No hay peor cosa que mojarle la oreja


Peñarol reaccionó para vencer a Juventud Sionista. Los entrerrianos, con mucha paciencia, llegaron a pasar al frente por cuatro en el cuarto final. Pero los de Rivero olieron el peligro y se pusieron muy fuertes en el final para imponerse 86-80.

Peñarol tuvo que sacar a relucir su estirpe. La de equipo curtido en mil batallas. Anoche su juego tuvo muchos altibajos. Pero, cuando peor estaba, sus jugadores clave se hicieron cargo y encarrilaron un partido que Juventud Sionista había puesto difícil. Así, por la décima fecha de la segunda fase de la Liga Nacional de Básquetbol, se impuso 86-80.

Peñarol sacó leves ventajas en un primer cuarto de ofensivas fluidas y defensas no demasiado confiables. El equipo marplatense lastimó repetidamente en la pintura recargando el juego con Martín Leiva. Y Sionista se le resistió con el tiro a distancia de Ruiz y frecuentes habilitaciones a Alejandro Zilli.

Pero la preocupación que generó el pivote de Peñarol pesó más. La defensa paranaense se cerró sobre él y apareció en escena Leonardo Gutiérrez. El capitán en la última porción del cuarto asestó cuatro mazazos de tres puntos y el equipo marplatense se fue al descanso 29-23 arriba.

Con un triple de Johnson muy generoso para pasar el balón, Peñarol en el arranque del segundo parcial estableció una máxima diferencia de 32-23. Sin embargo, el estadounidense sufrió un choque y salió con un fuerte dolor en el brazo derecho. Rivero, además, resolvió darle descanso a Campazzo, Gutiérrez y Leiva.

Más allá de que Isaac Sosa entró fino con el aro y anotó diez puntos en el parcial, la ofensiva peñarolense sufrió un bajón.

Sionista lo aprovechó, pese al rápido regreso al partido de los titulares "milrayitas". Entre las bombas de Ruiz y la buena ejecución del pick and roll para que defina Míkulas, el conjunto de Svetliza logró cerrar apenas 42-43 abajo antes del entretiempo.

Una defensa más consistente le permitió a Peñarol encarrilar lo que se había salido de cauce. A partir de generar errores y de dominar el rebote, comenzó a sacar el contraataque. La sociedad entre Campazzo y Boccia en ese lapso funcionó a las mil maravillas y el equipo local sacó una máxima renta de 63-53 a falta de dos minutos.

Sionista, no obstante, con paciencia y prolijidad nunca se fue del partido. No perdió el eje. Continuó alimentando a sus internos y así no sólo emparejó. A falta de ocho minutos para el final del partido, el conjunto entrerriano pasó al frente 68-64 y encendió todas las luces de alarma.

Peñarol, sin embargo, suele reaccionar cuando huele el peligro. Y en el cierre los que siempre tiran del carro hicieron lo que debían. Campazzo asistir y defender, Leiva clausurar la pintura y Gutiérrez anotar los tiros clave. Con ellos tres en foco, más un correcto acompañamiento de Boccia, no hay situación demasiado problemática. A falta de un minuto y fracción, ya ganaba 82-74 y, pese a algún sobresalto, logró cerrar un éxito trabajoso.

Síntesis:

Peñarol (86): F.Campazzo 12, K.Johnson 9, A.Boccia 13, L.Gutiérrez 26 y M.Leiva 16 (FI); G.Fernández 0, F,Giorgetti 0, I.Sosa 10, A.Weigand 0 y S.Giorgetti 0. DT: Fernando Rivero.

Juventud Sionista (80): J.Sandrini 5, E.Ruiz 17, J.Pittman 6, D.Hure 9 y A.Zilli 15 (FI); N.Aguirre 6, M.Byró 2, L.Pérez 2, G.Mikulas 16 y L.Goldemberg 2. DT: Sebastián Svetliza.

Estadio: Polideportivo "Islas Malvinas".
Arbitros: Fernando Sampietro-Silvio Guzmán.
Progresión: 29-23, 43-42 y 64-59.

Fuente: La Capital

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