El DT de Peñarol Sergio Hernández brindó este miércoles una charla grupal destinada a alumnos del Instituto Superior de Formación Docente Nº84 junto a su asistente Fernando Rivero. Allí, el extécnico de la Selección Argentina de Básquet bregó por mejoras edilicias en el CEF
Las charlas que brinda Sergio Hernández suelen ser jugosas, muy claras desde lo conceptual y con el sello distintivo de dejar siempre alguna enseñanza dentro del ámbito deportivo. Este miércoles no fue la excepción, en la exposición de “Oveja” junto a su asistente Fernando Rivero en el gimnasio Nº 1 del Centro de Educación Física de Mar del Plata, destinada a la comunidad educativa del Instituto Superior de Formación Docente Nº 84.
La charla, impulsada por el profesor Federico Ingrassia, abordó temas referentes a la educación física y al deporte en general y contó el invalorable aporte de Hernández y Rivero, quienes volcaron sus experiencias a los estudiantes por más de dos horas. La cita, además, sirvió para colaborar con la Escuela Provincial Nº 8, ubicada en el paraje Loma Alta, de El Coyunco. Los oyentes donaron alimentos no perecederos para dicha institución. Y tanto Hernández como Rivero se comprometieron a aportar un buzo de la Selección Argentina y redes para los aros, respectivamente, a cambio de más alimentos para donar.
No obstante, el deteriorado estado edilicio del CEF no fue pasado por alto. Y Hernández, desde su lugar, bregó por las mejoras necesarias en el establecimiento.
“Que 1.200 jóvenes pidan que les mejoren las condiciones del edificio ¡para estudiar! y que no se lo podamos cumplir es muy raro. Yo brego que esto sea escuchado y que prontamente resuelvan la situación”, señaló “Oveja en diálogo con El Atlántico, luego de sacarse fotos y firmar autógrafos a quien se lo solicitara.
-¿Qué sensaciones te produce una dar una charla como esta?
-Son cosas muy placenteras. Poder compartir experiencias con gente de la ciudad, del deporte, no sólo del básquet sino de varios deportes diferentes y sobre todo del ámbito del profesorado de educación física… Si bien yo no me recibí de profesor, hice los cuatro años. Es un placer. Siempre uno cree que queda corto, que podría haber contado más cosas, pero que a la vez también puede resultar “pesado”. Uno quisiera compartir todas sus experiencias porque no todos tienen la oportunidad de vivir cosas como las que vivimos Fernando Rivero y yo todos los días.
-Además permite colaborar para que los estudiantes tengan un edificio en mejores condiciones.
-Son las cosas difíciles de entender, que justamente en la educación tengamos problemas de todo tipo, en este caso edilicios. Que 1200 jóvenes pidan que les mejoren las condiciones del edificio ¡para estudiar! y que no se lo podamos cumplir es muy raro. Yo brego que esto sea escuchado y que prontamente resuelvan la situación. Si no se puede todo de una, que vayan de a poco solucionando los problemas del edificio, que es algo histórico, que forma parte del patrimonio histórico de la ciudad y que nada menos está destinado a la educación. Desde mi humilde lugar, pido a las autoridades que lo escuchen y que razonen en función de que esto es algo trascendente. Esto no es importante, es trascendente. Acá están los futuros profesores de nuestros hijos y de nuestros nietos. Es urgente.
-¿Estas charlas te devuelven a una posición de docente de la que el profesionalismo te abstrae?
-Sí, pero mi cuota de docencia la voy dosificando con este tipo de charlas. Las disfruto. No sé si hubiese sido un buen docente pero sí tengo cierta vocación docente. Me hubiese gustado más tirando a profesor que a maestro. Pero a veces cuando estoy charlando incluso me doy cuenta de que si uno pudiera tener más ejercicio de esto, mayor formación académica, uno podría trasladar las experiencias de manera más ordenada. El hecho de venir de vez en cuando a dar una charla hace que cuando termine la charla yo sienta que no fui claro en alguna cosa o que hubiese querido contar otras. Pero bueno, yo soy entrenador de básquet, no soy docente ni conferencista. Soy un entrenador de básquet que habla desde sus experiencias, nada más.
-De todos modos, el aplauso final indica que el balance es bueno.
-Sí, yo creo que el aplauso tiene que ver con que se dan cuenta de que no guardo nada. Que cuento las cosas tal cual son, tal cual las pienso, las siento y las viví. Me parece que eso es un poco lo que ellos pueden valorar.
“Ganar cuatro partidos seguidos fuera de casa es todo un mérito”
Sergio Hernández también se refirió a la recuperación de Peñarol, que ganó cuatro partidos consecutivos como visitante tras un dubitativo inicio con dos derrotas seguidos en el Polideportivo.
-Perdieron los dos primeros pero el equipo nunca se fue ¿no?
-No, gracias a Dios, ante una situación límite que vivimos al perder los dos partidos en casa jugando muy mal y con la expulsión de Leo (Gutiérrez), poder ganar cuatro partidos seguidos fuera de casa es todo un mérito. Si podemos mantener la buena senda en estos tres partidos que tenemos como local, tendremos un colchón que parecía difícil que pudiéramos conseguir en las primeras fechas, sobre todo después de los primeros dos partidos.
Fuente: El Atlántico
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