No fue regalo de Navidad, tampoco llegó como despedida de año, pero sí terminó siendo la bomba del año. Ayer por la tarde el básquetbol argentino se revolucionó con la confirmación hecha por Felipe Lábaque. Eran las 20.15 cuando se dio a conocer que Fabicio Obetro volvía a calzarse la verde de Atenas después de 15 años, cuando lo hiciera por última vez el 24 de mayo de 1998 con el Griego campeón y él MVP del mejor equipo de la historia. Su vínculo será al menos hasta finales de temporada.
LA MAÑANA llegó cuando Oberto apenas ingresaba al Polideportivo Carlos Cerutti con la sonrisa de oreja a oreja, como aquel niño que cumplía el sueño de su vida. “Me siento como si recién estuviera llegando de las Varillas y bajando del colectivo con toda la ilusión de un juvenil. Es una sensación increíble. Estoy muy contento”, fue lo primero que dijo el pivote.
“Es redonda”, bromeó apenas agarró un balón que le prestaron antes de ser presentado a sus compañeros. “Ojalá que sepan quién es el que viene y hace cuánto que no juega. Acuérdense que me acaban de aplaudir, para que después no vayan a decir otra cosa apenas tire mi primer gancho”, chicaneó a sus compañeros luego de que Lábaque lo presentara y se pudieran ver rostros de felicidad absoluta.
Abrazos con el entrenador Alejandro Lotterio, con Alexis Élsener, Diego Guaita y Román González. También con Matías Lescano. Y luego saludó a uno por uno mientras los flashes no dejaban de encandilarlo. Mientras tanto, a su lado, el Gigante González festejaba con el “Felo” y le decía: “¿Viste que se iba a dar?”.
Ya en la presentación en público volvió a bromear con Lábaque, a quien bromeó diciéndole: “Ahora estoy sintiendo la arritmia. No me pasaba hace mucho”. Mientras que a la hora de ponerse serio, explicó: “Fueron horas de charla con el ‘Felo’, quien me terminó convenciendo. Por la tarde nos tomamos como tres termos de mate mientras analizábamos sobre todo los tiempos, ya que tengo compromisos asumidos”.
“Es el desafío más grande de mi carrera. La verdad es que no tenía pensado ser nuevamente parte de Atenas”, afirmó. Al tiempo que agregó: “Me siento vivo de nuevo. Antes estaba frustrado. A todo jugador le gusta retirarse jugando, y eso es lo que voy a lograr ahora”.
Y con una de las frases más relevantes, rompió todo: “Quiero ser campeón y sueño con eso, sino no volvería a jugar”. Como siempre, se planteó otro nuevo desafío. Vuelve a ser jugador y la felicidad no sólo es de él, sino de todo el básquetbol argentino que recupera a uno de los emblemas de este deporte.
Un ruido en la línea
Mientras Fabricio Oberto se estaba presentando ante la prensa, un llamado telefónico interrumpió el diálogo y le agregó algo más de emoción al momento. Era el capitán Bruno Lábaque, quien a pesar de no haberse reintegrado al plantel por permanecer de vacaciones, se hizo rápidamente eco de la buena noticia. “No me dijo ni hola, sólo que la ‘7’ era mía. Le tomo la palabra”, dijo un feliz Oberto.
Fuente: La Mañana
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