Finalmente, River gritó campeón, haciéndose cargo de todo el favoritismo sobre sus espaldas desde el inicio mismo del torneo, ganó cómodamente el tercer y definitorio cotejo ante GEVP, y así se coronó como el mejor de un Prefederal exitoso, coronado ante un millar de espectadores en el Héctor Etchart, escenario ideal para que la familia del básquet disfrutase de una serie al más alto nivel.
Tuvo en Kevin Hernández a la figura estelar del encuentro, con 20 puntos, 14 rebotes, 2 robos y dos bloqueos, acompañado por un equipo nuevamente sin fisuras, brillando en mayor o menor escala con cada pieza que Roberto Santin dispuso para ingresar al rectángulo. Parque cerró una temporada superando todas las expectativas previas, siendo la grata sorpresa e ilusionando a su hinchada con salir airoso. Daniel Chaher fue el artillero con 18.
Los dos equipos llevaron su hinchada, y el estadio mostró un marco acorde a cualquier partido de Liga; con una victoria por bando, entraron a éste con la convicción que el triunfo los depositaba nuevamente en el ámbito nacional, y desde esa certeza fue el Millonario quien pegó primero, aunque luego de unos minutos donde la ineficacia mutua impidió abrir el tanteador; recién a los 2:29 Leandro Portillo (quien jugó un torneo consagratorio) puso adelante a su equipo, siendo el inicio de un parcial 8-0 que obligó a Emanuele Quintans pedir tiempo muerto, ante la tercer pérdida de sus dirigidos. En la reanudación, el Turco Chaher cortó la racha con un lanzamiento de cinco metros, pero los de Nuñez estaban decididos a despejar cualquier viento de incertidumbres que se avecinara por Caballito, por lo que sustentado con un Kevin Jerez Pilloti revulsivo, nuevamente torturando a Gastón Mastrocola con marca a presión, Portillo anotando y asistiendo, Manuel Barcelonna buscando al compañero mas libre, Sebastián Sevignani jugando con fiereza en su duelo ante Nicolás Suarez y un Hernandez que de a poco se adueñaba de los rebotes defensivos (6 en el primer cuarto), fue afianzando la ventaja, hasta tomar una máxima de 15 (19-4) restando 2:04 y en el tiempo restante manejarla hasta llegar al 19-7 de los primeros diez. GEVP sostenía su ilusión en el goleo de Chaher (otro que jugó un torneo fantástico, aunque anoche se lo vio contrariado por ciertos pasajes), y esperar lo que podían producir sus torres, Suárez y Emanuel Ravera. Justamente el Gallo cometió muy pronto su tercera personal, y eso lo condicionó a pasar gran parte del cotejo sentado en la banca.
Mientras tanto, River seguía acrecentando los guarismos (29-11, tras asistencia de Sevignani y entrada en bandeja de Barcelonna restando 6:23), merced principalmente a tomar los rebotes en su llave y asistir rápidamente al compañero que partía velozmente, convirtiendo sin oposición. Tan aceitada estaba la maquinita riverplatense, que Santín dispuso recién a la mitad de ese parcial su primer cambio: Xavier Carreras, quien juega pocos minutos, pero bien aprovechados por el sexto hombre. Anoche no tuvo esa ráfaga anotadora del miércoles, pero su trabajo de rol ayudó a que Parque siguiera sin hallar el modo de poder menguar la desventaja. Sevignani estableció los 20 de diferencia (33-13), y en el ambiente flotaba la sensación de partido liquidado. Nuevo tiempo solicitado por Quintans, pidiendo concentración y no dejarse abrumar por la evidente superioridad rival. Los 19 de ventaja con que fueron al descanso largo asomaban como letales.
En el segundo tiempo GEVP salió decidido a achicar el margen lo más próximo posible, y fue allí donde gradualmente emergió Juan Catalano como el alma de un equipo que empezó a cristalizar en el tanteador tal remontada, y a base de obligar el error contrario, no desesperarse en los lanzamientos apresurados y empujados por una hinchada que no claudicó nunca en su aliento, se puso a 12 (45-33), restando 2:57. Para ello, fue vital la sapiencia de Chaher en sacarle dos faltas consecutivas a Hernandez, obligando al pivot que jugará Liga Nacional en Ciclista Juninense ir a la banca, instante capitalizado por Parque , quien en forma sostenida fue creyendo que la hazaña era posible y luego de unas escaramuzas que obligaron a Quintans sacar a Catalano ante la advertencia de los jueces en cobrarle técnica, tomó la posta Mastrocola en el único instante donde pudo tener los espacios para convertir, incluido esa bandeja sobre la chicharra que puso a su equipo 5 abajo (48-43), y desatando el carnaval en su tribuna.
Pero River ajustó todo, cerró los grifos de penetración rival, expuso en toda su dimensión la categoría de sus jugadores, y con un triple de Jerez Pilloti dio inicio a un parcial de 16-0 (64-43) que sepultó todas las esperanzas emergidas instantes antes, trasladando la euforia a la tribuna de River (que alentó también toda la noche, y permitió el duelo de hinchadas ideal para enmarcar una final). Fue tan bueno ese pasaje millonario, con los cinco titulares y la correcta participación de los que ingresaron (Carreras, Federico Goyti y Guillermo Creso), que el contrincante solo pudo marcar sus primeras unidades restando solo 2:55 para concluir el cotejo. El entrenador de Parque entendió que todo estaba decidido y mandó a la cancha a los suplentes, como premio a sus desempeños en el transcurso de la temporada, y un reconocimiento explícíto a la superioridad rival. Y cuando Barcelonna metió esa bomba desde el perímetro derecho, estableciendo el 70-46, el éxtasis se apoderó de su hinchada, con el desahogo de que ahora sí, la victoria estaba consumada. Entre dos equipos de caballeros, cuando restaban aún 35 segundos, el base de River tomó el balón, saludó al rival mas cercano, y le entregó el balón al juez. Todo estaba terminado.
Y este River que institucionalmente desea posicionarse en sus disciplinas nuevamente donde le corresponde (la presencia de su presidente Rodolfo D'onofrio así lo certificó), desató su alegría por transformarse en el campeón indiscutido, al que todos lo señalaban como el candidato para obtener el pasaporte al Torneo Federal. La primer escala para instalarse decididamente en las competiciones nacionales a mayor escala. Tuvo en Kevin Hernadez al mejor jugador de la final, a Leandro Portillo como su líder y MVP de la competencia, dentro de un grupo jerarquizado, con integrantes de enorme experiencia y dando sobradas muestras que los augurios previos tenían bases sólidas.
Los festejos se prolongaron por largos pasajes, con los jugadores no queriendo irse nunca del rectángulo, descorchando champagne, cortando las redes, y dando la vuelta olímpica en un escenario mítico para el básquet argentino
River es el campeón. Un River que va por las viejas glorias, queriendo parecerse más a ese equipazo que llegó a la final de Liga Nacional en 1988 (de la mano de dos leyendas como Héctor Pichi Campana y Raúl Chuni Merlo), que al transitar de los últimos años. Anoche dio el primer paso. Tenía que ganar. Y ganó con solvencia y autoridad, como corresponde a un favorito.
Síntesis:
River (70): Jerez PIlloti (13), Portillo (12), Barcelonna (7), Sevignani (14), Hernandez (20) F.I. Carreras (3), Crespo (1), Goyti (0) DT: Roberto Santin
GEVP (46): Mastrocola (4), Chaher (18), Catalano (13), Ravera (2) X, Suarez (2) X F.I. Cisterna (2), Rimbaud (5), Castro (0), Funes (0), Prandi (0) DT: Emanuele Quintans
Parciales: 19-7, 38-19, 48-43, 70-46
Jueces: F. Sampietro- R. Castillo- C. Rodriguez
Cancha: Hector Etchart (1000 personas)
Video Roberto Santín
Fuente: Prensa FEBAMBA
Foto Gentileza: ligateunafoto.com
Comentarios