No se espera en octavos de final una actuación tan pobre de un conjunto con posibilidades. Australia fue un juguete en manos de Eslovenia, que gozó de un gran Lakovic y una consistencia que le da crédito de cara a las siguientes rondas.
Muerte a las previsiones de una eliminatoria que se preveía, cuanto menos, interesante. Nada de eso. Eslovenia pasó por encima de Australia desde la rueda de calentamiento. Los subcampeones de Oceanía mostraron la peor imagen que puede mostrar un equipo, perdidos en el juego individual, incapaces de ver aro, blandos en defensa y carentes de la actitud necesaria para remontar un partido que se les puso increíblemente cuesta arriba desde el primer momento. Eslovenia se gradúa de su segunda licenciatura, la de un cruce decisivo en el que, no sólo avanza, sino del que sale reforzado, cada vez con un mejor juego, cada vez con sus piezas decisivas más enchufadas y, sobre todo, con una de las mayores consistencias de su historia.
Apagón absoluto de inicio para Australia, que se pasó más de seis minutos sin anotar, circunstancia que Eslovenia aprovechó para salir con un parcial de 12-0, pese a que tampoco experimentaba una visión particularmente vívida con el aro. El repertorio australiano era realmente desolador: triples sin tocar aro, palmeos fáciles que no llegaban, rebotes ofensivos que no servían para nada, balones interiores que se escapaban y cambios y más cambios, como para que no decayera la esperanza de un equipo que a cada ataque parecía más alicaído.
Al final tuvo que ser Joe Ingles el que rompiera el maleficio con una penetración. Aunque los 8 puntos con los que terminaron el primer periodo seguían siendo ridículos, algo había cambiado de la mano del smart power de Matt Nielsen y la velocidad y desparpajo de Patrick Mills (13 puntos).
Los ataques australianos, un tanto maniqueos, no propiciaban la circulación del balón por demasiadas manos, sino más bien la de algún interior que tratara de sacar una ventaja sobre los eslovenos que, en el plano teórico, existía. El juego esloveno buscaba a sus hombres en el perímetro con tiro franco, para sacar ventajas desde el triple (28-12) y sacar partido de una reblandecida defensa australiana.
Cuando los de Brett Brown parecían acercarse en el marcador, los interiores europeos volvieron a secar a Maric y Andersen, desaparecidos en la primera mitad. Y de ahí de nuevo al abismo, con un triple de Miha Zupan y una continuación que aprovechaba Primoz Brezec (37-18). El abismo se asomaba para los oceánicos al descanso, con las últimas posesiones como gran alegoría de lo que había sido la primera mitad. Entrado el último minuto, Lakovic anotó un triple que dejaba un humillante 42-21. Acto seguido, Mills se jugó un triple que ni siquiera alcanzó el aro. La gran actuación de Lakovic en una Eslovenia de cada día mayor consistencia, seguida por una Australia descabezada, sin sentido y humillada.
El encuentro se destensó tras el pase por vestuarios, a modo de intercambio de canastas, con el despertar de Andersen. Cómoda situación para Eslovenia, 20 por encima, que pese a la mayor presión defensiva australiana, seguía anotando, sobre todo de la mano de un Bostjan Nachbar que desplegaba todo su espléndido arsenal ofensivo de forma efectiva. Un pequeño parcial de 7-0 volvía a colocar una diferencia máxima en el luminoso (58-32). Pese a que Australia seguía mejorando sustancialmente su juego, se perdía en acciones individuales que no se sucedían con el suficiente éxito como para lograr recortar distancias. Con Dragic en el banquillo, era Sani Becirovic el que tomaba el relevo en la generación exterior, primero con un triple y luego sirviendo asistencias, fácil para sus compañeros.
Las caras australianas en el tercer cuarto ya eran de completa decepción, de desastre en forma de eliminación, prácticamente sólo con la honrosa excepción de Nielsen, que aplicaba el pundonor aussie, aunque era completamente insuficiente, como enseñaba el marcador del término del tercer cuarto: 71-45. El último periodo sólo había de servir para aumentar el escándalo, para dar juego a los eslovenos menos habituales. Era el tiempo de las sonrisas y los llantos, para la excelencia de Lakovic (19 puntos, 5 triples). Turquía o Francia le esperan. Aunque lo que es seguro es que ya nadie va a subestimar a la escuadra de Memi Becirovic.
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Fuente: acb.com
Foto Sitio Oficial Turquia 2010
Muerte a las previsiones de una eliminatoria que se preveía, cuanto menos, interesante. Nada de eso. Eslovenia pasó por encima de Australia desde la rueda de calentamiento. Los subcampeones de Oceanía mostraron la peor imagen que puede mostrar un equipo, perdidos en el juego individual, incapaces de ver aro, blandos en defensa y carentes de la actitud necesaria para remontar un partido que se les puso increíblemente cuesta arriba desde el primer momento. Eslovenia se gradúa de su segunda licenciatura, la de un cruce decisivo en el que, no sólo avanza, sino del que sale reforzado, cada vez con un mejor juego, cada vez con sus piezas decisivas más enchufadas y, sobre todo, con una de las mayores consistencias de su historia.
Apagón absoluto de inicio para Australia, que se pasó más de seis minutos sin anotar, circunstancia que Eslovenia aprovechó para salir con un parcial de 12-0, pese a que tampoco experimentaba una visión particularmente vívida con el aro. El repertorio australiano era realmente desolador: triples sin tocar aro, palmeos fáciles que no llegaban, rebotes ofensivos que no servían para nada, balones interiores que se escapaban y cambios y más cambios, como para que no decayera la esperanza de un equipo que a cada ataque parecía más alicaído.
Al final tuvo que ser Joe Ingles el que rompiera el maleficio con una penetración. Aunque los 8 puntos con los que terminaron el primer periodo seguían siendo ridículos, algo había cambiado de la mano del smart power de Matt Nielsen y la velocidad y desparpajo de Patrick Mills (13 puntos).
Los ataques australianos, un tanto maniqueos, no propiciaban la circulación del balón por demasiadas manos, sino más bien la de algún interior que tratara de sacar una ventaja sobre los eslovenos que, en el plano teórico, existía. El juego esloveno buscaba a sus hombres en el perímetro con tiro franco, para sacar ventajas desde el triple (28-12) y sacar partido de una reblandecida defensa australiana.
Cuando los de Brett Brown parecían acercarse en el marcador, los interiores europeos volvieron a secar a Maric y Andersen, desaparecidos en la primera mitad. Y de ahí de nuevo al abismo, con un triple de Miha Zupan y una continuación que aprovechaba Primoz Brezec (37-18). El abismo se asomaba para los oceánicos al descanso, con las últimas posesiones como gran alegoría de lo que había sido la primera mitad. Entrado el último minuto, Lakovic anotó un triple que dejaba un humillante 42-21. Acto seguido, Mills se jugó un triple que ni siquiera alcanzó el aro. La gran actuación de Lakovic en una Eslovenia de cada día mayor consistencia, seguida por una Australia descabezada, sin sentido y humillada.
El encuentro se destensó tras el pase por vestuarios, a modo de intercambio de canastas, con el despertar de Andersen. Cómoda situación para Eslovenia, 20 por encima, que pese a la mayor presión defensiva australiana, seguía anotando, sobre todo de la mano de un Bostjan Nachbar que desplegaba todo su espléndido arsenal ofensivo de forma efectiva. Un pequeño parcial de 7-0 volvía a colocar una diferencia máxima en el luminoso (58-32). Pese a que Australia seguía mejorando sustancialmente su juego, se perdía en acciones individuales que no se sucedían con el suficiente éxito como para lograr recortar distancias. Con Dragic en el banquillo, era Sani Becirovic el que tomaba el relevo en la generación exterior, primero con un triple y luego sirviendo asistencias, fácil para sus compañeros.
Las caras australianas en el tercer cuarto ya eran de completa decepción, de desastre en forma de eliminación, prácticamente sólo con la honrosa excepción de Nielsen, que aplicaba el pundonor aussie, aunque era completamente insuficiente, como enseñaba el marcador del término del tercer cuarto: 71-45. El último periodo sólo había de servir para aumentar el escándalo, para dar juego a los eslovenos menos habituales. Era el tiempo de las sonrisas y los llantos, para la excelencia de Lakovic (19 puntos, 5 triples). Turquía o Francia le esperan. Aunque lo que es seguro es que ya nadie va a subestimar a la escuadra de Memi Becirovic.
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Fuente: acb.com
Foto Sitio Oficial Turquia 2010
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