Oscar Sánchez "Los cambios no sirven para nada, es evidente que esto nivela para abajo”


A Oscar Sánchez no le gusta nada el nuevo formato de la Liga Nacional de Básquet, que por decisión de la mayoría de los dirigentes de los clubes no tendrá descensos por las próximas dos temporadas. La medida, implementada en virtud de un supuesto cambio de rumbo para la competencia, no fue bien recibida por el “Huevo”, entrenador histórico del básquet argentino.

En un extenso y jugoso diálogo con El Atlántico, el bahiense se mostró en total desacuerdo con las reformas impulsadas: “No sirven para nada, es evidente que esto nivela para abajo”, señaló el ex entrenador de Quilmes, además de remarcar profundas falencias en la formación de jugadores. “No hay entrenadores que tengan la posibilidad de trabajar con cada división dos horas y media por día. Entrenan lunes, miércoles y viernes. Y eso no es nada, no alcanza para desarrollar la técnica”, sentenció.

-¿Creés que van a servir para algo las nuevas medidas que se tomaron en torno a la Liga Nacional?

-No, no sirven para nada. Es evidente que esto nivela para abajo, que se “achancha” la Liga. Hay muchos que ya tiraron el ancla, están empastados porque no les interesa. Hay cuatro equipos que van a buscar ser campeón y los demás dicen: “Y… tenemos esto, como no hay presión y no hay descenso, que dirija el muchacho del club, que juegue el del club, y si no juega este jugará el otro”. No está esa presión y esa locura de antes. Se niveló para abajo y es peligroso lo que puede pasar en estos dos años.

-¿No creés que, sin la presión por no descender, los clubes puede destinar mayor atención a otras cuestiones, como la infraestructura?

-No, para nada. Que yo sepa nadie pone para un techo o para un vestuario. Sino, lo hubieran puesto antes. Encima, lamentablemente, no creamos buenos espectáculos y no creamos, dentro del espectáculo, algo para que la gente se entretenga, como sí sucede en la NBA. Es muy pobre lo nuestro.

-¿Todo pasa por una responsabilidad dirigencial?

-Son los dirigentes los que hicieron esto. Esto que pasó fue una muestra de poder, para decir: “Nosotros somos los dueños de la Liga y mal o bien vamos a tomar una decisión”. Eso es lo que siento yo. Yo no siento que fue una medida para voltear a (Eduardo) Bazzi (NdeR: presidente de la Asociación de Clubes). Es una medida para demostrar poder.

-¿Por qué no arreglaste con Libertad para empezar esta temporada?

-Porque no llegué a un acuerdo económico. No era mal dinero, pero estoy cansado de empezar un proyecto. O sea, estoy cansado de ser “bombero” y salvarlo del descenso o enseñar a chicos. Para enseñar a chicos tengo mis campus. Algún día quiero dirigir para jugar para campeón. Yo podía mermar en lo económico para Libertad, pero si Libertad me ponía a Mata, Laprovíttola y Battle. Es decir, un equipo para ser campeón. Yo respeto a todos los entrenadores y también a los que salen campeones, pero a veces los que salen campeones empiezan con el gobierno, que tiene la plata. Después pasan por (Leonardo) Gutiérrez o por (Paolo) Quinteros. Está comprobado esto. Los jugadores son determinantes. Y los que salen campeones, son los mejores.

-Alguna vez se iba interrumpir la seguidilla de títulos, pero ¿qué reflexión hacés de la situación de Peñarol?

-Peñarol, por una cuestión biológica de su jugador líder (Leonardo Gutiérrez), empezó a decaer su nivel. Hace tiempo que Peñarol bajó su nivel, no era una máquina de jugar o de ganar. Cuando parecía que en el inicio de la temporada pasada iba a arrasar, fue cuando más tambaleó. Es por una cuestión biológica, porque Gutiérrez es más marcable, porque lo conocen, porque pasan los años como también le pasa a Emanuel (Ginóbili). Les pasa a todos, son muy buenos pero van cayendo físicamente. Empezás a sentir los partidos, que todo el tiempo haya un tipo encima tuyo, en línea de pase… te jode y te hincha los huevos. Pero Peñarol ahora fichó bien devuelta. Fichó a Boccia, que es un muy buen jugador.

-También es cierto que Peñarol es uno de los equipos más estudiados por los rivales en los últimos años.

-Sí, es cierto. De todos modos, Peñarol tiene una línea y además, cuando parece que se cae, nunca se cae. Siempre está.

-No te gustó el nivel de la final de la última Liga.

-La final fue una vergüenza. La verdad que fue pobrísima, fue de las peores finales que recuerdo. En una Liga en la que hay una paridad absoluta, en la que el “1” le puede ganar al “10” y el “10” le puede ganar al “1”, no podés salir 4 a 0. Tenés que morir de pie, fue una vergüenza. Espantoso. Ni gente fue a la cancha.

-De todos modos, el nivel de juego de toda la Liga no te convenció.

-No, para nada. Me pareció Regatas Corrientes un justo ganador, porque tenía un perímetro que no lo tenía nadie en el país: el paraguayo (Javier Martínez), Quinteros y Washam. Eran tan buenos que Washam pasaba desapercibido. También tenían buenos suplentes, así que muy bien.

-¿Por qué creés que no se juega bien?

-Porque no hay continuidad de los mismos jugadores y de un buen juego. Los entrenadores tienen que tener los mismos jugadores durante años para tener química. No podés cambiar de jugadores todos los días. Vos fijate que Regatas ya tiene una continuidad y Peñarol también la tuvo. El resto no la tuvo. Además se tienen que dar dos cosas: la continuidad y que sean buenos, o que estén creciendo. No sirve la continuidad con malos o de nivel medio. También hay dificultades en la formación de juveniles, porque no hay entrenadores que tengan la posibilidad de trabajar con cada división dos horas y media por día. Entrenan lunes, miércoles y viernes. Y eso no es nada, no alcanza para desarrollar la técnica.

-Hasta la última temporada, la Liga no te perdonaba un mal armado de plantel. A partir de ahora eso cambia…

-Sí, la desmotivación es total. Primero, porque van a estar dos años para sanear la Liga, sin querer gastar y pagando lo que pueden. Y lo segundo es que la Liga empieza en octubre. Hay equipos que van a estar cinco meses sin jugar al básquet. ¡Te saca motivación de todo eso! Después jugás en enero, ocho veces por día en verano… como siempre.

“Hay que arriesgar un poco más”

-Hay equipos a los que le cuesta afrontar la Liga desde lo económico y las últimas medidas le dan un respiro. En Mar del Plata le pasa a Quilmes…

-Yo creo que hay cuatro equipos que tienen un as en la manga, que tienen un tercer americano garantizado, que es la gente. Son Estudiantes de Bahía Blanca, Peñarol, Quilmes y Regatas. Los demás, en cuanto a afluencia de público, no existen. Evidentemente, hay equipos que los sustenta la gente, pero no alcanza porque el básquetbol no se puede vender. Lo más admirable, en ese sentido, es Peñarol. Porque yo no creo creo que la provincia de Buenos Aires en este momento los banque. Y ellos igual generan para mantener la base e incorporar a Boccia. O sea, la plata está. Hay que vender y arriesgar un poco más. A veces la gente, después de tantos años, merece jugar para arriba y no vivir sufriendo.

-Pero para eso se necesita un grupo numeroso de dirigentes y con cierta especialización.

-¡Pero claro! Se acabó eso de “sos dirigente si tenés tiempo”. Sos dirigente si sos idóneo.

-Ante la dificultad de contratar extranjeros, no aparecen demasiadas opciones para incorporar pivotes.

-Pero hay que volver a las fuentes. ¿Por qué hay que apuntar a americanos de 20.000 dólares? Vos tenés que apuntar a americanos de 6.000 dólares, universitarios recién salidos y que tomen experiencia. Que sean pivotes naturales y listo. Ahora queremos que haya salido ayer de la NBA. ¿Y va a venir acá con los vestuarios que se caen a pedazos y a canchas que van 10 personas?

-Y si tenés que dirigir ahora a un equipo de presupuesto limitado, ¿A qué posiciones apuntarías para incorporar jugadores?

-Los puestos clave siguen siendo el base y el pivote. Yo hubiese comprado a (Marcos) D’Elía lo antes posible. No hay “5” y ahora hay escasez de dólares. En esta Liga, históricamente, a muchos dirigentes los toman de pelotudos y el “2” cuesta igual que el “5”. En el mundo no es así, yo no veo que en la peatonal caminen todos tipos de 2,14 metros. Acá están tan asustados y son tan mediocres, que piensan que el básquet se termina con (David) Jackson o con (Kyle) Lamonte. ¿Sabés los americanos que hay? Lo que pasa es que los dirigentes tienen que gastar un poco más de pasaporte y no estar todo el día cafeteando. Hay que salir, ir a campamentos en Salt Lake City, en Chicago, en Nueva York, relacionarse y ver jugadores.

“El mayor problema fue el stress”

Mientras su equipo, Libertad de Sunchales, jugaba los playoffs ante Quimsa, “Huevo” Sánchez fue internado en marzo luego de que los médicos le encontraran divertículos tras un fuerte dolor abdominal. “No fui un héroe, pero salí del sanatorio con divertículos y los médicos decían: ‘Este está loco, como va a salir a dirigir así’. Y les dije: ‘Yo dirijo’. Fui un ignorante, pero fui y dirigí. Después me agarró la recaída… pero si vos marcás tarjeta y decís que esto es un juego, que se gana y se pierde, está bien. De esa manera, dirijo hasta el tránsito”, recordó.

-¿Te viste complicado en ese momento?

-Sí, me vi complicado porque se junto el stress con la alimentación. Los entrenadores, cuando estamos estresados, tenemos grandes problemas con la alimentación. Comemos mucho por la ansiedad. Pero el mayor problema fue el stress. Y el stress se produce por la responsabilidad. Porque yo dirijo a Boca en la malaria, a Libertad en la malaria… cuando llego me dicen que hay miedo por el descenso. Y vos pensás: “Puedo mandar a Boca o a Libertad al descenso”.

“No es lo mismo ser asistente que técnico”

En la próxima Liga Nacional, el entrenador de Peñarol será Fernando Rivero, que pegará el salto tras ser asistente desde 2005 en el club. A propósito, Oscar Sánchez se refirió a la situación del “Tulo”, comparó su desafío con el de Sebastián Ginóbili y planteó la diferencia entre iniciarse como entrenador en la “A” y arrancar desde más abajo.

-¿Crees que la estructura aceitada de Peñarol va a ser una contención para Fernando Rivero?

-Lo que lo va a sostener es el éxito, nada más. Es lo que le dije a “Sepo” (Ginóbili) cuando me llamó para ver qué opinaba. Cuando sos debutante, no es lo mismo venir de asistente que venir como entrenador de TNA. No es lo mismo ser asistente que técnico. El técnico tiene que tomar decisiones en el vestuario y eso no está en ningún libro. Mientras que los asistentes son todos buenos, comprenden, salen a tomar café con los jugadores que están calientes porque no los ponen… pero cuando vos tenés que poner los huevos en las decisiones es cuando tenés que demostrar. Por eso yo prefiero que los técnicos sean entrenadores en jefe del TNA y después vayan a la “A”. Pero los que vienen de ayudantes van a depender del éxito: el “Tulo”, mientras gane, no va a haber problema. Y si pierde, van a decir: “Y viste, el Oveja es el Oveja”.

Sobre “Manu”: “Un año más y listo”

Luego de la final de la NBA, “Huevo” Sánchez analizó el nivel de Emanuel Ginóbili, a quien no vio en su mejor versión: “Yo creo que él sabe bien que el problema son sus piernas. Hay que ver qué pasó con esas piernas, si están lesionadas o si sienten el peso de los 37 años”, explicó y agregó: “Yo creo que un jugador con esa condición atlética debería jugar un año más y listo. En su lugar, no juego dos años más ni loco. Emanuel no se perdona fallar y lamentablemente está fallando. Estas finales las jugó a un 35 por ciento para mí. Por más que sea amigo, tengo que ser objetivo. No lo veo a Emanuel jugando a los 39 años. No me gustaría verlo. Creo que hay que morir de pie y que quede esa imagen”.

Fuente: Diario El Atlántico

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