-¿Cuál es la sensación? ¿De frustración o de reconocimiento porque el rival fue mejor?
-Es una mezcla de las dos cosas. De frustración, porque uno siempre quiere llegar a la final, y cuando llega, quiere ganarla, y de tranquilidad porque el rival, Obras, es el equipo que está en mejor forma hoy por hoy. Lo demostró en la cancha. Argentina va a tener un muy buen representante en la final del Interligas, y ojalá tenga dos, si es que Atenas o Libertad pueden ganar el cuadrangular que se va a jugar en Franca. Obras tiene muy bien ganado su lugar, es un equipo serio, que juega un buen básquet, juega mejor que Peñarol y por eso está donde está.
-¿Le faltó algo para ganar a Peñarol o todo fue mérito de Obras?
-Una cosa tiene que ver con la otra. Obras tuvo más claros los caminos, tanto defensivos como ofensivos. Nosotros probamos de todo pero no tuvimos una línea de juego definida.
-¿El esfuerzo físico tuvo que ver?
-Y, tuvo que ver que nosotros hayamos jugado en el último turno del sábado y remontar una desventaja de casi 20 puntos a puro presionar y correr. Llevamos más de 70 partidos jugados en la temporada y llega un momento en que ni la cabeza ni las piernas te dan más. Obras jugó en el primer tiempo y si bien perdió, con Uniceub jugaron un partido más conservador, con mucha defensa en zona y ritmo más lento.
-¿Te condicionó el plan que Martín Leiva y Leonardo Gutiérrez llegaran tan rápido a las tres faltas?
-Sí, también eso. Nos quedamos sin ellos muy rápidamente, el equipo tuvo que cambiar la fisonomía y eso no es bueno.
Fuente: Diario La Capítal
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