LNB - Quilmes - 9 de Julio - Juego 3


Son muchas las veces en las que el periodista se sienta delante de una computadora y no puede resistirse a la tentación de escribir que determinado equipo no tiene margen de error. Cuando, en la gran mayoría de los casos, sí lo tiene.

Esta vez, en cambio, puede quedarse tranquilo consigo mismo por utilizar una expresión que define como ninguna el trance que vivirá Quilmes esta noche ante 9 de Julio de Río Tercero. Al equipo marplatense, tras perder los dos primeros cotejos de la serie de Permanencia en Córdoba, le queda una última bala en el revólver y no puede fallar un disparo más.

No tiene alternativa. Si pierde uno de los eventuales tres partidos que tiene por delante, regresará al Torneo Nacional de Ascenso. Y para esbozar la dificultad de la empresa que encarará desde hoy el equipo tricolor basta un dato. Revertir un 0-2, habitualmente, es muy complicado y muy pocos equipos lo han conseguido en la historia de la competencia. Pero los hubo. La cuestión es que Quilmes para lograrlo necesitará realizar algo que no hizo durante toda la temporada: ganar tres partidos seguidos.

El primero, tercero de la serie, lo jugará esta noche desde las 21.30 en el Estadio Polideportivo Islas Malvinas con un importante operativo de seguridad.

En cuanto a lo estrictamente deportivo, el segundo duelo en Río Tercero se jugó en un plano de tal equilibrio que permite especular con el desarrollo de una serie extensa.

En la cancha en la que jugó todo el año como local y en la que se fortaleció en los últimos dos meses, el equipo marplatense tiene mayores posibilidades de ganar si es solidario en el esfuerzo y defiende como en el segundo partido en tierras cordobesas.

Cuando Beto Martínez, entrenador quilmeño, cambió en el primer cuarto del primer partido se comió una desventaja de veinte puntos en diez minutos. Cuando, en cambio, ya con Eseverri en la cancha para equilibrar la defensa del perímetro, el equipo volvió a las fuentes, la paridad se hizo casi total. Pero los resultados de haber jugado siete cuartos de ocho en un nivel parejo al del rival, al cabo, fueron estériles.

Por lo tanto, Quilmes no cambiará mucho en relación a ese cotejo, más allá de que el ala-pivote inicial sea Louis Truscott o Axel Weigand. Ni en nombres, ni en idea de juego. Tal vez lo único que cabe esperar, en relación a los dos primeros cotejos, sean más minutos para Facundo Piñero, que está dulce con su tiro abierto en el Polideportivo.

Tampoco cabe aguardar muchas variantes por el lado del elenco patriota, cuya formación titular sale de memoria y lo entrega siempre todo.

Será clave para Quilmes dominar a Diego Gerbaudo, tal vez el hombre de lo que se lleva jugado de la serie. Con asistencias en el primer partido y puntos en el segundo, el diminuto base cordobés le ganó el duelo a Ferreyra e impuso las condiciones de los primeros dos juegos. Algo que debe cambiar.

La presencia de ánimo, una vez más, será decisiva. La presión será enorme para Quilmes, sobre todo si no consigue un quiebre a su favor. Tendrá que mostrar tanto carácter como claridad de conceptos para adueñarse del partido -por todo lo que hay en juego- más difícil de toda la temporada

Quilmes (Mar del Plata) - 9 de Julio (Río Tercero)
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas - Hora: 21.30
Árbitros: Alejandro Chiti, Juan Fernández y Leonardo Mendoza
Historial: 4-2
Serie: 9 de Julio 2-1

Fuente: La Capital
Foto Gentileza: ligateunafoto.com

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