Atenas se llevó un partido increible


Entre el infierno y el cielo. Al primer tiempo horrible se lo olvidó rápido, en apenas un cachito del tercer cuarto. Después de haber andado pintado al óleo, con la cabeza gacha y una desventaja de 26, Atenas salió hecho un huracán que, con apenas un par de sensaciones viscerales, ya lo habían metido de nuevo en juego, aun cuando hubiera que remar durante todo lo que faltaba. Llegó a la costa con el agotamiento y la sonrisa del marinero que se sobrepuso al mar bravío y a un tormentón de aquellos: metió un 61-33 desde que estuvo 15-41 abajo y superó de local a La Unión de Formosa 76 a 74.

Lo difícil fue entender por qué tanto contraste. Arrancó patinando frente a un rival que jugaba a otra velocidad. Encima, fue un colador en defensa (¡30 puntos en el primer cuarto!) y por momentos parecía luchar contra sí mismo y sus impotencias. En los primeros 20 minutos tuvo apenas dos momentos positivos: el ingreso de Filloy-Bortolín-González, para un 7-0, y el combo de una defensa que presionó la bola y permitió un 9-0, de la mano del “Pitu” Rivero, en el segundo segmento, aun cuando seguía confundiendo la intensidad con el vértigo y las ganas de ir al frente con el juego forzado al mango. Al resto, La Unión lo dominó casi a voluntad, sobre todo cuando metió una ráfaga de 11 puntos que le dio una sorprendente ventaja de 26 (15-41).

La cuestión fue que el Griego volvió hecho una furia. Lábaque marcó el camino tirándose de cabeza a buscar una bola y asumiendo el liderazgo ofensivo. Con Demián Filloy como socio ideal del base (el alero jugó un partidazo inolvidable) y una defensa que mostró toda la intensidad que había faltado en la primera parte, el Verde empezó a descontar a lo bestia. Igualó en 54 con un doble de Mikulas y volvió a bancarse otro chubasco, cuando se quedó sin piernas en defensa (57-64). Cuando volvió a empardar el truco ya sabía que cantaría retruco: pasó arriba por primera vez con una corrida de González que terminó en 2+1 (72-70), fue puliendo la obra final desde la línea de libres e infló el pecho cuando Filloy palmoteó hacia atrás un rebote ofensivo que quedó en manos de Lábaque. Dos libres de Mikulas y un rebote de Torres, que entró sólo para eso, completaron una remontada histórica.

Fuente: Mundo D
Foto Gentileza: Prensa LNB

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