Él, como muchos, sostiene que la verdadera Liga empieza este jueves, con la segunda fase. Para Atenas y para el propio Bruno Lábaque, aferrarse a eso es más que una creencia: casi una necesidad. Encima, el sistema de juego les da de antemano un cacho de razón, porque la brecha en contra se licúa entre una etapa y otra.
-¿Qué explicación encontrás a este mal momento?
-Es la inmadurez de los jugadores, pura y exclusivamente de los jugadores, por no haber entendido el mensaje del entrenador. Y no haber aprendido la lección del año pasado: que había que jugar todos los partidos mordiendo y apretando. Nos dimos un lujo que no podemos darnos: jugar 10 minutos con ganas cuando vas 10 ó 15 puntos abajo, y 30 minutos regulando. Somos los picapiedras del año pasado, más algunos jugadores de jerarquía, y tenemos que jugar siempre como ante el Flamengo, con todo el potencial, a morir...
-Hablabas del mensaje. ¿Es otro mensaje? ¿Cambió de un año a otro?
-El mensaje del "Seba" (González, el DT) es el mismo. Y nos dice que no nos podemos relajar. Pero nosotros no lo estamos entendiendo. Somos tontos, empezando por mí, que soy un referente que, debido a una puta lesión, estuve mal durante dos meses. Me cuesta agarrar ritmo, porque no tuve pretemporada, y capaz que los más jóvenes, al no ver que el más grande que hace los mismos trabajos, inconscientemente se relaja. Y nosotros, del más grande al más chico, tenemos que jugar al límite.
-¿Qué les falta encontrar?
-Ensamblarse más en esos momentos clave. Llegamos a algunos finales jugando de una forma, prestándonos la pelota, y nos agarra el síndrome de la final en Mar del Plata, que nadie quiere tirar. Y falta esa cuota de atrevimiento en los momentos decisivos. Debemos ser agresivos, morder, prestarnos la pelota y tener la cabeza fría en los instantes clave.
-En 2010/11, el que entraba potenciaba al equipo. Ahora, salvo con Flamengo, siempre pareció faltarles algo.
-Yo hablo sin casete. El año pasado eran muchos pibes nuevos, que no los conocían en la Liga, y eran todos jugadores de rol. Y hoy tienen un poco más de protagonismo, bien ganado, pero se olvidaron de salir a comerse la cancha. No les veo esas ganas. Y se los dije.
-¿Se aburguesaron?
-Estamos achanchados, empezando por mí. Si alguien me dice: "Estamos jugando bien, ya se van a dar los resultados", le digo que le agradezco el aliento, pero no puedo mentirme a mí mismo, menos a los 34 años. Yo les digo a los chicos: no me preocupa el lugar en el que estamos ahora, a mí me empieza a preocupar a partir de la segunda fase. Y este formato de Liga nos conviene, porque se dividen los puntos y podemos olvidarnos de estos cuatro meses de mierda. Si entrás relajado, cualquier equipo te gana. Hoy la Liga es así, sin secretos: pueden venir Nocioni, Gutiérrez, Leiva, capaz que Delfino... pero adentro de la cancha somos cinco contra cinco.
-¿Los hablás mucho? ¿Les "metés fichas" a tus compañeros o lo dejás fluir?
-Les dije que ya está, que ya pasaron estos cuatro meses: yo estaba pensando en ponerme bien, porque estuve dos meses rengo, y no quería hablar mucho. Ahora me siento mejor y quiero tomar protagonismo. Y no sé por qué, pero el grupo no está como el año pasado: antes nos juntábamos dos o tres veces por semana, y ahora nos juntamos dos veces en cuatro meses. Voy a empezar a tomar ese rol de líder. Quiero ser el del año pasado. Di cuatro meses de tregua, y tengo la suerte de tener a "Facu" (Sucatzky) al lado, que está jugando mejor que yo. Sé que tengo que ser el ejemplo.
Fuente: Mundo D
-¿Qué explicación encontrás a este mal momento?
-Es la inmadurez de los jugadores, pura y exclusivamente de los jugadores, por no haber entendido el mensaje del entrenador. Y no haber aprendido la lección del año pasado: que había que jugar todos los partidos mordiendo y apretando. Nos dimos un lujo que no podemos darnos: jugar 10 minutos con ganas cuando vas 10 ó 15 puntos abajo, y 30 minutos regulando. Somos los picapiedras del año pasado, más algunos jugadores de jerarquía, y tenemos que jugar siempre como ante el Flamengo, con todo el potencial, a morir...
-Hablabas del mensaje. ¿Es otro mensaje? ¿Cambió de un año a otro?
-El mensaje del "Seba" (González, el DT) es el mismo. Y nos dice que no nos podemos relajar. Pero nosotros no lo estamos entendiendo. Somos tontos, empezando por mí, que soy un referente que, debido a una puta lesión, estuve mal durante dos meses. Me cuesta agarrar ritmo, porque no tuve pretemporada, y capaz que los más jóvenes, al no ver que el más grande que hace los mismos trabajos, inconscientemente se relaja. Y nosotros, del más grande al más chico, tenemos que jugar al límite.
-¿Qué les falta encontrar?
-Ensamblarse más en esos momentos clave. Llegamos a algunos finales jugando de una forma, prestándonos la pelota, y nos agarra el síndrome de la final en Mar del Plata, que nadie quiere tirar. Y falta esa cuota de atrevimiento en los momentos decisivos. Debemos ser agresivos, morder, prestarnos la pelota y tener la cabeza fría en los instantes clave.
-En 2010/11, el que entraba potenciaba al equipo. Ahora, salvo con Flamengo, siempre pareció faltarles algo.
-Yo hablo sin casete. El año pasado eran muchos pibes nuevos, que no los conocían en la Liga, y eran todos jugadores de rol. Y hoy tienen un poco más de protagonismo, bien ganado, pero se olvidaron de salir a comerse la cancha. No les veo esas ganas. Y se los dije.
-¿Se aburguesaron?
-Estamos achanchados, empezando por mí. Si alguien me dice: "Estamos jugando bien, ya se van a dar los resultados", le digo que le agradezco el aliento, pero no puedo mentirme a mí mismo, menos a los 34 años. Yo les digo a los chicos: no me preocupa el lugar en el que estamos ahora, a mí me empieza a preocupar a partir de la segunda fase. Y este formato de Liga nos conviene, porque se dividen los puntos y podemos olvidarnos de estos cuatro meses de mierda. Si entrás relajado, cualquier equipo te gana. Hoy la Liga es así, sin secretos: pueden venir Nocioni, Gutiérrez, Leiva, capaz que Delfino... pero adentro de la cancha somos cinco contra cinco.
-¿Los hablás mucho? ¿Les "metés fichas" a tus compañeros o lo dejás fluir?
-Les dije que ya está, que ya pasaron estos cuatro meses: yo estaba pensando en ponerme bien, porque estuve dos meses rengo, y no quería hablar mucho. Ahora me siento mejor y quiero tomar protagonismo. Y no sé por qué, pero el grupo no está como el año pasado: antes nos juntábamos dos o tres veces por semana, y ahora nos juntamos dos veces en cuatro meses. Voy a empezar a tomar ese rol de líder. Quiero ser el del año pasado. Di cuatro meses de tregua, y tengo la suerte de tener a "Facu" (Sucatzky) al lado, que está jugando mejor que yo. Sé que tengo que ser el ejemplo.
Fuente: Mundo D
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