Manuel Torres 2, Mauro Miérez 0, James Williams 11, Víctor Baldo 8. Entrenador: Pablo Coleffi.

Progresión: 25-26, 47-45 y 63-71.
Árbitros: Juan Fernández y Rodrigo Castillo.
Estadio: Moisés Flesler.

Fuente: El Diario
Foto Gentileza: ligateunafoto.com

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