El ex entrenador de Peñarol, Sergio Santos Hernández, confirmó que está muy cerca de ir a dirigir al básquet brasileño, descartando de esa forma la chance de recalar en Atenas de Córdoba. Además, en una charla imperdible con los colegas de Sport Music que se emite en Fisherton CNN 89.5, el Oveja habló sobre el seleccionado nacional, los posibles cambios en la Liga y reveló cuál fue la clave para el éxito del Milrayitas.
No hace falta realizar una abundante descripción de quién es Sergio Santos Hernández. Sus seis Ligas Nacionales, su exitoso paso por los seleccionados nacionales, en donde dirigió en Juegos Olímpicos y mundiales, y su reciente pasó por Peñarol de Mar del Plata en donde obtuvo un tricampeonato (hecho inédito para el básquet argentino), lo catalogan como el entrenador más exitoso del básquet nacional. No lo dudés, tomate un rato y leé esta nota imperdible, en donde habla de todo y deja conceptos muy claros.
-Sergio, cuando hablamos más temprano para cerrar la nota nos dijiste que estabas viajando. ¿Volvías de Córdoba?
-No, me queda muy lejos Córdoba (risas). Fui a visitar a mis hermanos en Bahía Blanca y pasé a visitar a amigos en Olavarría, ya que la Liga no te permite tiempo para eso. Prácticamente te consume.
-En estos días se habló que recibiste propuestas de Atenas de Córdoba y de Brasilia. ¿Ya hay alguna que descartás?
-Les digo lo mismo que le dije a la gente de Atenas. Para mí es un orgullo enorme que piensen en mi, sigo opinando lo mismo de siempre: Atenas es el equipo número uno de la Liga Nacional. Pero lo expliqué bien a su presidente (Felipe Lábaque), que cuando dejé de ser el entrenador de Peñarol, tomé la decisión de no dirigir en la Liga Argentina en esta temporada entrante. Ya saben cómo es Lábaque, es muy difícil que se dé por vencido. Ya es una decisión tomada.
-¿Y con respecto a la posibilidad de dirigir en Brasil?
-Lo de Brasilia (Uniceub) está muy fuerte. Es un club que está mandando en los últimos años en la liga brasileña. Si bien este año quedaron eliminados muy rápidamente, eran bicampeones de la Liga y son una organización muy poderosa. Es una linda posibilidad. La verdad nunca había contemplado dirigir en otro país de Sudamérica que no sea Argentina, pero hoy quiero salir un poco de acá y hacer una experiencia afuera. Y cómo nunca se dio lo que yo pretendía en Europa, me parece, que en este caso, Brasil sería una buena opción.
-¿Te gustaría poder llevar a alguno de los jugadores que tuviste en Peñarol?
-La verdad es que no voy a sacarle ningún jugador a Peñarol. No me parecería elegante, salvo que algún jugador quede libre y ahí pueda interceder. Mientras Peñarol tenga la ilusión de mantener a los jugadores en su plantilla, no voy a interceder. No me parece ético, más allá de que esto sea profesional. No es un momento para que yo ponga a un futuro equipo mio en una negociación por un jugador que paralelamente está negociando con Peñarol. Sería algo desleal. Ojalá, en el caso hipotético de que fuera en Brasil, pudiera llevar a algún argentino, ya que me parece que son diferentes y que aportan mucho para el grupo. Pero no, por lo menos, de los que han jugado en Peñarol hasta esta liga. Se estuvo hablando de que yo me llevaría a Marcos Mata, pero es algo que niego rotundamente.
-Metiéndonos un poco en lo que fue tu ciclo en Peñarol, ¿cuál fue la receta del éxito para mantener esa intensidad de juego y poder lograr tres Ligas Nacionales?
-Primero hay que encontrar un club como Peñarol que tiene claro lo que quiere: siempre pelear para ser campeón y para eso elige un técnico de su paladar y después le da la posibilidad al mismo de poder armar de cero el plantel. No es tan difícil impregnarle a los jugadores esa mentilidad ganadora. Yo llevaba casi 20 años en la Liga cuando llegué a Peñarol y sabía que jugadores mentalmente poderosos tenía que traer, que son los que después hacen la diferencia. Son aquellos que se potencian incluso en la victoria. Es falso eso de que el deportista que no ganó nada tiene más hambre del que consiguió todo. Aquel que tuvo la gloria de ganar un campeonato, no la quiere abandonar más. No se conforma con otra cosa. Estoy seguro que con la mentalidad que tiene Peñarol, el año que viene va a volver a pelear por el título. Me parece que el gran secreto es la elección del lugar en donde vas a trabajar y el personal que te rodea, en ese caso los jugadores. Después también se tiene que armar esa simbiosis público/equipo. Fue muy fuerte lo que generamos en la gente.
-Al analizar al básquet argentino vemos que cada vez hay menos jugadores en Europa. ¿Eso puede influir en los posteriores seleccionados nacionales?
-La Generación Dorada se creó de tres maneras: indudablemente, hay madera (en donde existieron muchísimos jugadores con mucho talento); segundo el nacimiento de la LNB, que hizo potenciar al básquet argentino, en donde los mejores juegan contra los mejores. Y tercero, el éxodo. En algún momento insultamos esa exportación de basquetbolístas, porque teníamos muchos chicos jugando en el exterior. Pero eso hizo que los jugadores tuvieran su posgrado en los mejores equipos de Europa, lo que le permitió enfrentarse con los más talentosos y a muchos de ellos abrirle la puerta para ir a jugar a la NBA. Hoy en día nos está faltando ese paso. Pero no por falta de buenos talentos, sino porque cambiaron algunas reglas en Europa y además el tema de la crisis influye mucho porque están tratando de reducir gastos. Va a haber que reemplazarlo, dándole roce internacional a nuestros jugadores a través de la selección y potenciando la Liga. Me parece que vamos a tener 2 o 3 años más para poder volver a lograr ese éxodo.
-¿Hay chances de que puedas trabajar, como ya lo hiciste, en el cuerpo técnico de Julio Lamas para la Copa Stankovic y el Premundial?
-En este proceso van a ir Gonzalo García y Nicolás Casalánguida. En realidad el año pasado fui porque Julio me lo pidió. Y si me piden de la Selección Argentina, yo voy a estar. A mí me habían llamado por la experiencia en los Juegos Olímpicos y los mundiales. Pero ahora este cuerpo técnico está preparado, ya que tiene bien conocido al nivel americano.
-Acabás de afirmar que cada vez que te llamen de la Selección Nacional vas a estar. ¿Cuál es tu opinión sobre aquellos jugadores que fueron citados y que han dicho que no, o que están en duda?
-El jugador tiene una contra en relación a los entrenadores, que es el físico. Su herramienta de trabajo es el cuerpo. Es lógico, que después de 10 años de trayectoria, los jugadores elijan que torneo van a disputar. Porque las ligas son cada vez más exigentes y las terminan con lesiones, desgaste físico y mental. No es como el fútbol en donde tenés primero Eliminatorias y después mundial cada 4 años. Acá hay competencia siempre en la misma fecha, en el invierno nuestro, que es el único momento que el jugador tiene para descansar.
-Antes dijiste que la Liga Nacional es la mejor del continente, por detrás de Estados Unidos. ¿Cómo ves estos posibles cambios que se están barajando, cómo la suspensión de los descensos por dos años o poner un tope presupuestario a los salarios?
-No hay que tocar nada que tenga que ver con la estructura deportiva, o sean los descensos. Porque eso es lo mejor que tenemos y lo que hace que nos halaguen de todos los países. Lo que hay que buscar es otra vuelta. Tampoco me parece que vaya a tener éxito bajar los presupuestos. Los dirigentes en las reuniones que se realizan toman la lanza, discuten, afirman que no se pueden pagar esos sueldos y cuando salen de las mismas agarran el teléfono y dicen: “quiero a ese jugador”. Y saben que el mismo vale tanto. Yo estoy en la Liga desde el año 90, esas historias las he vivido miles de veces. En lugar de achicar los presupuestos tienen que buscar la forma de generar recursos. La LNB es un producto fantástico, pero mal vendido y mal presentado. Se podría comercializar mucho más. Ese es el punto en cual deberían charlar más los dirigentes. Porque lo otro está más relacionado con intereses personales. Muchos piensan: “como no voy a poder armar un equipo competitivo, no quiero descensos. O no tengo plata y quiero bajar los topes presupuestarios”. Hay clubes que quieren bajar los presupuestos, pero llegan los gobiernos provinciales le dan una buena cantidad de dinero y automáticamente cambian de opinión. Nos parecemos los maestros que hacen paro en marzo, no se pueden resolver cosas trascendentes en 40 días. Son decisiones que se deben analizar bien antes de tomarlas.
Además yo me pregunto cómo vamos a hacer para jugar una Liga con 20 equipos. Se aumentaría la etapa regular a por lo menos 10 partidos más de lo habitual. Algo que actualmente es muy problemático, y sumado a los viajes, haría que haya muy poca participación internacional. No es tan sencillo. Me parece que los clubes están pensando más en sí mismos, que en el producto en general.
Fuente: Fuente: Sport Music y Martín Domínguez
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