El joven alero de Peñarol, que estará cinco meses afuera por una lesión en el hombro derecho, ya palpita su regreso, aunque está “un poco caído” y sabe que “lo más doloroso es la recuperación”
Sabe Franco Giorgetti, a pesar de su juventud, que lesionarse está incluido dentro del “Manual del deportista profesional”. Es consciente el chaqueño, de que le puede pasar a cualquiera. Pero también se da cuenta que la rotura de la cápsula que cubre la cabeza humeral de su hombro derecho llega en un momento muy inoportuno. Y por eso la bronca y la desilusión.
Es una de las apuestas del tricampeón Peñarol para esta temporada. Será el alero de relevo de Marcos Mata y podrá dar una mano importante en otras posiciones, aportando talento, intensidad y frescura. Pero deberá esperar aproximadamente cinco meses para demostrar.
Porque una lesión sufrida en el Mundial 3 x 3 de Grecia representando a Argentina lo obliga a frenar, y mostrar condiciones de madurez fuera de la cancha. En diálogo con El Atlántico, el pibe parece tenerlo claro. “Va a haber que darle mucha bola a la recuperación”, enuncia en cada respuesta.
“La verdad es que me está costando todo esto. Pero es parte del deporte, aunque me tocó justo ahora, en uno de los mejores momentos de mi carrera”, se sinceró Giorgetti, en la previa del partido ante Boca.
“Pensé que era algo así nomás. Pero hablando con “Tato” (Rodríguez) que se operó de lo mismo hace unos años, me dijo que estuvo siete meses. Yo creo que voy a estar un poquito menos. No sé cuándo me van a operar, pero creo que será dentro de dos semanas”, agregó el jugador reclutado por Peñarol hace un par de años, proveniente de Estudiantes de Olavarría.
Sobre el momento exacto en el que se le produjo la lesión, relató: “me acuerdo que estaba por hacer un movimiento en el poste bajo, y cuando quiero girar, el defensor me engancha. Ahí siento que se me va para atrás; y un dolor terrible. Por dos minutos no sentí el brazo. Después del partido tuve un dolorcito y pensé que se me iba a pasar, pero no”. Luego Giorgetti se reintegró a Peñarol, pero “entrené un día y me molestó muy poco. Le dije al médico y aunque no era para tanto decidimos que me tenía que hacer ver. Y bueno, acá estamos”.
Después vinieron los chequeos de rutina, para saber el diagnóstico exacto del problema. “Me hice dos estudios acá, con Martín Paredes, el médico del club, y con el mejor especialista de hombros de Mar del Plata. Los dos coincidieron en que había que operar. Después fui a Buenos Aires y me vio el médico de la Confederación, porque ellos se van a hacer cargo de esto. Ahora tengo que volver a viajar porque dicen que me va a ver un especialista de los mejores de allá”, comentó el chaqueño.
Finalmente, habló sobre el apoyo de sus compañeros y dejó un mensaje. “Todos me ven un poco caído y me dan fuerzas. Ya va a pasar. Lo más doloroso es la recuperación, porque va a durar cinco meses. Aunque sé que cuando vuelva va a faltar mucho para que termine la temporada”, cerró
Fuente: El Atlántico
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