Peñarol derrotó a Regatas 94 a 77 y lidera la serie 2 a 1. El equipo marplatense se impuso casi con la misma autoridad que en el segundo partido en Corrientes. Los posteos de Boccia, el control del ritmo y el dominio del rebote fueron argumentos demasiado contundentes para un rival que perdió pronto el ánimo. Mañana a las 22, cuarto capítulo.
Peñarol revalidó el extraordinario triunfo conseguido el último viernes en Corrientes con otra producción contundente, que le permitió imponerse a Regatas por 94 a 77 y adelantarse 2-1 en la serie final de la Liga Nacional de Básquetbol, cuyo cuarto capítulo se disputará mañana a las 22 otra vez en el Polideportivo.
Una tremenda noche de Boccia, el control de los ritmos del cotejo y el dominio de los rebotes fueron las claves de otro gran triunfo del equipo de Fernando Rivero, que aplicó otro golpe durísimo al ánimo de un adversario que no le encuentra la vuelta a la serie. Lo único que faltó fue el estadio lleno para disfrutar otro partido ?milrayitas? de muy buen calibre.
Peñarol prolongó en el primer tiempo el carnaval de Corrientes del último viernes. Literalmente, una vez más, su ofensiva fue un violín. Pero no sacó ventajas enseguida. Regatas en los primeros minutos también le opuso un aceitado juego de pases y buenos porcentajes de lanzamientos exteriores. Y Peñarol no lograba plantar su defensa. En los primeros seis minutos, con ataques encendidos, se alternaron en el dominio del marcador.
Pero superado ese límite Peñarol logró ajustar su defensa. Primero, equilibró. Y luego pasó vigorosamente al frente. Regatas apenas pudo anotar dos puntos en los cuatro minutos finales del cuarto. Falló mucho, como en el segundo juego, desde posiciones exteriores. Y no pudo mover el balón para conseguir buenos tiros cortos.
Con dominio abismal de rebote en su canasto a partir de las garantías que Leiva brinda siempre en ese apartado (8 en la primera parte), el equipo marplatense impuso decididamente el ritmo del partido y estableció un parcial de 15-2 en los últimos cuatro minutos de ese parcial. Campazzo ganó el duelo de bases, Boccia fue imparable para cualquier defensor que le destinara Casalánguida, Leo Gutiérrez jugó e hizo jugar y hubo un ingreso muy productivo de Franco Giorgetti.
El equipo local anotó a placer y terminó el primer cuarto 28 a 18 arriba. Poco cambió en el complemento. Peñarol continuó atacando y jugando con una comodidad llamativa por tratarse de una final. Incluso, hizo daño un buen rato con mayoría de relevos en cancha. Más extraño aún, casi no cometió faltas.
Por más que Regatas intentó frenar el ritmo local con un pasaje a defensa zonal, poco pudo hacer. Un triple de Giorgetti, de muy buen primer tiempo, llevó la diferencia a una luz máxima de 46-25 a poco más de cuatro minutos para el descanso largo.
En ese punto, el equipo local aflojó. Llamativamente, con el regreso de casi todos sus resultados. Dejó de defender con la misma solidez y, en un ratito, Regatas limó diez puntos de la desventaja. Así Peñarol se llevó al descanso "apenas" trece puntos de ventaja: 50 a 37.
El equipo marplatense, en el regreso al partido, aplicó un duro golpe a las esperanzas visitantes. Salió con un triple de Fisher y dos dobles consecutivos del incontenible Boccia para retomar los veinte puntos de ventaja que había sacado en el segundo parcial.
Fue demasiado fuerte ese arranque para Regatas. Ni pudo plantar la defensa, ni le pudo sacar el control del partido por un ratito a Campazzo, ni siquiera Paolo Quinteros, su clase A, tuvo demasiadas oportunidades ante una defensa consistente de Fisher. No tuvo conducción confiable con Hopson, tampoco con Martínez. Y el resto, naturalmente, cayó por la misma pendiente.
Sin tanto gol como en el primer tiempo, con el argumento de aprovechar los posteos de Boccia ante defensores siempre más pequeños o más frágiles (marcó 11 puntos más en el parcial), Peñarol manejó ?de taquito? su abultada ventaja e ingresó al último cuarto 74 a 54 arriba.
Rivero en el último cuarto se dio el lujo de cuidar a Campazzo, Boccia y Gutiérrez durante casi seis minutos. Y Casalánguida, por su parte, ya no utilizó a Quinteros. Regatas descontó algo de la brecha con los réditos que le entregó una defensa zonal ante un Peñarol que dejó de meter la bola de tres puntos y llegó a situarse a trece puntos (86-73) cuando restaban cuatro minutos. Pero el regreso de los titulares abortó cualquier intento y Peñarol aseguró el segundo triunfo. Tan demoledor como el primero. En el juego. También en el ánimo.
Síntesis:
Peñarol (94): F.Campazzo 7, F.Fisher 5, A.Boccia 27, L.Gutiérrez 18 y M.Leiva 7 (FI); F.Giorgetti 10, A.Weigand 3, M.Ibarra 10, G.Fernández 7, I.Sosa 0 y J.Morales 0. DT: Fernando Rivero.
Regatas (77): P.Hopson 8, P.Quinteros 11, M.Gerlero 9, R.Sánchez 5 y F.Martina 19 (FI); M.Bortolín 4, N.Romano 4, J.Martínez 5, N.Brussino 12 y C.Buendia 0. DT: Nicolás Casalánguida.
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas.
Arbitros: Daniel Rodrigo-Alejandro Ramallo-Sergio Tarifeño.
Progresión: 28-18, 50-37 y 74-54.
Fuente: La Capital
Foto Gentileza: ligateunafoto.com
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