Nocioni, Prigioni y Gutiérrez se despidieron de la Selección


“Creo que es momento de cortarla con eso de la ‘Generación Dorada’, del último partido, de la despedida. No hay más Generación Dorada, no hay más despedida ni último partido. Nunca lo hubo ni lo va a haber”. Eso dijo el capitán Luis Scola tras la derrota del domingo frente a Brasil en el Mundial de básquetbol de España 2014, y vaya si tenía razón. Luego de la última cena dos de los últimos integrantes de aquel equipo que consiguió el subcampeonato del mundo en Indianápolis y el oro olímpico en Grecia, dijeron basta.

Punto final en la carrera con la celeste y blanca para el cordobés Leonardo Gutiérrez y el santafesino Leonardo Gutiérrez. Ambos anunciaron que no volverán a ser parte del seleccionado nacional tiraron por tierra toda posibilidad de ser parte del Preolímpico de México y también de los Juegos de Brasil. También dijo adiós el riotercerense Pablo Prigioni, quien se sumó en 2006 al grupo y terminó siendo una de las piezas fundamentales en los procesos que encabezaron los entrenadores Sergio Hernández y Julio Lamas.

Si bien no es una sorpresa lo que sucedió en la sobremesa del ayer a la madrugada en un restaurante madrileño, vale destacar que sí llamó la atención. ¿Por calentura o por decisión ya premeditada? Ambas cosas. El desgaste dentro y fuera del rectángulo fue un detonante que, por el momento, no dinamitó las ganas, el entusiasmo y la pasión que siente por los colores Scola, quien sigue siendo el único sobreviviente y verdadera Alma de este seleccionado.

Se pone definitivamente fin a un proceso que terminó como pocos imaginaban: en la peor ubicación de la historia en mundiales (12º) y justamente siendo víctima del creador de la “criatura”, Rubén Magnano.

De todos modos, lejos está esto de ser un fracaso y de marcar un panorama oscuro para lo que viene de aquí en adelante, aunque sí habrá que tener un poco de paciencia y ser responsable en el trabajo a largo plazo que se viene por delante. Se deberá ser consciente de que los Juegos Olímpicos de Brasil no serán el momento de volver a tener protagonismo y quizás tampoco en el próximo Mundial (sin sede definida para 2019).

Es la hora de hacer borrón y cuenta nueva, pero no dejando de mirar atrás, sino por el contrario. De lo pasado se aprende, y esta constelación que de a poco va colgando las “botitas” mucho fue lo que sembró para que de aquí en un tiempo, las nuevas figuras comiencen a cosechar.

Andrés Nocioni
Debutó con la camiseta argentina en el Sudamericano de Cadetes de 1995. Fueron 19 años vistiendo la camiseta nacional, con la que conquistó un subcampeonato del mundo en Indianápolis 2002, un oro olímpico en Grecia 2004 y un bronce en los Juegos de 2008.

Pablo Prigioni
El cordobés comenzó sentir la camiseta en el Sudamericano de 2003, pero dio el salto de calidad en el Mundial de 2006, en el epílogo de las carreras de Pepe Sánchez y Alejandro Montecchia. Su mayor conquista fue el bronce olímpico en 2008.

Leo Gutiérrez
Si bien en ningún momento fue el que más brillo, sí se transformó en el que más jugó. Debutó en el sudamericano juvenil ‘93 y tuvo una carrera casi ininterrumpida: Medalla de plata en el Mundial 2002; oro y plata en los Juegos Olímpicos de 2004 y 2008 respectivamente.

Fuente: La Mañana

Comentarios