Nada parece poder interponerse entre San Lorenzo de Almagro y su potencial chapa de candidato excluyente. Anoche, Quilmes construyó un primer tiempo fenomenal y hasta se fue -merecidamente- en ventaja a los vestuarios. Pero en el complemento, el “azulgrana” resultó arrasador y lo termninó doblegando por 113 a 93, en el Polideportivo “Islas Malvinas”, en la apertura de la serie por los octavos de final del Torneo Súper 4. El sábado, desde las 20, se jugará el segundo choque de esta llave prevista al mejor de tres, en el Polideportivo “Roberto Pando”, de Boedo.
Quilmes jugó un primer tiempo de altísimo nivel. Adelante hizo prácticamente todo bien. Tanto, que le anotó 52 puntos en 20 minutos a un oponente que apenas había permitido, hasta ayer, sólo 74,4 puntos de sus adversarios (la mejor defensa de la competencia).
Y atrás, cumplió bien con los deberes con los dos extranjeros, Javier Justiz Ferrer y Darquavis Tucker, inadvertidos durante los dos primeros capítulos, pero la enorme jerarquía individual del plantel sanlorencista le permite esos lujos. Porque desde el banco fueron muy útiles Mathias Calfani, Matías Sandes y el marplatense Selem Safar.
Con todo, Quilmes siempre fue dominador en ese primer tiempo. Mucho más en el juego que en las cifras. Porque aún jugando en un nivel superlativo, dominando el rebote, pasándose muy bien la pelota y eligiendo cuidadosamente las mejores opciones de tiro.
El “tricolor” arrancó 6/6 en dobles, muy derecho, con un rol protagónico de Iván Basualdo. Fue superior a San Lorenzo pero nunca pudo despegarse en el resultado.
El local perdió rápido por lesión a Bruno Sansimoni (sufrió un golpe involuntario de Selem Safar en la cadera izquierda) aunque continuó encendido adelante y dueño de las acciones. Pero apenas se llevó una renta de 6 puntos al descanso largo. Contra cualquier equipo, la ventaja podría haber sido de 10 o más.
Estaba claro que San Lorenzo tenía mucho para crecer y Quilmes, muy cerca del límite.
En un minuto y medio, de la mano de Sandes y Deck, el visitante igualó en 52 y asumió decidamente el control. Un exceso de Ricky Sánchez (que estaba jugando muy bien y golpeó duramente a Deck para frenarle una penetración) derivó en su descalificación. Y también la salida obligada del santiagueño maltrecho.
Quilmes sufrió el impacto anímico y eso repercutió en el juego. El público le transmitió el fastidio para con los árbitros y el local perdió la línea demasiado rápido.
Y el mérito de San Lorenzo estuvo en capitalizar esas dudas. Lo fue demoliendo a Quilmes con un despliegue casi obsceno de recursos ofensivos, ante un adversario que iba quedando reducido a una tímida versión de aquella dominante del primer tiempo.
Nunca pudo hacer pie en defensa el local y con un Calfani fabuloso (32 puntos y 7 rebotes), un Nicolás Aguirre peleado con el aro (3/10 en cancha) pero muy preciso para habilitar a sus compañeros (12 asistencias) y la aparición del tiro abierto en toda su dimensión, San Lorenzo se hizo un festín. Ganó la segunda mitad 67 a 41 y estiró su supremacía en el historial a 11 victorias contra sólo una de Quilmes.
Síntesis:
Quilmes (93): N. Ferreyra 13, E. Flor 14, E. Ruiz 17 (x), R. Sánchez 12 (expulsado) e I. Basualdo 18 (FI). E. Basabe 6, B. Sansimoni 0 (lesionado), O. Cantón 10, M. Maciel 3, D. Skidelky 0, B. Provenzano 0, T. Reimundo 0. DT: Javier Bianchelli.
San Lorenzo (113): N. Aguirre 8, D. Tucker 17, M. Mata 10, G. Deck 14 y J. Justiz Ferrer 2 (FI). M. Sandes 17, S. Safar 13, M. Calfani 32, J. Vildoza 0, L. Cerminato 0, L. Fernández 0. DT: Javier Bianchelli.
Estadio: Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”.
Arbitros: Diego Rougier, Sergio Tarifeño y Raúl Sánchez.
Parciales: 28-22, 52-46 y 66-79.
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