También es el campeón del sacrificio


Peñarol doblegó a Estudiantes por 75 a 71. El equipo bahiense jugó un gran partido y complicó toda la noche con una zona que ajustó muy sobre los tiradores y con un gran partido de Pepe Sánchez. Pero el elenco marplatense lo sacó adelante con una gran defensa y con mucha paciencia para trabajar el partido. La serie está dos a cero.

Lo que no pudieron Nalbandian y Del Potro con Croacia, lo logró Peñarol con Estudiantes. El equipo marplatense se impuso 75-71 en el segundo partido de esta serie de cuartos de final de la Liga Nacional de Básquetbol y puso match point la eliminatoria. Esta vez el equipo marplatense tuvo más carácter que juego y más paciencia que contundencia, además de disfrutar de un gran aporte de los relevos, para superar a un rival que tácticamente le complicó el partido sobremanera.

Esta vez Estudiantes pudo hacer pie de arranque. El equipo bahiense logró confundir primero y luego dominar a Peñarol con una defensa zonal que ajustó muy bien sobre los tiradores ?milrayitas?. Y que le permitió a Campazzo anotar, pero no rtocorrer y hacer contacto con el resto de sus compañeros.

Así salió un primer tiempo radicalmente opuesto al del primer partido. El juego de ataque de Peñarol no tuvo ni la frescura ni la contundencia del miércoles. Los porcentajes de tiro abierto, sin el pase extra, se cayeron a pedazos. Y los bahienses lograron su cometido de llevar el partido tanto a tanto.

Ante esa defensa, no sólo Peñarol se confundió. Pasado el ecuador del primer cuarto, se fastidió. Hasta allí llevaba el partido relativamente bien con el gol de Campazzo y algunas profundizaciones para Leiva. Pero luego se nubló y se secó.

Claro que el equipo marplatense, con su intensidad defensiva, tampoco le facilitó las cosas a los de José Luis Pisani, más allá de algunas distracciones para seguir los cortes por el eje de cancha. Estudiantes, entonces, sacó un magro provecho del peor pasaje de confusión de Peñarol, cuando anotó apenas dos puntos en los últimos tres minutos del cuarto. Y se llevó al descanso corto una escasa renta de 20 a 15.

Cuando el conjunto marplatense entendió el partido, comenzó a encarrilar la situación. No tuvo juego. Pero defendió con todo su corazón en el segundo cuarto. A punto tal de no dejarle a los bahienses convertir tiro alguno de dos puntos en ese parcial. Y de limitar su producción de ataque a sólo doce puntos (tres triples y tres tiros libres) en dicha segunda mitad.

Esa defensa le permitió a los de Sergio Hernández ponerse de pie. Más la inteligencia para convivir con su sequía triplera. Sin gol exterior (apenas dos tiros de tres puntos anotados a lo largo de toda la primera mitad), Peñarol fue astuto para insistir por el lado de Leiva y para provocar faltas e ir a la tranquilidad de la línea. Si tuvo un buen lanzamiento de media distancia ?todo un lujo para lo mucho y bien que defendió Estudiantes-, también lo aprovechó.

En consecuencia, fue descontando de a uno. Pero no dejó de hacerlo. Así emparejó. Y así también pasó al frente hasta obtener una máxima ventaja de nueve puntos (38-29) en los segundos finales, recortada por un triple postrero de Pepe Sánchez en la última jugada de la etapa.

Pareció que a Peñarol se le abría el partido en el tercer cuarto. Porque, con todos los titulares en cancha, pudo imponer un ritmo más veloz de juego y tuvo una buena ráfaga de tiro perimetral (dos ?bombas? de Mata y una de Campazzo). Pero una vez más la defensa zonal de Estudiantes, después de ese inicio, impuso condiciones. Y al equipo bahiense, cuando peor estuvo, lo levantó un Pepe Sánchez inmenso, que se hizo cargo de todo. El base anotó catorce puntos en el parcial (con tres triples) y la diferencia inicial fue desapareciendo. Hasta que, con el último tiro de tres puntos de Sánchez, pasó al frente 55-54, resultado final del tercer cuarto.

Ya sin Pepe en cancha, con las bondades de la zona, Estudiantes le siguió poniendo el partido cuesta arriba al equipo local. El conjunto bahiense llegó a sacar una máxima ventaja de cinco puntos (61-56) en los primeros minutos del segmento final.

Pero Peñarol reaccionó como el tremendo equipo que es. Con la misma receta del segundo cuarto. Una gran defensa y mucha paciencia para lograr buenos lanzamientos. Así logró la paridad.

Ibarra, con Campazzo en el banco, fue clave con su paciencia y clavó un triple clave con partido indeciso. El otro gran aporte de un banco muy rendidor en esa recta final lo puso Selem Safar.

Con dos triples consecutivos del zurdo, Peñarol se puso 73- 67 a falta de dos minutos.

Estudiantes y Pepe Sánchez prolongaron la agonía todavía un minuto y pico más. Pero, con marcador 73-71, Gutiérrez sacó un conejo de la galera para dejar sólo a Mata para convertir el doble que aseguró el partido y todo el equipo se mató defendiendo las últimas jugadas para asegurar un partido que costó mucho. Y que vale una enormidad.

Síntesis

Peñarol (75): Facundo Campazzo 11, Kyle Lamonte 0, Marcos Mata 18, Leonardo Gutiérrez 7 y Martín Leiva 15 (FI); Alejandro Reinick 0, Matías Ibarra 7, Franco Giorgetti 4, Selem Safar 9, Pablo Barrios 4. DT: Sergio Hernández.

Estudiantes (71): Juan Ignacio Sánchez 23, Lucas Faggiano 11, Ramzee Stanton 0, Ricardo Sánchez Rosas 18 y Jerome Meyinsse 8 (FI); Juan Espil 1, Federico Aguerre 10 (x), Enzo Ruiz 0, Ariel Zago 0. DT: José Luis Pisani.

Estadio: Polideportivo Islas Malvinas.
Arbitros: Pablo Estévez, Osvaldo Bautista y Javier Mendoza.
Progresión: 15-20, 38-32 y 54-55.

Crónica: La Capital

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