Peñarol venció a Atenas y es bicampeón

No hubo paseo. No lució como en otros partidos de la serie. Peñarol tuvo que sacar a relucir toda su estirpe ganadora, su mística, su fe indestructible. Atenas jugó su mejor partido de esta definición de la Liga Nacional de Básquetbol. Pero el equipo marplatense logró torcerle el brazo sobre el final en un quinto partido final digno de una definición entre dos grandes. Y se impuso por 89 a 83 para sellar un 4 a 1 inalcanzable y lograr el bicampeonato tan esperado.

Leonardo Gutiérrez, gran figura y MVP, tiró del carro durante tres cuartas partes del partido. Cuando las cosas no salían. Pero la fuerza del conjunto, la malla colectiva que sustentó la jerarquía del cordobés, fue decisiva en el tramo final para superar a un gran rival que dejó todo en la cancha. Los primeros tres minutos y medio del partido parecieron darle la razón a quienes esperaban un cómodo triunfo de Peñarol. Atenas, refugiado en una zona, parecía todavía tan aturdido como en la última parte del partido de Córdoba. Y el equipo local tenía tiempo y espacio para tirar de tres puntos casi a placer.

Sin que Leiva toque la pelota (primer objetivo de la defensa cordobesa), entre Tato, Lamonte y Gutiérrez hicieron estragos con sus lanzamientos exteriores. A falta de 6?25? para el final del primer parcial, el equipo marplatense ganaba 17-7 y fue su máxima ventaja. Entonces Sebastián González pidió minuto y recompuso algo la estructura de su equipo, que abandonó la defensa zonal y pasó al hombre.

Leiva comenzó a recibir más, pero fue cortado con infracción ni bien recibió la pelota y enviado a la línea. No pudo generar juego desde el poste como en el cuarto partido de Córdoba y los tiradores ya no tuvieron los espacios del comienzo.

Atenas, paulatinamente, entró en juego. Comenzó a jugar más suelto, como sin presiones, y empezó a achicar la brecha. En tres minutos, de la mano de Lewis y Lescano, estableció un parcial de 9-2 y se puso a tiro.

Los chispazos de Gutiérrez, quien tomó un tiro acertado cada vez que Atenas arrimó, mantuvieron los márgenes de tranquilidad en un Peñarol que no podía hacer pie con su defensa. Pero igual se llevó el primer cuarto por 33 a 26.

Un poco más se complicó la historia en el segundo cuarto. Sergio Hernández apeló a la rotación. Como habitualmente. Pero los relevos no consiguieron frenar la andanada cordobesa. Lescano ya no gravitó como en el primer cuarto, pero Gerlero tomó la posta para acompañar el muy parejo primer tiempo de Lewis. Hacia la mitad del parcial la paridad ya era total.

Tuvo que regresar Leo Gutiérrez al partido para anotar dos triples cuando los papeles se quemaban y así Peñarol pudo sostenerse al frente por muy poco. Y apenas un punto se llevó de renta (49-48) al descanso.

Pareció que en el vestuario hubo reto de Sergio Hernández por la floja defensa del primer tiempo y que el equipo acusaba el recibo. Las primeras defensas fueron exitosas y con dos triples de Tato y Gutiérrez Peñarol sacó ocho puntos de luz: 58 a 50.

Pero enseguida reapareció Lewis en acción con seis puntos consecutivos y todo se volvió a emparejar. Entre Lewis y Gutiérrez se jugaron un contrapunto singular y Peñarol vio la pequeña luz que se llevó al entrecuarto (67-66) con un tiro libre de Safar a falta de cuatro segundos.

Con una penetración increíble de Campazzo y una asistencia genial suya a Diez, seguida de tiro libre del olavarriense, Peñarol sacó seis puntos de ventaja (72-66) y se acercó a un quiebre. Pero el enorme Lewis puso seis consecutivos (dos jugadas de doble y falta) y puso otra vez el suspenso.

Sin embargo, de ahí en más, ya no fue un pica-pica entre Gutiérrez y Lewis. Y el respaldo colectivo a la gran individualidad fue más sólido por el lado local, que intentó aprovechar con buen tino la acumulación de faltas de los cordobeses.

La salida de Greg Lewis por cinco faltas, a falta de tres minutos, pareció abrirle un pedacito de cielo a Peñarol. Mata aprovechó esa debilidad cordobesa en el poste (Williams tampoco podía meter la mano) y convirtió puntos clave. Atenas no se rindió y aguantó desde la línea. Pero se vio obligado a cortar sistemáticamente con falta en el final y Campazzo, en ese tramo, no falló. Y completó una nueva actuación consagratoria para robarle un balón clave a Lábaque a falta de 13 segundos y sellar la historia del bicampeonato con dos nuevos tiros libres.

Síntesis

Peñarol (89): S.Rodríguez 12, K.Lamonte 11, M.Mata 5, L.Gutiérrez 25 y M.Leiva 6 (FI); A.Diez 3, S.Safar 6 (x), F.Campazzo 16, A.Reinick 4 y N.Lauría 1. DT: Sergio Hernández.

Atenas (83): B.Lábaque 8, J.M.Rivero 2, M.Lescano 12, G.Lewis 31 (x) y J.Williams 10 (x) (FI); D.Gerbaudo 0, M.Gerlero 13, M.García 3, B.Barovero 2, F.Pais 0 y P.Orlietti 2. DT: Sebastián González.

Cancha: Estadio Polideportivo Islas Malvinas.
Arbitros: Diego Rougier, Juan Fernández y Fabricio Vito.
Progresión: 33-26, 49-48 y 67-66.

Crónica: Diario La Capital
Foto: Gentileza ligateunafoto.com

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