"Peñarol siempre va a estar en mi corazón"

Sergio Hernández volvió a alcanzar el cartel de entrenador con más títulos de la Liga Nacional de Básquetbol, junto a Rubén Magnano, tras la consagración de Peñarol del miércoles ante Atenas de Córdoba.

Y el bahiense asumió este nuevo logro en su carrera con la serenidad de siempre. Incluso, con total sinceridad, relacionó esta consagración con su primer título, logrado hace ya una década en Estudiantes de Olavarría.

"Peñarol tiene un lugar especial en mi corazón. La diferencia con Olavarría es que allí está mi casa y viven mis hijos. Ellos juegan al básquetbol y son hinchas fanáticos de Estudiantes. Y Estudiantes fue mi primer título, que es diferente a todo. Es como la primera novia o el primer auto. Pero no quiere decir que sea mejor o más grande que este título de Peñarol. Es diferente. Obviamente, Peñarol siempre va a estar en mi corazón. Sea cual sea nuestro destino, el de Peñarol y el mío, siempre que vuelva sé que voy a ser bien recibido y a mí me va a gustar mucho volver. Como rival, como espectador, como amigo. Yo no voy a un club diciendo ojalá que coseche amigos. Sería totalmente falso porque esto es profesional. Pero, inconscientemente, siempre que voy a un lugar a trabajar o vivir, mi objetivo es que a la hora de irme haya quedado algo más que un título, un segundo lugar, un tercero o un descenso. Para mí las relaciones humanas son lo más importante. Haber conocido a Domingo Robles, a todos los "secuaces" que tiene y a otro montón de personas es más importante que cualquier título", reflexionó el "Oveja" en diálogo con varios periodistas.

Hernández, además, se refirió al marco que tuvo esta última y decisiva final de la Liga Nacional. "Peñarol es un chico grande. Un club "chico", de barrio, pero que si para esta final tenía una cancha para quince mil, metía quince mil personas. Le salen hinchas por debajo de las baldosas. Eso motiva a cualquier ser humano para esforzarse más, compromete más", afirmó.

El bahiense se refirió especialmente a algunos de sus jugadores. Y comenzó por el base y el capitán de su equipo, "Tato" Rodríguez: "Tato es el símbolo. El día que él deje de jugar, Peñarol va a tener que hacerle una estatua. Después de Milanesio, es el único caso de la Liga con semejante continuidad. Yo no me quiero ni imaginar cómo estaba Tato porque venía soñando hace años con este momento. El no estuvo con el equipo campeón de 1994. Pero lo vi en la Liga de las Américas en México y estaba muy emocionado por conseguir lo que hasta ese momento era su título más importante con el club".

El recambio de Tato es Facundo Campazzo, factor de quiebre en tres de las cinco finales ante Atenas. "A Campazzo lo disfrutamos todos mucho. Es un pequeño grande. Pero hay que dejarlo crecer, que tome las cosas con la naturalidad con las que debe hacerlo un chico que recién cumplió 19 años. Y cuidarnos con nuestros halagos. El tiene hasta ahora lo que se merece y tiene que seguir trabajando muy duro", evaluó Hernández.

No podía quedar Leonardo Gutiérrez afuera de la consideración de "Oveja". "Para hablar de Leo las palabras sobran o no alcanzan. Esto es como dijo Verón el otro día sobre Messi: 'Qué más quieren que digamos de Messi'. Leo es increíble. Es tan bueno como para dar su mejor versión en los momentos más calientes, algo que hacen solamente los grandes. Esto va en gustos, pero Leo para mí está entre los tres mejores jugadores de la historia de la Liga Nacional con Milanesio y Campana y es el mejor jugador de los últimos diez años de la Liga", sostuvo.

Y, por último, el entrenador campeón se refirió a la vuelta de Martín Leiva a la Liga Nacional. "Martín fue una gran apuesta de Peñarol, creyendo en lo que yo decía. Y yo creí en Martín porque lo había disfrutado dos años en Boca. Sabía lo que era capaz de hacer. Es una alegría que haya venido a Peñarol y, fundamentalmente, que haya vuelto al país. La Liga nuestra necesita ese tipo de jugadores para crecer. Es difícil seguir involucrados entre los grandes con una Liga de jugadores pequeños. La presencia de Román, de Martín y de Wolkowyski, la vigencia de Osella, hace que los demás equipos traigan americanos grandes. La altura completa todo lo que la Liga tiene de talento y de temperamento. Martín, en ese sentido, es una "joyita" para esta Liga".

Fuente: Diario La Capital

Comentarios