Desde el primer ciclo de Alejandro Diez en Peñarol que el "milrayitas" no encontraba el relevo ideal del "cuatro", puesto del cual es dueño absoluto. Ahora parece haber llegado la respuesta para ese dilema, de la mano de... Alejandro Diez. El olavarriense cumplió el miércoles una muy destacada actuación, ya que a su habitual entrega defensiva le agregó presencia con su tiro abierto. Diez redondeó un planilla con 17 puntos (3 de 4 en dobles, 3 de 5 en triples y 2 de 2 en libres) y 6 rebotes. Y fue uno de los más demostrativos en el festejo del triunfo. Esto dijo:
-Más allá del valor de un triunfo en el clásico, ¿es cierto que habrá que acostumbrarse a este tipo de partidos trabados, enredados?
-Sí, ni hablar. De arranque se planifica el partido y queremos jugar un poco más lindo, esa es la realidad. Pero después, adentro de la cancha se pone muy friccionado, los dos equipos quieren ganar y no regalan nada. Nosotros veníamos de perder un partido, nos encontramos con varias bajas en estos días. Pudimos cerrar mejor el juego y el triunfo nos dio una felicidad grande.
-¿Qué cambiaron o qué corrigieron con respecto al primer clásico?
-Había que corregir cosas en ofensiva. En el juego anterior nos hicieron 68 puntos, vimos el video y nos dimos cuenta de que habíamos defendido bien. Esta vez defendimos igual pero mejoramos un poco adelante. Quizás lo podríamos haber definido antes, erramos algunos libres, los dejamos venir y ellos, con segundas chances nos anotaron triples y se acercaron.
-También hubo una falta antideportiva tuya...
-La antideportiva mía, que la hice. Hicimos casi todo para que nos empataran pero por suerte pudimos mantener esa pequeña ventajita para ganar. Fue nuestra primera victoria de la temporada y justo en el clásico, así que estoy doblemente feliz.
-Ahora la reconocés, pero en el momento protestaste por la sanción de la falta antideportiva...
-(Se ríe) Sí, sí, la protesté. Estábamos en un momento decisivo, (Walter) Baxley se iba, quise llegar a la pelota pero él me ganó con esa velocidad que tiene y me llevé todo puesto.
-El final fue increíble porque no es frecuente que Leonardo Gutiérrez falle tres de cuatro libres y menos en la definición de un partido. ¿Qué pensaron en ese momento?
-¡No sé qué pensamos! Pero no es algo normal. Venía de fallar otro libre Ale Konsztadt. Encima Leo también. Quilmes fallaba en primera instancia pero después de los palmoteos les quedaron tiros abiertos y los metieron. Por suerte pudimos ganar y vale mucho por las ausencias, porque tenemos a varios jugadores con molestias físicas, como Adrián (Boccia), que tiene el tobillo de todos colores, súper hinchado y jugó estribado, Ray (Fisher) viene de un desgarro y ni hablar de la ausencia de Martín (Leiva). Con todos esos condimentos, la victoria se disfruta un poco más.
-Al margen de lo que tienen que modificar por la falta de Leiva, ¿sin él se sienten más vulnerables en el rebote?
-Ni hablar. Es el primer ítem que nos había remarcado el Tulo (Fernando Rivero, el entrenador). Teníamos que cuidar el rebote en nuestro aro. Necesitábamos un par de rebotes más de cada uno de los perimetrales y los internos teníamos que fajarnos todo el tiempo. En el primer partido hubo una gran diferencia en favor de Quilmes, y fue una de las cosas que el Tulo nos marcó con un círculo rojo en la preparación de este segundo partido. Tuvimos que hacer un desgaste extra, pero lo conseguimos.
-En tu caso particular, además de lo que habitualmente entregás en defensa, se te abrió el aro y anotaste puntos importantes...
-Sí, por suerte sí. Estaba un poco molesto porque el primer tiro de tres puntos que tuve lo tomé solo y lo erré, pero en el segundo tiempo encontré varios cortes hacia el aro, pude correr la cancha y se me abrió el tiro de tres puntos. En gran parte gracias a la confianza que me da Leo cuando juego con él, porque juega de espaldas sin problemas y yo puedo abrirme. Tomé buenas decisiones y sirvieron para ganar, que es lo más importante.
Fuente: La Capital
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