Reunión cumbre puertas adentro

El golpe de la derrota del martes afectó a todo el plantel peñarolense. Durante la cena, el entrenador Sergio Hernández habló con extrema firmeza con todos los jugadores.

Palabras más, palabras menos, les dijo que eran suficientemente grandes e inteligentes, que ya sabían en qué se habían equivocado y qué tenían que mejorar. No hubo orden, pero de su propia intención, los jugadores se autoconvocaron en la habitación que comparten Leonardo Gutiérrez y Raymundo Legaria.

El cónclave se extendió hasta poco después de las 3 de la madrugada del miércoles. Y cuentan algunos testigos que la expresión de determinación pintada en los rostros de los basquetbolistas hizo pensar en que la forma de encarar el cuarto partido de hoy será totalmente diferente.

El "día sandwich" transcurrió con tranquilidad en el campamento peñarolense, en un hotel céntrico de la capital cordobesa. Muy pocos jugadores bajaron de sus habitaciones a desayunar. La mayoría prefirió hacerlo directamente a la hora del almuerzo.

Sólo Leonardo Cañete, el único que no ingresó a jugar el martes, salió a correr por la costanera del río Suquía, acompañado por el preparador físico, Carlos García.

Y después de la comida, casi todos regresaron a sus habitaciones a descansar, si bien antes algunos eligieron dar una vuelta caminando, en una jornada espléndida, a pleno sol.

Durante el día, también hubo visitas de amigos y/o familiares para jugadores y la estricta guardia periodística para obtener los consabidos testimonios de los protagonistas.

Por la noche, luego de la merienda y la habitual sesión de video para observar el partido del martes, el plantel se dirigió en combi hacia el Orfeo, para realizar la práctica nocturna.

Fuente: Diario La Capital

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