Como se intuía, Estados Unidos jugará la final del Mundial tras superar a la voluntariosa Lituania (89-74). Intuición que se cimentaba en el potencial del equipo, el deseo de muchos equipos de eludirles y la presencia de una megaestrella como Kevin Durant (38 puntos y nueve rebotes).
Lituania jugó un gran partido y de no estar delante del mejor jugador del Mundial (24 puntos en la primera parte) posiblemente hubiera podido forzar la sorpresa al equipo americano. No renunció a la victoria hasta los tres últimos minutos porque supo responder a la fuerza americana con el músculo de Robertas Javtokas (15 puntos y nueve rebotes) en la pintura y la anotación exterior de Martynas Pocius (13 puntos). La zona lituana complicó al máximo el ataque americano en la segunda parte, pero sin llegar a bajar nunca de los 10 puntos de desventaja. Sin ponerse nerviosa, la selección norteamericana esperó su momento y este llegó con el regreso de Durant en los minutos finales. La estrella NBA volvió a liderar a un equipo que, una noche más, ofreció la versión más seria y ortodoxa de su baloncesto.
Lituania tutea a Estdos Unidos
Para lo que había en juego, Estados Unidos y Lituania se dejaron los nervios y las precauciones en el vestuario. Lo mejor que podía hacer el equipo báltico era salir sin complejos y correr todo lo que pudiera para evitar la tan temible defensa. Kalnietis lo sabía y una canasta suya abrió un comienzo de partido realmente esperanzador para los lituanos. Estados Unidos salía desconcertada ante el ambiente hostil (se pitó su himno nacional) y malgastaba sus primeros ataques con triples absurdos.
Con este panorama el equipo americano tenía que refugiarse en su mejor hombre, Kevin Durant. El alero estaba realmente motivado por el encuentro y por conmemorarse el noveno aniversario del 11-S. En su honor lució zapatillas especiales y en benefició del equipo apareció fulminantemente en el partido para anotar 12 de los primeros 14 puntos del equipo. Los americanos ya mandaban en el partido (14-11).
El problema que tanto temía lituano no tardó en llegar y pronto la defensa norteamericana mordía en defensa y robaba balón tras balón. Cinco balones perdidos, parcial 12-1 y partido encaminado al final del primer cuarto (23-12). Era increíble, pero lituano jugando bien ya estaba 11 puntos abajo. Esa es la grandeza del equipo americana. Por muchos que les cueste reconocer a muchos, es un equipo muy completo, agresivo en defensa y mortal en ataque porque no hay nadie más rápido que él.
Cuando el mejor jugador del Mundial decide brillar
Kevin Durant terminó el primer cuarto con 17 puntos y sin pausa siguió con su festival en el segundo cuarto. Sorprendía para ser una semifinal mundial, pero el resultado comenzaba a ser demasiado pronto escandaloso y el 31-17 del minuto 15 preocupaba y sólo una par de destellos de Robertas Javtokas mantenía la esperanza de ver algo de emoción sobre la pista. El pívot de Power Electronics Valencia se alió con Martynas Pocius y junto completaron un parcial de 6-0 que reavivó el encuentro. Es cierto que Lituania, controló las pérdidas de balón y subió un punto su agresividad (eso le costó una espectacular caída a Pocius cuando saltó para impedir una canasta de Durant) para frenar en el recital ofensivo de Durant, pero todo era insuficiente si en ataque no culminaba los errores que concedía la defensa americana. Ocho puntos de desventaja fue su máximo acercamiento y cuando la estrella estadounidense (seis minutos sin anotar) se reenganchó a la anotación esta diferencia se amplió a los 17 puntos.
Al alero norteamericano se le sumaba a la causa su compañero en Oklahoma, Russell Westbrook y juntos construían una diferencia clara al descanso. Lituania parecía jugar al límite de su juego (quizá se echaba de menos más puntos de su estrella Linas Kleiza) y tan sólo era capaz de llegar al descanso perdiendo por 42 a 27. Triste realidad.
El tercer cuarto mantuvo las constantes vitales con las que terminó el anterior y la dupla Javtokas-Pocius seguía sin entregar el partido para los lituanos… aunque tampoco eran capaces de reducir la ventaja por debajo de los 10 puntos y se exponían a que en un arreón de los americanos, estos rompieran definitivamente el encuentro. Esto parecía cuando un triple de Kevin Durant desató un parcial de 9-0 para Estados Unidos y el marcador se fue hasta el 59-40. Había que hacer algo diferente y Lituania apostó por la zona para poner a prueba la paciencia y los nervios americanos. La variante táctica salió bien y sirvió para responder con otro parcial (8-0). El problema es que mientras los minutos avanzaban el marcador no lo hacía y el duelo seguía con ambas selecciones donde lo habían dejado antes del descanso, con Estados Unidos aguantando su renta por encima de los 10 puntos (65-53).
Durant acaba con la zona y la emoción
Lituania seguía confiando en su zona como escudo protector, pero poco a poco, los sistemas de Estados Unidos conseguían con mayor facilidad hacer llegar el balón a la pintura y allí eran imparables. Lo hacía con pases a Lamar Odom (13 puntos) o con penetraciones de un Chauncey Billups que creía en importancia con forme el partido aumentaba de tensión. La ventaja podía ser tranquilizadora, pero obligaba a los americanos a no descuidarse porque dos fallos y dos acciones positivas de Lituania podían llevarles a un final de encuentro más igualado de lo deseado.
La suerte de los americanos es que ante cualquier apuro tenían a un jugador tocado por una varita mágica y que convertía en canasta (casi) todo lo que lanzaba. Durant seguía en estado de gracia y cuando el balón en dos ataques seguidos, logró alcanzar los 38 puntos, máxima anotación de un jugador norteamericano en competición FIBA (la anterior marca era de Carmelo Anthony con 36) y del torneo (Scola y Penney llegaron a los 37). No había nada que hacer contra la bestia Durant y a falta de tres minutos y medio Estados Unidos finiquitaba el encuentro (82-64).
El alero de los Thunder salía del partido recibiendo la ovación de un público que se puso en pie para ofrecer la mayor ovación del torneo. Estados Unidos ya estaba donde quería, en la final (89-74).
BOXSCORE
Fuente: acb.com
Lituania jugó un gran partido y de no estar delante del mejor jugador del Mundial (24 puntos en la primera parte) posiblemente hubiera podido forzar la sorpresa al equipo americano. No renunció a la victoria hasta los tres últimos minutos porque supo responder a la fuerza americana con el músculo de Robertas Javtokas (15 puntos y nueve rebotes) en la pintura y la anotación exterior de Martynas Pocius (13 puntos). La zona lituana complicó al máximo el ataque americano en la segunda parte, pero sin llegar a bajar nunca de los 10 puntos de desventaja. Sin ponerse nerviosa, la selección norteamericana esperó su momento y este llegó con el regreso de Durant en los minutos finales. La estrella NBA volvió a liderar a un equipo que, una noche más, ofreció la versión más seria y ortodoxa de su baloncesto.
Lituania tutea a Estdos Unidos
Para lo que había en juego, Estados Unidos y Lituania se dejaron los nervios y las precauciones en el vestuario. Lo mejor que podía hacer el equipo báltico era salir sin complejos y correr todo lo que pudiera para evitar la tan temible defensa. Kalnietis lo sabía y una canasta suya abrió un comienzo de partido realmente esperanzador para los lituanos. Estados Unidos salía desconcertada ante el ambiente hostil (se pitó su himno nacional) y malgastaba sus primeros ataques con triples absurdos.
Con este panorama el equipo americano tenía que refugiarse en su mejor hombre, Kevin Durant. El alero estaba realmente motivado por el encuentro y por conmemorarse el noveno aniversario del 11-S. En su honor lució zapatillas especiales y en benefició del equipo apareció fulminantemente en el partido para anotar 12 de los primeros 14 puntos del equipo. Los americanos ya mandaban en el partido (14-11).
El problema que tanto temía lituano no tardó en llegar y pronto la defensa norteamericana mordía en defensa y robaba balón tras balón. Cinco balones perdidos, parcial 12-1 y partido encaminado al final del primer cuarto (23-12). Era increíble, pero lituano jugando bien ya estaba 11 puntos abajo. Esa es la grandeza del equipo americana. Por muchos que les cueste reconocer a muchos, es un equipo muy completo, agresivo en defensa y mortal en ataque porque no hay nadie más rápido que él.
Cuando el mejor jugador del Mundial decide brillar
Kevin Durant terminó el primer cuarto con 17 puntos y sin pausa siguió con su festival en el segundo cuarto. Sorprendía para ser una semifinal mundial, pero el resultado comenzaba a ser demasiado pronto escandaloso y el 31-17 del minuto 15 preocupaba y sólo una par de destellos de Robertas Javtokas mantenía la esperanza de ver algo de emoción sobre la pista. El pívot de Power Electronics Valencia se alió con Martynas Pocius y junto completaron un parcial de 6-0 que reavivó el encuentro. Es cierto que Lituania, controló las pérdidas de balón y subió un punto su agresividad (eso le costó una espectacular caída a Pocius cuando saltó para impedir una canasta de Durant) para frenar en el recital ofensivo de Durant, pero todo era insuficiente si en ataque no culminaba los errores que concedía la defensa americana. Ocho puntos de desventaja fue su máximo acercamiento y cuando la estrella estadounidense (seis minutos sin anotar) se reenganchó a la anotación esta diferencia se amplió a los 17 puntos.
Al alero norteamericano se le sumaba a la causa su compañero en Oklahoma, Russell Westbrook y juntos construían una diferencia clara al descanso. Lituania parecía jugar al límite de su juego (quizá se echaba de menos más puntos de su estrella Linas Kleiza) y tan sólo era capaz de llegar al descanso perdiendo por 42 a 27. Triste realidad.
El tercer cuarto mantuvo las constantes vitales con las que terminó el anterior y la dupla Javtokas-Pocius seguía sin entregar el partido para los lituanos… aunque tampoco eran capaces de reducir la ventaja por debajo de los 10 puntos y se exponían a que en un arreón de los americanos, estos rompieran definitivamente el encuentro. Esto parecía cuando un triple de Kevin Durant desató un parcial de 9-0 para Estados Unidos y el marcador se fue hasta el 59-40. Había que hacer algo diferente y Lituania apostó por la zona para poner a prueba la paciencia y los nervios americanos. La variante táctica salió bien y sirvió para responder con otro parcial (8-0). El problema es que mientras los minutos avanzaban el marcador no lo hacía y el duelo seguía con ambas selecciones donde lo habían dejado antes del descanso, con Estados Unidos aguantando su renta por encima de los 10 puntos (65-53).
Durant acaba con la zona y la emoción
Lituania seguía confiando en su zona como escudo protector, pero poco a poco, los sistemas de Estados Unidos conseguían con mayor facilidad hacer llegar el balón a la pintura y allí eran imparables. Lo hacía con pases a Lamar Odom (13 puntos) o con penetraciones de un Chauncey Billups que creía en importancia con forme el partido aumentaba de tensión. La ventaja podía ser tranquilizadora, pero obligaba a los americanos a no descuidarse porque dos fallos y dos acciones positivas de Lituania podían llevarles a un final de encuentro más igualado de lo deseado.
La suerte de los americanos es que ante cualquier apuro tenían a un jugador tocado por una varita mágica y que convertía en canasta (casi) todo lo que lanzaba. Durant seguía en estado de gracia y cuando el balón en dos ataques seguidos, logró alcanzar los 38 puntos, máxima anotación de un jugador norteamericano en competición FIBA (la anterior marca era de Carmelo Anthony con 36) y del torneo (Scola y Penney llegaron a los 37). No había nada que hacer contra la bestia Durant y a falta de tres minutos y medio Estados Unidos finiquitaba el encuentro (82-64).
El alero de los Thunder salía del partido recibiendo la ovación de un público que se puso en pie para ofrecer la mayor ovación del torneo. Estados Unidos ya estaba donde quería, en la final (89-74).
BOXSCORE
Fuente: acb.com
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