Festejo uruguayo, 18 años después


Debieron pasar 18 años para que Uruguay vuelva a ganar un juego en la segunda fase del Torneo de las Américas. Frente a Venezuela, que se jugaba media clasificación a “semis”, y sin Martín Osimani casi desde el inicio, la Celeste combinó garra e inteligencia y derrotó a la Vinotinto 77-75, para mantener un delgado hilo de esperanza de meterse entre los cuatro mejores del Preolímpico.

Para los “charrúas”, el cuadro pintaba complicadísimo: con el marcador 6-9 abajo, y apenas 2m57s de partido, el árbitro esloveno Sasa Pulk dejó afuera a Martín Osimani, al cobrarle su segunda falta técnica. Para colmo, el goleo de los hermanos Vargas y el positivo ingreso de Windi Graterol se combinaron para que Venezuela se despegara 20-13.

Aunque el primer cuarto terminó 24-20 a favor de la Vinotinto, el entrenador Néstor García entendió rápidamente que las alarmas estaban encendidas: Reque Newsome hacía lo que quería en la zona pintada y Fitipaldo se convertía en su socio perfecto. Las facilidades de los rioplatenses cerca del cesto ponían nervioso al “Che”, que ni siquiera aflojó su tensión cuando sus dirigidos se escaparon a siete (35-28), cuando pudieron plasmar una defensa más agresiva y consiguieron ofensivas más fluidas.

Con la marca registrada de su garra, Uruguay comenzó a dar vuelta la historia. Metió un parcial de 9-0 hasta irse arriba 37-35 y, después de quedar nuevamente en desventaja, se fue al descanso con el ánimo por las nubes, ya que Mathias Calfani clavó un triple que puso al frente a la Celeste 42-41.

La intensidad uruguaya se mantuvo al volver del descanso largo. Newsome siguió pesando en los cristales y cada uno de los jugadores dirigidos por Adrián Capelli comprendió que había que lanzarse al piso a buscar cada bola, sin medir consecuencias ni ahorrar ni una gota de sudor. Una buena conexión entre Santiago Vidal –hizo un partidazo- con Fitipaldo, que aprovechó la puerta de atrás, le dio brillo al gran momento de la Celeste, que arrancó el último cuarto con ventaja de 10, luego de un doble de Calfani, bien posteado en la pintura.

La brecha llegó a ser de 13 (64-51) pero Venezuela, por el ímpetu de Néstor Colmenares, comenzó a achicar. Cuando Cubillán afinó su mira desde la línea de 6,75 metros, el juego volvió a cambiar y el final se hizo apretadísimo. Con Vidal como lúcido conductor, Uruguay pareció tomar ventajas decisivas en unas cuantas oportunidades, pero la Vinotinto achicó a puro bombazo de tres puntos. De hecho, Gregory Vargas acertó desde la medialuna y la diferencia quedó en sólo tres (74-77).

Con sólo 6 segundos en el tablero electrónico, Cubillán tuvo la bola para igualar, pero su triple boqueó en el aro. Borsellino, que bajó el rebote, pudo sentenciarlo: sin embargo, falló sus dos libres y le dio otra vida a Venezuela. Cubillán metió su primer libre y lanzó a fallar el segundo, la bola terminó en manos de Guillent, que tampoco pudo aprovechar la segunda chance de mandar el juego a suplementario.

BOXSCORE

Fuente: Fiba Americas

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