Quilmes reaccionó por partida doble. Mostró signos vitales después de la durísima derrota del domingo. Y, al mismo tiempo, fue capaz de remontar una cuesta empinada. Regatas, el equipo "fantasma" lo superó ampliamente de arranque y le llegó a ir ganando por quince puntos. Hasta que salió a escena Facundo Piñero. El alero marplatense, que jugó su mejor partido de la temporada, anotó cuatro triples en el peor momento y nueve puntos más en el cuarto final para asegurar un triunfo inapelable por 87-68 en partido adelantado de la 27ª fecha de la segunda fase de la Liga Nacional de Básquetbol.
El primer tiempo fue desconcertante. Quilmes arrastró el bajón del cierre del domingo y fue ampliamente superado por Regatas en el primer cuarto y en los primeros cuatro minutos del segundo.
Los correntinos sorprendieron con una formación muy alta, que casi nunca utilizan. Con Kanté y Calderón como internos, Nico Romano de alero y el paraguayo Zanotti como escolta y encargado de correr a Hopson. Congestionando la pintura propia con gente muy alta, anularon la primera opción de ataque local: Matthews. Y dominaron, además, ampliamente el rebote.
Del otro lado, jugaron casi a placer contra el cajón y uno que "Beto" Martínez instrumentó contra Javier Martínez. Particularmente, Romano, quien salió repetidamente a tirar de tres puntos casi sin oposición. Tres triples suyos, más la gran carga de rebote de ataque que hicieron Kanté y compañía, le dieron enseguida a los visitantes una luz importante, que llegó a ser de trece puntos (23-10) a falta de dos minutos para el cierre del primer cuarto y de quince (34-19) cuando restaban seis para el entretiempo.
Pero Regatas, confiado, se echó a dormir la siesta. Y Quilmes cambió su defensa. Dejó el cajón y pasó al hombre a partir de la transitoria salida de Martínez. A riesgo de dar ventaja de centímetros, impuso la superior velocidad y agilidad de casi todos sus jugadores en esos emparejamientos. Y así comenzó a provocar una seguidilla de errores que no entraban, a esa altura, en los cálculos de nadie.
Adelante, sin Ferreyra (salió en el primer cuarto con un golpe en la rodilla), con Hopson de base ?por consiguiente, con muy poca elaboración de juego-, dependió de un milagro. Ese milagro se llamó Facundo Piñero, que entró muy fino con el aro, y aplicó cuatro triples (casi todos desde muy lejos) que cambiaron la tónica del partido. De golpe, el equipo marplatense recuperó la confianza y se llevó por delante a un rival que desbarrancó por completo. En consecuencia, increíblemente, se fue al descanso 41-40 arriba.
El segundo tiempo fue otra historia. Quilmes volvió a defender cajón sobre Martínez y esta vez le salió bien. Porque protegió bien su aro y Regatas no tuvo el tiro exterior que le había permitido establecer la diferencia inicial. Casalánguida tampoco insistió con la formación alta del principio. Probó con una más natural y hasta con tres bases en la cancha. Todo en vano. Ya su equipo no pudo recuperar el control del partido.
Paulatinamente, los de Beto Martínez se fueron escapando. Con un poco más de juego. Y también con un Hopson muy picante, que resolvió bien casi todos los uno contra uno. Aplicó diez puntos en el parcial y Quilmes llegó a abrir una brecha de diez (59-49) a falta de tres minutos. Esta vez la supo manejar. La defensa cajón, muy solidaria cuando el balón llegó al poste bajo, aguantó a pie firme. Y cuando la historia todavía admitía la posibilidad de un vuelco cerca del final, Facundo Piñero, el hombre de la noche, anotó cinco puntos consecutivos para asegurar una diferencia de 14 puntos a falta de dos minutos. Así alejó a todos los fantasmas. A los propios. Y también al correntino.
Síntesis
Quilmes (87): Phillip Mac Hopson 24, Nicolás Ferreyra 2, Gregorio Eseverri 5, Axel Weigand 6, Clarence Matthews 12 (fi) Facundo Piñero 25, Michael Smith 11, Louis Truscott 2. DT: Luciano Martínez
Regatas (C) (68): Javier Martínez 10, Nicolás Romano 13, Bruno Zanotti 14, Pedro Calderón 1, Djibril Kanté 10 (fi) Nicolás de los Santos 11, Terrell Taylor 9, Alejo Montes 0. Dt: Nicolás Casalánguida.
Progresión: 14-26, 41-40, 66-58 y 87-68
Árbitros: Estévez-Dinamarca.
Gimnasio: Polideportivo Islas Malvinas.
Fuente: La Capital
El primer tiempo fue desconcertante. Quilmes arrastró el bajón del cierre del domingo y fue ampliamente superado por Regatas en el primer cuarto y en los primeros cuatro minutos del segundo.
Los correntinos sorprendieron con una formación muy alta, que casi nunca utilizan. Con Kanté y Calderón como internos, Nico Romano de alero y el paraguayo Zanotti como escolta y encargado de correr a Hopson. Congestionando la pintura propia con gente muy alta, anularon la primera opción de ataque local: Matthews. Y dominaron, además, ampliamente el rebote.
Del otro lado, jugaron casi a placer contra el cajón y uno que "Beto" Martínez instrumentó contra Javier Martínez. Particularmente, Romano, quien salió repetidamente a tirar de tres puntos casi sin oposición. Tres triples suyos, más la gran carga de rebote de ataque que hicieron Kanté y compañía, le dieron enseguida a los visitantes una luz importante, que llegó a ser de trece puntos (23-10) a falta de dos minutos para el cierre del primer cuarto y de quince (34-19) cuando restaban seis para el entretiempo.
Pero Regatas, confiado, se echó a dormir la siesta. Y Quilmes cambió su defensa. Dejó el cajón y pasó al hombre a partir de la transitoria salida de Martínez. A riesgo de dar ventaja de centímetros, impuso la superior velocidad y agilidad de casi todos sus jugadores en esos emparejamientos. Y así comenzó a provocar una seguidilla de errores que no entraban, a esa altura, en los cálculos de nadie.
Adelante, sin Ferreyra (salió en el primer cuarto con un golpe en la rodilla), con Hopson de base ?por consiguiente, con muy poca elaboración de juego-, dependió de un milagro. Ese milagro se llamó Facundo Piñero, que entró muy fino con el aro, y aplicó cuatro triples (casi todos desde muy lejos) que cambiaron la tónica del partido. De golpe, el equipo marplatense recuperó la confianza y se llevó por delante a un rival que desbarrancó por completo. En consecuencia, increíblemente, se fue al descanso 41-40 arriba.
El segundo tiempo fue otra historia. Quilmes volvió a defender cajón sobre Martínez y esta vez le salió bien. Porque protegió bien su aro y Regatas no tuvo el tiro exterior que le había permitido establecer la diferencia inicial. Casalánguida tampoco insistió con la formación alta del principio. Probó con una más natural y hasta con tres bases en la cancha. Todo en vano. Ya su equipo no pudo recuperar el control del partido.
Paulatinamente, los de Beto Martínez se fueron escapando. Con un poco más de juego. Y también con un Hopson muy picante, que resolvió bien casi todos los uno contra uno. Aplicó diez puntos en el parcial y Quilmes llegó a abrir una brecha de diez (59-49) a falta de tres minutos. Esta vez la supo manejar. La defensa cajón, muy solidaria cuando el balón llegó al poste bajo, aguantó a pie firme. Y cuando la historia todavía admitía la posibilidad de un vuelco cerca del final, Facundo Piñero, el hombre de la noche, anotó cinco puntos consecutivos para asegurar una diferencia de 14 puntos a falta de dos minutos. Así alejó a todos los fantasmas. A los propios. Y también al correntino.
Síntesis
Quilmes (87): Phillip Mac Hopson 24, Nicolás Ferreyra 2, Gregorio Eseverri 5, Axel Weigand 6, Clarence Matthews 12 (fi) Facundo Piñero 25, Michael Smith 11, Louis Truscott 2. DT: Luciano Martínez
Regatas (C) (68): Javier Martínez 10, Nicolás Romano 13, Bruno Zanotti 14, Pedro Calderón 1, Djibril Kanté 10 (fi) Nicolás de los Santos 11, Terrell Taylor 9, Alejo Montes 0. Dt: Nicolás Casalánguida.
Progresión: 14-26, 41-40, 66-58 y 87-68
Árbitros: Estévez-Dinamarca.
Gimnasio: Polideportivo Islas Malvinas.
Fuente: La Capital
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