Vibrante, emotivo, intenso. El superclásico suele tener esos condimentos y el jueves por la noche volvió a certificarlo. En un final de bandera verde, Quilmes venció a Peñarol, por 88 a 85, y lidera la serie entre ambos por el Repechaje del Torneo Súper 20 de básquetbol. En el balance global, los de Luro y Guido habían hecho un mejor trabajo, pero un descomunal Nicolás Gianella en el último cuarto fue el líder que impulsó la reacción postrera de los del barrio del Materno y generó una definición llena de incertidumbre.
La primera mitad fue un típico caso de un cuarto para cada uno. Se repartieron aciertos y errores en dosis similares, aunque fue Quilmes el que se llevó la delantera a los vestuarios en el entretriempo. El equilibrio caracterizó las primeras acciones del cuarto inicial. Y en ese contexto, Peñarol se insinuaba algo mejor. No preocupó a Quilmes la rápida segunda falta (antes de los 3m) de Iván Basualdo -continuó en cancha- aunque sí al “milrayitas” la segunda de Martín Leiva, quien sí fue reemplazado.
Ese esbozo de leve superioridad del conjunto de Leonardo Gutiérrez se sustentaba en la eficacia ofensiva de Nicolás Gianella (anotó 8 de los primeros puntos de su equipo) y el respaldo de una defensa que conforme avanzó el capítulo se hizo más firme. Las cada vez más frecuentes brechas que proponía Peñarol en el resultado casi siempre encontraban una respuesta quilmeña, como un triple de Bruno Sansimoni para acortar a 18-16 a 3 minutos del primer descanso.
Sin embargo, desde allí y hasta el final del parcial, la defensa de Peñarol impuso su ley. Su rival no volvió a convertir y, confiado por su solidez atrás, el “milrayitas” disfrutó de su mejor pasaje, con inteligente, paciencia y puntería para atacar y sellar una ventaja acorde a su rendimiento.
Todo cambió diametralmente cuando se reanudaron las acciones. Quilmes propuso una defensa zonal que logró confundir por completo a su adversario y rápidamente selló una ráfaga de 7-0 para igualar en 23. Un buen pasaje de Nicolás Ferreyra en ofensiva impulsó a los suyos hacia adelante y un rato más tarde se plegó a él Eric Flor, quien había sido bien controlado en los primeros 10 minutos por el pibe Tomás Monacchi.
La frustración de Peñarol lo llevó cometer errores y con un lapidario parcial de 14-1, el “tricolor” se encontró adelante 30-24. Para peor, Leiva cometió su tercera falta personal y tuvo que sentarse un rato, aunque después fue Omar Cantón el que llegó a su tercer personal con mucho camino por recorrer. El tramo final de ese capítulo fue más equilibrado, pero el equipo de Javier Bianchelli consiguió llevarse una leve ventaja al descanso largo.
Quilmes profundizó su dominio en el tercer cuarto. Se prodigó atrás como nunca, lo tuvo a Ferreyra en alto nivel y estampó un expresivo 10-0 para alejarse 49-35. Peñarol, desorientado, estuvo 3m10s sin convertir, hasta que el improductivo Karl Cochran pudo anotar.
No obstante, Quilmes se iba comprometiendo con las faltas personales. De hecho, un exceso de Ferreyra buscando su propio rebote derivó en su cuarta falta personal. Hasta allí, lo tenía controlado por completo el conjunto de Luro y Guido.
Pero se produjo una reacción -esperable- del anoche local. Peñarol apretó las clavijas defensivamente y adelante disfrutó de uno de los escasos ratos felices de Steffphon Pettigrew en la noche. Se acercó a sólo 5 puntos (53-48) el “milrayitas”, pero estuvo oportuno Bruno Sansimoni para anotar y conducir. El base olavarriense aportó muchísimo para la causa quilmeña y su público se lo reconoció. La mejor imagen de Quilmes le permitió cerrar el penúltimo segmento con un valioso margen favorable de 11 puntos.
El capítulo decisivo tuvo un arranque furioso. A puro triple de uno y otro lado. El aro se abrió para ambos, con Flor como líder del “tricolor” y un extraordinario Gianella para liderar al “milrayitas”. En ese pandemonium, Peñarol emergió más entero y metió muchísima presión con su defensa, pero especialmente con un ataque endemoniado.
Y lo mejor se lo reservaron para el final. Porque un partido de básquet que no se resuelve en la última jugada, casi que pierde algo de atractivo. Y cuando eso pasa, y más en el contexto de un superclásico, mucho mejor. Al menos para el espectador neutral, que no sufre tanto como lo hicieron anoche los hinchas de uno y otro.
Dos libres de Alejandro Alloatti dejaron el resultado 81-81 al ingresar en el último minuto. Cualquier cosa podía pasar, y allí Iván Basualdo y Flor estuvieron muy acertados con tiros de riesgo, y Enzo Ruiz, quien no había convertido puntos en la noche, terminó decorando las cifras en los segundos finales.
Síntesis
Peñarol (85): N. Gianella 20, K. Cochran 9, S. Pettigrew 10, A. Diez 16 y M. Leiva 2 (FI). A. Alloatti 8, N. Zurschmitten 10, T. Monacchi 4, J.M. Fernández 0, D. Guaita 6, J.I. Marcos 0. DT: Leonardo Gutiérrez.
Quilmes (88): N. Ferreyra 17, E. Flor 23, E. Ruiz 1, R. Sánchez 5 (x) e I. Basualdo 15 (x) (FI). B. Sansimoni 15, O. Cantón 7, E. Basabe 5, T. Reimundo 0. DT: Javier Bianchelli.
Estadio: Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”.
Arbitros: Pablo Estévez, Alejandro Ramallo y Cristian Salguero.
Progresión: 23-16, 35-39 y 51-62.
Fuente: La Capital
Foto: La Liga Contenidos
Comentarios