Bahía Estudiantes mostró momentos de lucidez, cuando defensivamente Pepe Sánchez sacó a relucir sus recursos, generando, desde la primera línea, el orden colectivo. Ofensivamente, Baldo se alejó del cesto y también se sacrificó abajo. Un obrero y conocedor del juego.
Más positivo que en el anterior juego se lo vio a Pitu Rivero, metiéndole un poco más de piernas a la defensa y siendo efectivo, básicamente, en el tercer cuarto.
Con sus 2m10, Juan Manuel Torres tuvo una buena medida ante rivales naturales de A. Atacó, con mayor dificultad que en partidos anteriores, aunque enfrentando por momentos muy bien a los grandes y, fundamentalmente, sacando ventaja cuando la pelota le llegó limpia.
Entre Lucas Faggiano y Pepe supieron repartirse los minutos y seguir consolidando la conducción, logrando en diferentes pasajes buena circulación de balón. Lógicamente, cuando Gimnasia se fortaleció atrás se generaron las mayores dificultades en la ofensiva bahiense.
El escolta Garfield Blair lejos estuvo de parecerse al de la primera presentación y, sumado a las ausencias de Ferrini y Durley, eran demasiadas ventajas.
Un párrafo aparte merece el juvenil Gonzalo Torres, hermano de Juan Manuel. Tuvo un segundo cuarto inolvidable (ver aparte), defendió, se mostró desenvuelto y seguro. El pibe promete. Algo más que auspicioso para Bahía.
Síntesis
Gimnasia (72): D. Ciorciari 12, M. Byró 9, J. Robinson 9, A. Seawright 10, D. Romero 14 (FI), E. Casinelli 5, S. Scala 2, A. Reinick 0, F. Vay 11. DT: M. Richotti
Estudiantes (64): J.I. Sánchez 4, G. Blair 8, J.M. Rivero 12, V. Baldo 9, J.M. Torres 13 (FI), L. Faggiano 8, G. Torres 10, M. Miérez 0, L. Redivo 0. DT: P. Coleffi
Progresión: Gimnasia, 16-14; 32-33 y 50-47.
Arbitros. Alejandro Ramallo y Javier Sánchez.
Fuente: La Nueva Provincia
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