Gimnasia Indalo continúa firme con su pretemporada


Con el comodorense Martín Villagrán –ayudante de campo- y el preparador físico Claudio Alvarez, Gimnasia Indalo cerró su primera semana de entrenamiento en doble turno, a la espera de la llegada del norteamericano Byron Johnson y la expectativa de completar el equipo con otro foráneo en lugar de Diego Romero.

En las próximas horas, el plantel chubutense, que debutará el 11 de octubre en la Liga Nacional de Básquetbol, volverá al trabajo pensando en llegar de la mejor manera a la hora de la competencia oficial.

En trabajos, la dupla técnica programó sesiones de fuerza en +more, mientras que el estadio municipal de km 3 sirvió como escenario para el acondicionamiento de los jugadores, donde Nicolás De los Santos –ex Argentino Junín- y Leo Schattmann –Lanús- marchan con un plus a favor dado que provienen de planteles que jugaron instancias definitorias en la temporada anterior.

En conferencia de prensa, lo que caracterizó la presentación fue la impuntualidad de los medios de prensa y el buen humor de quienes serán protagonistas de la 25ª temporada del club.

Desde la dirigencia se hizo votos para mantener la apertura social de la institución con la comunidad. Mientras que a la hora de las declaraciones de los jugadores, Diego Cavaco no dio nada por sentado -a pesar de que no habrá descensos- y contrarrestó la juventud del plantel con las ambiciones que tienen de ser protagonistas.

Mesurado, el base Nicolás De los Santos recalcó la satisfacción de retornar a la institución donde debutó en la máxima competencia nacional, y en diálogo posterior con Diario Patagónico, se hizo cargo de lo que su vuelta representa para el público, y que en ese sentido asume la responsabilidad de las expectativas que hay sobre su persona.
Ubicados detrás del base, los jóvenes Leandro Valicenti y Gonzalo Alvarez son candidatos a seguir los pasos del bahiense. Mientras que tal vez la clave de un buen comienzo de competencia surja del análisis de Leonardo Schattmann, quien ratificó que en la medida que todos se ensamblen tras una filosofía de juego, el equipo podrá tener peso en la temporada que inicia, donde una vez que comience a picar el balón, las ilusiones empezarán a tomar forma.

Fuente: El Patagónico

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