Prato "Nos rompemos el lomo para estar arriba"



Lo de su equipo es un espejo que le calza perfecto. Silbando bajito y sin generar mucho ruido, Lanús logró una solidez dura como una piedra y cerró 2012 como puntero de la Liga Nacional de Básquet junto con Regatas Corrientes.

Para Patricio Prato (hijo del legendario basquetbolista Fernando Esteban “Runcho” Prato), las cosas fueron bastante parecidas: volvió a la Liga sin los bombos y los platillos de otros, pero se consolidó como pieza clave en el Granate y se convirtió, sin duda, en uno de los más rendidores regresos.

“En esta etapa me gusta analizar cómo fue el año que pasó y cómo será lo que se viene. Y estoy muy contento. Estamos primeros en la Liga, juego en un club que me gusta, en el que me siento cómodo, y tenemos un grupo y un cuerpo técnico muy bueno. Además lo disfruto en familia y en Córdoba, después de muchos años de no estar en casa para esta fecha”, arranca Patricio, que vivió unos cuantos días a pleno en la Docta.

Otra vez en casa

Patricio estuvo más de una década jugando fuera del país, resignando tiempo con sus afectos. Pero al volver, debía ver cómo se adaptaba su familia. Afortunadamente lo personal también fue positivo.

“De los 13 años que estuve jugando afuera, nunca vine para Navidad, por ejemplo. Estar acá, con mis viejos y mi hermana, me hace sentir que estoy en un muy buen momento. Mi familia (su esposa y sus dos hijos) también se adaptó muy bien al país”, agrega.

–Con Lanús arrancaron calladitos, se hicieron sólidos y quedaron primeros.

–Estamos prendidos. Cuando llegué al país, había como 10 o 12 equipos que declaraban que querían estar arriba o ser campeones. Algún desilusionado iba a haber. Estaba claro. Nosotros, con perfil bajo y sin hacer grandes declaraciones, logramos estar ahí. Ahora nos encontramos primeros, en una buena situación. Pero hay que seguir dándole en cada partido para mantenernos arriba. La clave es el grupo, incluyendo al cuerpo técnico, que sabe que el laburo es muy importante. Estamos todos muy comprometidos y nos rompemos el lomo para estar ahí arriba.

–Parte de esta solidez colectiva tiene que ver con que el juego de Lanús está muy repartido. No dependen de nadie en particular.

–Sí, nos pasa eso. Por ahí te toca ser goleador en una noche y al partido siguiente, el que más mete es otro. Y al siguiente, otro. No repetimos goleadores muy seguido. Y eso está muy bueno. Están repartidas las responsabilidades. No tenemos una estrella, para la que juguemos sí o sí. Arrancamos por el juego interior, porque sabemos lo que pueden dar nuestros hombres grandes, y eso crea ayudas y mucha atención de las otras defensas, para que generemos juego para los externos. Tenemos nueve jugadores en condiciones de jugar, anotar y tomar decisiones. También tenés que saber dar un pasito atrás, resignar protagonismo, o tiro.

–Además de repartir el juego, ¿cuáles son las otras razones para que Lanús esté primero?

–Santander es un técnico muy defensivo. Estamos entre las primeras defensas del campeonato. Silvio siempre dice que los equipos que llegan lejos son los que defienden bien. Tratamos de hacer un juego solidario atrás y adelante. No hay muchos secretos.

–Pasada la primera fase y con casi la mitad de la segunda ya recorrida, ¿para qué están?

–¡No me hagás decir esas cosas! La otra clave fue el perfil bajo. No hicimos grandes declaraciones.

–No quiero un título rimbombante, pero no pueden desconocer adónde están parados.

–Claro. No nos podemos esconder. El objetivo del club siempre fue mejorar de una temporada a la siguiente. Este año, Lanús quiere llegar a semifinales. Y una vez que llegás ahí querés ganar todo. Queremos estar arriba, pero no nos podemos dar el lujo de relajarnos, porque la Liga está muy pareja.

–Además van a jugar la Liga de las Américas.

–Es una cosa linda. Yo estoy conociendo el club. Y en ese crecimiento, está bueno que el paso siguiente sea una competencia internacional. Obviamente, son más partidos y más desgaste, pero es una linda posibilidad. Te da cartel. Estamos con muchas ganas.

–¿Cómo ves nuestra Liga? ¿Te gusta?

–Me gusta. El primer impacto fue en el juego. Es muy físico: se permiten mucho los agarrones. Es más salvaje que en Europa, tal como somos nosotros. Cuando vamos allá nos elogian que tenemos huevos, que jugamos agresivo. Me tuve que adaptar un poquito a eso: al empujón, al agarrón. Y dicen que llegando a playoffs es cien veces peor. Pero el nivel es bueno, parejo, con buenos extranjeros. Hubo muchos regresos importantes y el crecimiento de jugadores que estaban acá.

–¿Qué jugadores te sorprendieron?

–Me gustan Laprovíttola, Campazzo, Mata. A Marcos no lo conocía y está metiendo una Liga de muy buenos números.

–Además de los empujones y los agarrones, ¿a qué cosas te tuviste que readaptar? Les costó mucho a varios de los que regresaron.

–Los viajes. Son larguísimos. Argentina es enorme y hay equipos de Formosa o de Comodoro. Y los aviones cuestan mucho, así que muchas veces vas en “bondi”. En Italia tenés viajes de 45 minutos. Vas dos horas antes del partido, o a la mañana del juego. Con Lanús tenemos suerte de hacer varios viajes en avión, pero volvés de Corrientes y estás 16 horas en el colectivo.

–Llegaste un poco tarde al mercado de pases y no se habló tanto de tu regreso. Me parece que sos un jugador subvaluado para lo que fue tu carrera en Europa.

–Nunca tuve mucho bombo. Las cosas se dieron así y no reniego. Cada uno cree que es el mejor jugador del mundo, y tiene que ser así, porque tenés que jugar con confianza y seguridad, pero estando afuera por ahí se hablaba de España y no de Italia. Estoy contento con la carrera que hice. Jugué final de Euroliga, finales por el Scudetto en Italia, gané una Lega Due (Segunda División) y una Copa Italia de Lega Due. No me gusta ponerme a comparar, pero cuando volví, mucha gente ni siquiera sabía cómo jugaba. También puede que haya sido porque primero me fui a Estados Unidos y no se conocía mucho del básquet universitario. No puedo ponerme a hacer un piquete para que hablen de mí. Trato de demostrarlo adentro de la cancha.

–¿Sentís que de los jugadores que regresaron al país esta temporada sos uno de los que más está rindiendo?

–Creo que le estoy dando una mano al equipo. Es difícil comparar, porque no todos los equipos juegan de la misma manera. Por ahí jugás 37 minutos y tirás 20 mil tiros. También creo que puedo dar más. Romperla y descender no tiene sentido. El tema es ser importante y que al equipo le vaya bien. Hay que saber renunciar a algunas cosas en pos del equipo.

–Que tu regreso sea en Lanús, club en el que brilló tu papá, ¿alimenta las sensaciones positivas?

–Lo de Lanús se dio por casualidad. Mi intención era quedarme en Italia, porque estábamos instalados allá. Pero la situación económica está difícil en Europa. Y se dio un movimiento en Lanús y justo entré yo. Es todo muy romántico. Mi viejo me hablaba muy bien de Lanús. Hay gente de 60 o 70 años que me para y me dice: “Yo lo vi jugar a tu viejo” o “Yo le pasaba la pelota a tu viejo y le enseñé a tirar”. Je. Y el hincha de Lanús es muy hincha de Lanús a través del tiempo y en todos los deportes.

–¿Tu papá te fue a ver?

–Me fue a ver. Es más, en el primer partido lo vi emocionado y me gustó mucho. Él vivía a la vuelta del club, y recordaba el departamento, la cancha. Estaba emocionado él y también mi vieja. ¡Y le hicieron una entrevista a él, no a mí! Je. Yo me adapté mucho a cada lugar, en Estados Unidos o Europa. Lo mismo acá, después de 13 años. El volver es también volver a algo que no vivía hace 13 años. Y tenés que volver con la cabeza bien puesta. Hay que saber adaptarse a lo bueno y a lo malo. Y mis compañeros me ven contento.

–¿Córdoba es tu lugar en el mundo?

–Sí. Estaba instalado y formé familia en Italia, pero volver era increíble. Siempre. Y ahora estoy en Buenos Aires, que no está tan lejos. Ni bien llegué, tenía que hacer trámites y papeles. Me vine y aproveché para reunirme con los compañeros del secundario. Córdoba es mi lugar en el mundo, como me ha tocado tener otros lugares en el mundo.

–¿La idea es radicarte acá?

–No sé. Mi señora es italiana y habrá que ver cómo se dan las cosas. Nunca se sabe. Hoy pienso en lo que tengo y estoy contento. Ahora pienso que mi carrera va a terminar acá, en Argentina. No me veo volviendo a jugar a Europa. Me pone contento, porque me gustó volver a la Liga. Por unos años voy a estar acá.

–¿Te gustaría volver a Atenas en algún momento?

–En algún momento me encantaría volver. Obviamente, habría que ver las circunstancias. Hoy me encuentro de maravillas en Lanús. Pero, ¿por qué no? En Atenas jugué desde el minibásquet hasta la Liga. Pero no puedo ser injusto y renegar de Lanús. Tengo 33 años y me veo jugando varias temporadas en la Liga. Más adelante se puede dar.

Fuente: Mundo D

Comentarios