El baile del campeonato

Con más autoridad, imposible. Peñarol se impuso 80-60 a Atenas y fue claramente superior a un rival que resistió un poco más de un tiempo gracias a la titánica tarea individual de Lo Grippo. Y lo terminó "bailando" para festejar su coronación como el mejor del país a dieciséis años de la primera.

¿Se puede ser más campeón? Peñarol le agregó anoche una última cuenta, la más preciada, al collar que elaboró con tanta eficacia durante toda la temporada. Por si algo hacía falta, se impuso a Atenas con toda la autoridad necesaria como para que a nadie le quede dudas de qué equipo fue el mejor de la temporada. Le ganó defendiendo, le ganó corriendo, le ganó jugando. Con grandes individualidades y con equipo. Con corazón y piernas para sacar la diferencia sobre un rival desgastado y que dependió sólo de un jugador: Diego Lo Grippo. Con inteligencia y jerarquía para manejarla y para minimizar al adversario.

Peñarol dio la última lección de básquetbol de una temporada inolvidable que tuvo otros cuatro títulos (Súper 8, Liga de las Américas, Copa Desafío y Torneo Interligas) y ganó el más preciado de todos los campeonatos: la Liga Nacional, el que no ganaba desde 1994. En la quinta final, se impuso 80 a 60 y liquidó la serie por un 4 a 1 rotundo.

El arranque del partido fue bastante parecido al del cuarto cotejo en Córdoba. Un furioso e inesperado intercambio de gol y gol. Atenas manejó ventajas hasta la mitad del parcial inicial gracias al extraordinario comienzo de Diego Lo Grippo, que acribilló a la defensa peñarolense a triple limpio, escapando de la vigilancia de Gutiérrez en la pintura. El santafesino anotó tres consecutivos de movida y terminó el parcial con 18 puntos, el 75% de la producción ofensiva de su equipo.

Peñarol aguantó el "chubasco" y, aunque en líneas generales le costó plantar una defensa fuerte, fue revirtiendo la historia con un ataque prolijo, paciente y con mayor cantidad de variantes. La conducción de Rodríguez fue inteligente, Lamonte no forzó situaciones y tomó sus lanzamientos a pie firme desde el perímetro, Mata aportó con acierto y Gutiérrez y Leiva entregaron puntos desde posiciones cercanas.

Además de atacar, como Atenas jugó con poco cambio, la otra cosa buena que hizo Peñarol fue intentar presionar en toda la cancha y desgastar a Juan Pablo Figueroa, que no tenía detrás a Cantero para otorgarle algo de refresco. Y darle al partido el mayor dinamismo posible.

En líneas generales, en todo el primer tiempo se jugó al ritmo que quiso Peñarol. Pero la superlativa producción de Lo Grippo provocó que al descanso "chico" ambos equipos llegaran igualados en 24 puntos.

La apuntada vivacidad ofensiva le permitió al conjunto local obtener el primer quiebre del partido. La figura de Gutiérrez, con lanzamientos desde el perímetro o acercándose al canasto, creció gradualmente. Cinco puntos consecutivos del ala-pivote, más un buen pasaje defensivo (y sin Leiva, que con dos faltas fue resguardado ya en el primer cuarto), le permitieron a Peñarol meter un parcial de 8-1 en un poco más de dos minutos y manejar una ventaja interesante, que promediando el parcial llegó a ser de diez puntos.

De todas formas, no pudo zanjar la cuestión. Atenas no se rindió, en buena medida, porque Lo Grippo no se rindió. El interno "griego" continuó imparable y sus conversiones sostuvieron a su equipo en el partido. Se fue al descanso con 26 puntos en su casillero individual, pero no tuvo demasiada compañía. Y su esfuerzo fue insuficiente para revertir la tendencia.

Peñarol, en cambio, además de Gutiérrez, disfrutó del mejor partido de Lamonte de la serie. Y así, aunque con sobresaltos Atenas llegó a reducir la ventaja a tres-, terminó la primera parte siete puntos arriba: 44 a 37. Claro que una dudosa falta de Romero sobre Gutiérrez le posibilitó al líder "milrayitas" ampliar la cuenta con dos tiros libres en la jugada final de la etapa.

La salida de Peñarol en el tercer cuarto fue tan vigorosa como la del segundo. Las piernas y el atrevimiento de Campazzo lideraron otro parcial demoledor. Un 12-2 en tres minutos y fracción, con dos triples del juvenil cordobés, que le pusieron a los de Oscar Sánchez ya la cuesta demasiado empinada.

El equipo marplatense se llevó por delante corriendo a un rival a esa altura muy cansado. Pero se pasó de vueltas, el vértigo provocó errores y hacia el final del cuarto, con ocho puntos más de Lo Grippo, Atenas redujo la desventaja de diecisiete puntos a sólo nueve.

Y Hernández tuvo que aplacar un poco el frenesí de su equipo y mandar a la cancha a Tato Rodríguez para aquietar las aguas y jugar un poco más con la diferencia. Así Peñarol pudo irse al último descanso al frente por 59 a 47.

La definición llegó en las primeras acciones del cuarto final. Atenas forzó tiros de tres puntos, los falló y el conjunto "milrayitas" lo ajustició de contraataque y con la jerarquía de Leo Gutiérrez, de gran partido. A poco más de ocho minutos, la ventaja ya era casi indescontable: 66 a 47.

A esa altura ya no había un peñarolense en sus cabales en el Polideportivo. "Veo, veo, ¿qué ves?/una cosa, ¿qué es?/que volvemos a ser campeones otra vez/como en el noventa y tres", comenzó a bajar desde las plateas ante la inminencia del campeonato.

Pero esta vez Peñarol no enloqueció. Ya había hecho suficiente daño corriendo. Paró la pelota, buscó buenos tiros, no sobró y defendió con intensidad. Lo Grippo sólo no pudo hacer mucho.

Y el carnaval terminó con un triple de Campazzo, factor de desequilibrio en tres de los cinco partidos de la serie. Y con Figueroa entregándole el balón al árbitro a falta de quince segundos. Quedó claro que Peñarol había ganado en la cancha. No sólo la última final. También un campeonato sin manchas.

Síntesis

Peñarol (80): S.Rodríguez 9, K.Lamonte 18, M.Mata 5, L.Gutiérrez 23 y M.Leiva 9 (FI); F.Campazzo 12, A.Diez 0, A.Reinick 4 y S.Vega 0. DT: Sergio Hernández.

Atenas (60): J.P.Figueroa 1, J.M.Locatelli 4, A.White 0, D.Lo Grippo 38 y D.Kanté 6 (FI); C.Romero 9, D.Osella 0, F.Ferrini 2, F.País 0 e I.Fernández 0. DT: Oscar Sánchez.

Cancha: estadio Polideportivo Panamericano.
Arbitros: Daniel Rodrigo-Fernando Sampietro-Diego Rougier.
Progresión: 24-24, 44-37 y 59-47.

Crónica: Diario La Capital
Foto: Gentileza Diario El Atlántico

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