Puso el corazón, pero Atenas cayó ante Obras en el Cerutti


¿Con qué imagen quedarse? Es bien difícil ser tajante. ¿Sólo la derrota, en una noche en la que era importante ganar? Los resultados mandan, pero si el triple que buscó Diego Guaita en la penúltima bola iba adentro (boqueó y parecía que caía adentro) estaríamos hablando de otra guapeada griega.

No se puede escribir sobre supuestos, pero de vez en cuando está bueno agregarle matices al frío marcador final. En el complicado tablero en el que tiene que mover cada pieza –anoche jugó sin Lábaque, Taylor, Lescano y Zurschmitten, que se fue del club–, ¿cuánto vale la foto de un equipo que juega al límite en lo físico y que no le hace asco a nada, por más que tenga problemas de todo tipo?

Porque una cosa es el Atenas soñado, el que al comienzo de temporada pintaba para grandes cosas, y otro es éste: el que quedó, el de los parches, que pone todo y a veces ni así alcanza para evitar el 84 a 82 con el cual Obras lo venció en el Polideportivo Carlos Cerutti. Cuando uno mira a este Griego (y no al candidato, que nunca apareció), debe reconocer que tiene cierta impronta: todos los que están sienten que tienen algo para aportar, aun cuando pase como anoche, que el aro de enfrente parece chiquito (26/68 en tiros de campo).

El Atenas de “la Pepa” Arrigoni puede tener lagunas, vaivenes y tropiezos, pero parece convencido de que, en un contexto hiperdesfavorable, no hay imposibles.

¿Alguien podría contradecirlo? El tema, claro, es asumir dónde se está. Lejos de los primeros puestos, haciendo lo que se puede. De rachas y otras yerbas Aun cuando había revertido un arranque fulero (0-7) con un parcial de 10-0 que lo puso al frente, el Verde remó en dulce de leche en buena parte de la primera mitad: no encontraba claridad ofensiva contra la marcación zonal y perdía varios rebotes defensivos.

Llegó a estar cinco abajo (21-26) y apareció Fierro como guía ofensivo. Después, cuando el Griego dejó de ser un lío en el traslado y se acomodó un poco, metió una ráfaga de 11-0 y se fue al descanso largo con ventaja de 39-31.

El riotercerense Juan Fernández se transformó en el motor de Obras en la segunda mitad: explotó cualidades en los dos costados y se asoció con Basualdo y con Zanzottera (un atrevido, que aportó desparpajo y variantes), para que la visita le pagara a Atenas con la misma moneda: 11-0, con un triple de Jasen sobre la bocina, y tablero 60-53 para los porteños al cerrarse el tercer cuarto.

Un doble de zurda de Covile y un 2+1 de Elsener levantaron al público, y un robo de Brussino que corrió a 10 mil por hora pusieron a Atenas 75-73. Herrmann y Elsener mantuvieron la delantera desde la línea de libres hasta el 80-79 aunque McGowan, con un triple a 1m01s (¡el mismo verdugo del juego de ida!) trastocó todo.

Brussino igualó en 82 y Fierro robó una bola que llegó a las manos de Guaita: el triple no quiso entrar y en la contra Obras “primereó” con un doble de Basualdo. El fallido libre posterior cayó en manos de Atenas pero Brussino, que buscó la heroica desde lejos, no dio en el blanco.

Síntesis:

Atenas (82): Juan Brussino 7, Alexis Elsener 21, Walter Herrmann 27, Diego Guaita 8, Ryvon Covile 4 (FI); Mariano Fierro 15, Gregorio Espíndola 0, Agustín Más Delfino 0. DT: Marcelo Arrigoni.

Obras (84): Alejandro Konsztadt 0, Juan Manuel Fernández 15, Cedric McGowan 13, Tyler Field 9, Iván Basualdo 14 (FI); Cristian Scaramuzzino 3, Juan Jasen 11, Tomás Zanzottera 19, Pedro Barral 0 DT: Silvio Santander.

Progresión: Atenas 16-17; 39-31; 54-60 y 82-84.
Árbitros: Pablo Estévez y Fabio Alaniz.
Cancha: Polideportivo Carlos Cerutti.

Fuente: Mundo D

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