Sebastián Svetliza vivió un fin de semana con profundas sensaciones encontradas. La frustración de la derrota ante Ciclista Olímpico se mezcló con el efecto de alivio que llegó tras la victoria ante Atenas. Era un buen momento para charlar con el técnico de Sionista, por lo que pasó, por las malas actuaciones, por el bajo rendimiento actitudinal del equipo y por el cambio que evidenció el domingo por la noche.
Pasó la primera gran racha de local que tuvo el elenco paranaense en el arranque de la Liga Nacional A, y a decir verdad no fue el mejor. Más derrotas que triunfos y actuaciones que sembraron dudas e incógnitas, fueron el reflejo de estos cuatro encuentros en el Moisés Flesler.
Svetliza se hizo eco de lo sucedido, aunque no se muestra para nada nervioso. Se retira de la cancha con cierta tranquilidad y cuando se lo solicita para la nota accede y habla con pausa, sin prisa. Pasó Atenas de Córdoba, pero más que nada pasó una prueba de carácter después de tres golpes bajos muy dolorosos.
-¿Cómo se puede definir el fin de semana después de perder mal ante Olímpico y recuperarse con orgullo, pero sufrimiento, ante Atenas?
-Si uno se fija que se perdieron tres partidos de local de cuatro jugados uno entiende que el balance es negativo. Pero ojo, tampoco fue tan positivo cuando ganamos los dos de visitante. Nunca fuimos el súper equipo. Lo importante de todo esto y lo que rescato es que ante Atenas el grupo mostró su alma, sus ganas. En cierta manera, habíamos perdido el respeto por el trabajo. No porque no había ganas de entrenar sino que en la cancha no hacíamos lo que habíamos trabajado durante la semana. Fuimos muy egoístas y eso hacía que no anotemos canastas fáciles, que nos fastidiemos y no hagamos lo que teníamos que hacer. Pero insisto, más que el ganar lo que subrayo en el haber recuperado el alma del equipo. Después sí, se ganó y estamos en carrera.
-La Liga es tan pareja que sino jugás bien o no dejas todo te ganan.
-Tal cual. Perder y ganar están dentro de las posibilidades, no así el no dejar todo en la cancha. Para el próximo juego nuestra mentalidad es mejorar lo que hicimos ante Atenas. La idea es tomarle el gusto, ser más respetuoso, más aguerrido y seguir mejorando como equipo.
-¿Antes de este partido con Atenas, tu estado emocional era de una gran preocupación?
-No, no. Con la temporada que peleamos el descenso aprendí a que me tengo que ocupar y no preocupar. Yo a esto lo vivo con mucha pasión. Entonces, no es una preocupación venir a entrenar, a dirigir. Al contrario, nos ocupamos de ver cómo salimos de la mala situación, cuál es el camino a tomar para mejorar. Por ahí me causa hasta gracia porque cuando nos va mal viene gente conocida y me pregunta, “Seba ¿cómo estás?, ¿te sentís bien?”. Claro que me siento bien. Dirigir es una adrenalina muy linda, hasta en los malos momentos. Entonces, la idea es ocuparse todo el tiempo, inclusive cuando ganas, porque si festejar es relajarse no sirve.
-Y en esta ocupación que demanda el equipo, ¿cómo lo ves?
-Yo estoy tranquilo porque tenemos un buen equipo. Hace mucho tiempo que no teníamos un grupo que reconozca rápido lo que está pasando. Van cinco fechas y el grupo se sentó y se preguntó, “bueno, pasa esto, esto y esto… ¿Qué hacemos?”. Eso está bárbaro. Contra Atenas hicimos cosas interesantes y cosas malas, pero lo hicimos. Y eso nos alcanzó para ganar. Entonces, no estamos preocupados sino con ganas para que las cosas nos salgan bien.
-No era para dramatizar, pero la derrota con Olímpico causó un temblor, no fue una caída más.
-Totalmente. Igual, en Sionista siempre fuimos de sacarle el drama a las cosas. Por su puesto que no nos gusta perder, y menos como sucedió con Olímpico. Porque estoy convencido que después de ese partido no durmió nadie. Lo bueno que nos recuperamos rápido. Pero cuidado, no es que ya está. Falta mucho por mejorar. Lo positivo es que el grupo se encontró. A lo mejor a otros planteles le cuesta 20 fechas encontrarse. Acá, en cinco fechas todos se miraron a las caras y se dijeron lo que se tenían que decir. Y eso significa crecer.
-Dentro de la cancha lo notaste así.
-Por su puesto. Hubo momentos que se jugó bien y cuando no se realizó un buen trabajo todos se arremangaron. Y hubo tolerancia, porque a nadie le gusta salir y sin embargo nadie protestó o hizo caras largas porque primero estaba el equipo.
-Con Atenas se notó que el equipo tenías ganas de ganar. Esa actitud no la tuvo con Olímpico.
-Eso es lo que parece. En los anteriores juegos nos quebramos antes de tiempo producto de una gran desconcentración. Tuvimos errores defensivos y además no estuvimos convencidos de nuestras herramientas. Por eso dejamos esa sensación. Fijate vos, Pittman, que es el jugador de más oficio y uno de los goleadores de la Liga, acá es un obrero. Igual que Cequeira, Meyinsse y el resto. Si ellos logran hacer ese trabajo con sus respectivas características, el equipo se va a potenciar. Hay momentos que algunos jugadores no tocan la pelota, pero deben entender que aportan en otras situaciones. Te quiero remarcar, el equipo tuvo signos positivos después de la derrota.
-¿Charlaste mucho con los muchachos después de la derrota con Olímpico?
-Todos los partidos hay autocríticas. Después de Olímpico y antes de Atenas nos sentamos todos juntos, nos miramos a las caras y nos dijimos lo que teníamos que decirnos. De ahí salieron cosas que van a ser buenas para el futuro. También hubo situaciones espontáneas que fueron muy buenas.
-¿Cómo cuáles?
-Después de la derrota con Olímpico hubo jugadores que se quedaron un largo rato en la cancha charlando con el cuerpo técnico. “¿Qué hacemos?, ¿por dónde seguimos?”. Bueno, esas actitudes también hacen a la formación de un equipo. No digo que de ahora en más vamos a ganar todos los partidos, pero son signos que me dan mucha satisfacción. Ganar o perder no es la vida o la muerte. Duele, pero también en estos momentos uno encuentra satisfacciones.
-¿Cómo se retiró Sebastián Svetliza después del partido con Atenas?
-Me fui contento porque al equipo le volvió el alma. Pero también me fui sabiendo que hay que volver a trabajar fuerte porque tenemos que corregir muchas cosas, buscando mejorar situaciones defensivas y ofensivas. A los muchachos les dije que si este triunfo nos relaja, chau, no sirve, pero si este triunfo nos alimenta las ganas y nos mantiene con los pies sobre la tierra nos va a permitir crecer. No somos menos que nadie, pero hay que trabajar.
Fuente: El Diario
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