El gigante también está feliz

Mientras La Banda todavía vibra por la victoria ante San Martín de Corrientes, que sirvió para quedarse en la Liga Nacional, el gigante Albert Jackson, pivote de Olímpico, comenzó su recuperación de la lesión en la rodilla derecha.

El americano de 2,10 metros, que se perdió el último y definitorio cotejo ante los correntinos, porque en el cuarto juego sufrió una rotura de ligamentos, mientras esperaba en la vereda de un centro de rehabilitación, con muletas a su amigo, compañero y compatriota Gregory Grays, Nuevo Diario, LV11 y FM 88.1 tuvieron una charla distendida con Albert.

Es cierto que muchos agradecen el gesto que tuvo James Williams, jugador de Quimsa, en reemplazar a Jackson para el último encuentro, que por cierto lo hizo bien y fue ovacionado por todos los bandeños, no hay que olvidarse que el “gigante” Jackson, se bancó los cuatro partidos anteriores a Yack Martínez y que también puso todo en la cancha para que Olímpico se quede en la Liga.

Con su mirada pacífica y toda la amabilidad del mundo, Albert Jackson comenzó la charla, destacando el triunfo del “negro” bandeño ante San Martín.

“Lo vi al partido por televisión, al principio no me sentí bien porque quería estar en ese juego, pero después me puse contento porque se ganó, que era lo que más importaba. Mis compañeros jugaron bien y se pudo vencer a un equipo muy duro, que atacaba constantemente”.

El pivote americano no quiso pasar por alto su lesión y dijo que tendrá una recuperación por lo menos de tres meses.

Con respecto al trato de la gente, después del difícil momento que pasó en Corrientes al lesionarse, Jackson comentó: “Mis compañeros, el técnico y el presidente hablaron conmigo, todos me dieron su apoyo. Se portaron muy bien”.

Por el momento, el pivote de Olímpico, reemplazado por Williams, sólo piensa en recuperase. “Por ahora no pienso en otra cosa mas que en mi recuperación ¿si quiero seguir en Olímpico? sí, la gente es muy calurosa y cariñosa. Me siento cómodo aquí”.

En otro sentido, Albert se refirió a Fernando Duró, su coach, quien lo trajo y apostó por él porque fue el último cambio de extranjero que le permitía la liga en la temporada. “Es un entrenador muy bueno, trabajador que confió en mí. También estoy agradecido de él porque me apoyó cuando me lesioné”. Jackson todavía no sabe cuándo volverá a Estados Unidos.

De Williams, también habló: “Lo vi solamente un partido, cuando nos enfrentamos. Es un buen jugador, no cabe dudas”.

Después de 15 minutos de charla, de sentirse otra vez importante porque más de uno se olvidó de él, Albert Jackson dijo “gracias”, una de las pocas palabras en castellano que aprendió.

Despacito y con cuidado subió a un remís y se fue con Gregory Grays, otro estadounidense que vino a poner el corazón por Olímpico.

Fuente: Nuevo Diario

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