Rusia se deshizo de China sin aparente esfuerzo, con la suficiencia que transparentan sus dos estrellas sobre la pista, con un ataque sencillo pero certero, un juego interior difícilmente superable físicamente y una defensa que da pocas opciones, incluso a jugadores rápidos y buenos tiradores como los que tiene China.
Los asiáticos, que antes de ayer le endosaron 81 puntos a España, se quedaron en unos pobres 54, sin poder superar en ningún cuarto los 15. Mérito, decíamos, de la excelente disposición defensiva, inculcada por el gran entrenador que es Blatt. Y si esa disposición viene avalada por físicos como los de Kaun (15 puntos), Mozgov (10) y el propio Kirilenko, el éxito está asegurado.
Fue, como contra Gran Bretaña, un partido plácido para Rusia, machacón desde el inicio hasta que certificó una victoria necesaria para aspirar a la primera plaza de este grupo B y a la espera de los choques de tronío frente a Australia y sobre todo España y Brasil. A excepción del 4-0 inicial y un último cuarto fangoso en que todo estaba ya decidido, Rusia se mostró como un martillo pilón que no dejó hacer a China casi nada de lo que estos sí hicieron ante España.
Con Yi Jianlian bien sujetado a pesar de sus 16 puntos y los tiradores incapaces de encontrar tiros librados, Rusia sólo tuvo que encomendarse a la explosividad de Kirilenko, la calidad de Shved, el trabajo de Khryapa (12 rebotes y 21 de valoración) y la superioridad de su tiro interior para sacar canasta o acudir a la línea de tiros libres. Defensa asfixiante y a correr y, si no, balones dentro en ataque estático. Así de fácil, así de difícil.
El 10-12 del minuto 8 fue el último marcador apretado del partido. Un grado más de intensidad defensiva, y todo acabó. Parcial de 0-8 (10-20, minuto 10) y, con China fiada exclusivamente a un tiro exterior errático –incomodado siempre por la defensa rusa-, Rusia inició el despegue: 19-32, minuto 15. Después llegó el momento Kirilenko, que ante un rival tan pusilánime en defensa como China simplemente hace lo que quiere cuando quiere y como quiere: 0-8 fulminante con cuatro canastas suyas y partido resuelto: 21-40, minuto 19, 25-40 al descanso.
Aún hubo un postrer estertor chino, tras canasta del otra vez desaparecido Sun (30-42, minuto 22), pero un parcial de 4-19 en seis minutos dibujó un marcador difícilmente tolerable para cualquier equipo que participe en unos Juegos Olímpicos (34-61, minuto 29). El último cuarto no fue nada, puro fango, porque Rusia se dejó ir, China, entre los gritos de su entrenador en los tiempos muertos, dejó de intentarlo, y, con diferencias rondando los veinte puntos, el partido murió poco a poco, sin estridencias, sin calor, con la naturalidad de una superioridad aplastante.
Sintesis
China (54): Ding (-), Liu (2), Yi L. (9), Wang S. (7), Zhu (5), Sun (2), Zhang (-), Yi J. (16), Guo (-), Chen (5), Wang Z. (3) y Zou (5).
Rusia (73): Shved (14), Mozgov (10), Karasev (-), Frizdon (5), Kaun (15), Voronov (-), Khryapa (7), Antonov (-), Monya (6), Khvostov (-), Ponkrashov (2) y Kirilenko (16).
Cuartos: 12-20, 13-20, 14-21 y 15-12.
Arbitros: Sasa Pukl (Eslovaquia), Robert Lottermoser (Alemania) y William Kennedy (Estados Unidos).
Estadio: Basketball Arena, Londres - Reino Unido.
Fuente: Acb.com
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