Desde hace un largo tiempo que se sabe que Leandro García Morales es una de las debilidades de Sergio Hernández. Hasta ahora, no han podido coincidir en ningún equipo, pero es mutua la admiración entre el uruguayo y “Oveja”. Esta vez, el destino parece unirlos en Peñarol, nada menos que en la pelea por lograr el tricampeonato.
Tras la fractura en el dedo pulgar de Kyle Lamonte, la dirigencia peñarolense se movió rápido y contactó a García Morales, una de las opciones que Hernández considera más viables para acoplarse rápido al equipo. “Oveja” confía en su espíritu ganador y en su estilo de juego, por eso fue el elegido para ocupar el lugar del estadounidense, que se perderá el resto de la final. El uruguayo respondería enseguida mismo a la propuesta (todo indica que aceptará) y, como se encuentra en Punta del Este descansando, podría arribar rápidamente al país para sumarse a la delegación “Milrayitas” en Capital Federal.
García Morales mide 1,88 metros, tiene 31 años, juega en la Selección uruguaya y es uno de los goleadores más confiables de Sudamérica.
Jugó hasta la semana pasada en Venezuela, donde quedó eliminado con su equipo Cocodrilos. Previamente, tuvo un paso por la Liga Nacional en San Martín de Corrientes. Y pese a que no pudo evitar el descenso del equipo dirigido por Guillermo Narvarte, sus números fueron muy buenos: en 9 partidos jugados, promedió 19,2 puntos (28% en triples, 59% en dobles y 87% en triples), 2,7 rebotes y 2,3 asistencias en 33 minutos. El escolta también disputó el TNA en Argentina en Pedro Echagüe y fue elegido como mejor jugador de esa categoría en 2007.
De concretarse la llegada de García Morales, el uruguayo podría anotar en su currículum un descenso y un título en la misma temporada, si es que se consagra campeón con Peñarol.
Fuente: El Atlántico
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