Peñarol campeón del Súper 8 de Mendoza. El equipo marplatense se impuso 82 a 76 a Quimsa de Santiago del Estero en el partido final con otra buena tarea colectiva. Así ganó este certamen por cuarta vez en la historia.
No podía terminar el año sin un título. Peñarol alzó una copa una vez más cuando el 2013 se moría para respetar una costumbre que inauguró allá por el 2008. La de cortar alguna red, al menos, una vez por año calendario. El equipo marplatense, que dominó el partido desde el arranque mismo, se impuso con total justicia por 82-76 a Quimsa de Santiago del Estero en la final del Súper 8 de básquetbol disputado en la ciudad de San Martín.
Con las armas de los últimos tiempos. Con la marcha adicional de Campazzo y el pase extra para liberar a los tiradores. Con las salidas raudas del base y las profundizaciones para Boccia y Leiva. Con una defensa, en líneas generales, confiable y muy poderosa cerca del canasto.
Así Peñarol dominó la final en los primeros veinte minutos sobre un rival que resistió a partir de una muy buena noche con el aro del base Treise y de la confiabilidad global de su media y larga distancia. Y de las soluciones que dio Sandes viniendo desde el banco.
El equipo marplatense ingresó muy sólido al partido e impuso condiciones desde el vamos. Con un par de corridas y sendas bombas de Gutiérrez y Johnson ya se imponía 12-4 en un poco más de tres minutos de partido. Enseguida la luz trepó a una máxima de 17-6 y a varios se les cruzó por la cabeza el primer tiempo de la semifinal ante Regatas.
Pero no fue lo mismo. Promediando el cuarto, cometió tres faltas en ataque consecutivas y detuvo su impulso arrollador. Quimsa aprovechó para ponerse en juego con su tiro abierto y con Treise encendido logró igualar en 20 antes del descanso corto.
Enseguida los dirigidos por Fernando Rivero reacomodaron la estantería. Plantaron otra vez la defensa, provocaron pérdidas varias y explotaron el contraataque. Un triple de Weigand coronó un parcial de 9-1 que les devolvió el control del partido.
Quimsa, siempre apoyado en su media distancia, impidió el quiebre. Pero Peñarol, sólido, lo tuvo a raya. Y le sacó punta al lápiz en el cierre, con dos triples de Sosa, para llevarse al descanso una ventaja de 47-39.
El quiebre de la historia, casi decisivo, llegó en los tres minutos finales del tercer cuarto. Hasta ahí los santiagueños, con los argumentos de la primera parte, más un poco más de Darren Phillip, se las ingeniaron para impedir la escapada.
Pero, a partir de un triple de Martín Leiva, de gran partido, Peñarol inauguró un parcial demoledor. En tres minutos lo hizo casi todo bien (triples, cortes y contraataques) y la ventaja pasó de 55-48 a 65-50 en la penúltima acción del parcial, que finalizó con luz de trece puntos: 65-52.
Fue demasiado para Quimsa. Para cuidar a los jugadores cargados por faltas personales Fernando Rivero apeló a la rotación en el arranque de la recta final. Peñarol no anotó durante casi cuatro minutos. Pero defendió tan fuerte que los santiagueños apenas si arrimaron a nueve puntos.
Cuando el DT dispuso el regreso de todos los iniciales, el equipo marplatense recuperó el total control de la situación. Jugó a cuidar la ventaja y así llegó a un final con pocas angustias, más allá de que Quimsa, a falta de veinte segundos, llegó a cinco de distancia. Pero dos libres de Kejuan Johnson (uno de los cinco jugadores de Peñarol que finalizaron con trece o más puntos) cuando restaban diez segundos sellaron la suerte del torneo.
Síntesis:
Peñarol (82): Facundo Campazzo 15, Kejuan Johnson 13, Adrián Boccia 14, Leo Gutiérrez 14 y Martín Leiva 15 (FI) Gabriel Fernández 2, Axel Weigand 3, Matías Ibarra 0, Isaac Sosa 6. DT Fernando Rivero
Quimsa (76): Jonatan Treise 16, Jimmy Baxter 6, Sebastián Vega 6, Damian Tintorelli 4 y Darren Phillip 16 (FI) Matías Sandes 17, Fernando Funes 8, Cristian Schoppler 3 y Gabriel Deck 0. DT Fabio Demti
Parciales: 20-20, 47-39, 65-52
Árbitros: Pablo Estevez, Alejandro Chitti, Fernando Sampietro,
Estadio: Gustavo “Torito” Rodríguez
Fuente: La Capital
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