Epico, increíble, memorable. La gente se iba anoche de la cancha atónita de felicidad y agotando su diccionario de calificativos para lo que recién había visto en una noche que se recordará por mucho tiempo. Quilmes le dio anoche una lección de humildad, de vergüenza deportiva y de entrega a Boca Juniors, al que derrotó por 70 a 68, en tiempo suplementario, tras igualar en 61.
Por la sexta fecha de la Zona Sur de la Liga Nacional "A" de Básquetbol, el "tricolor", al margen de la dificultad que oponía el rival, la tuvo que afrontar por duplicado, ya que llegó al suplementario sin sus dos únicos internos disponibles, Mario Ghersetti y
Tayavek Gallizi, ambos excluidos por llegar al límite de faltas.
Después de un rápido triple de John De Groat para abrir la cuenta del juego, la defensa
de Quilmes maniató por completo a Boca. Entre el choque emocional de Selem Safar, de flojo inicio hostigado en forma permanente por el público que no le perdona haber cambiado de vereda, y las imprecisiones de sus compañeros, Quilmes estampó un parcial de 11-0 y se adelantó 11-3. Pero la ventaja pudo y debió haber sido mayor, porque el "xeneize" cometió nada menos que 9 pérdidas en el primer cuarto.
Pero el local no consiguió establecer una diferencia mayor porque tomó algunas malas decisiones, sobre todo por el lado de Walter Baxley -de mal primer tiempo-. Además, vale recordarlo, el rival también juega, y Boca hizo lo suyo. Con otros intérpretes en cancha.
Que supieron ver desde afuera cómo había que ejecutar en cancha. Ofrecieron buenas soluciones desde el banco Patricio Prato, Marcos Delía y Lucas Faggiano y en la misma proporción en que Quilmes se quedó sin gol, creció la puntería exterior de visitante. Y con esa mínima expresión de precisión, le alcanzó para llevarse el triunfo parcial a los vestuarios.
Cuando Boca tenía maniatado a Quilmes en el tercer segmento, los de Leandro Ramella fueron inteligentes para capitalizar las visitas a la línea de libres. En un contexto de ofensiva enredada, gran receta resultan los libres. El "tricolor" acertó 12 de 13 en ese tercer cuarto y lo cerró con una buena defensa y un triplazo de Maximiliano Maciel (gran figura).
Pero en el último, Boca lo secó definitivamente. En 6 minutos, el local había anotado
sólo tres puntos. Hasta que llegó la polémica con la falta técnica a Safar, supuestamente por simular un foul ofensivo de Federico Marín. El alero quilmeño fue a la línea y acertó sólo uno (58-60), pero tras la reposición, el "ausente" Baxley hizo la jugada de la noche con un triple de 8 metros que hizo explotar Once Unidos. Todavía había tiempo para más, porque Robert Battle tuvo dos libres para ganar y sólo embocó uno, y el suplementario fue inevitable.
Allí, entre la proeza y la hazaña, Quilmes le dio forma a un triunfo espectacular. Jamás se entregó. Con Maciel y Facundo Piñero como internos frente a todos los grandes de Boca. Lo de Quilmes fue conmovedor, pero lo de Boca, burdo. Porque tiró desde afuera cuando lo aconsejable era otra cosa. Un doble de Maciel parecía ponerle el moño a la victoria, el suspenso se prolongó aún más. Piñero le dio foul y jugada de tres puntos a Battle (70-68), pero después Lucas Ortiz erró dos libres y le quedó la última bola a Boca. El propio base se redimió con el robo del final, posteado frente a Battle y el festejo se extendió con visos de interminable en Parque Luro.
Síntesis:
Quilmes (70): Fabián Sahdi 7, Walter Baxley 13, Federico Marín 14 (x), Mario Ghersetti 6 (x), Maximiliano Maciel 20 (fi) Facundo Piñero 6, Lucas Ortiz 2, Tayavek Gallizi 2. Dt: Leandro Ramella.
Boca (68): Luis Cequeira 4, Selem Safar 11, Federico Aguerre 0, John DeGroat 15, Robert Battle 16 (fi) Patricio Prato 7, Marcos Delía 4, Lucas Faggiano 7 (x), Alejandro Diez 4. Dt: Carlos Duró
Progresión: Quilmes 17-11, 29-33, 52-45, 61-61 y 70-68
Arbitros: Chiti-Mendoza
Gimnasio: Once Unidos (Mar del Plata).
Fuente: La Capital
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